El sermón de las tres botellas
El anterior inquilino se dejó tres botellas de alcohol a medias: una de ron, otra de ginebra, y otra de un licor de esos experimentales y pijos.
Yo ya no bebo, y si bebo algo, es cuando salgo de noche (apenas salgo) y a partir de las 3 am, es mi hora fatídica, y me pido un cubata de whiskey irlandés, que es lo único que, si bebo, quiero beber.
Y no me corto y le digo a mi terapeuta "me he bebido un cubata" (en dos meses), y me dice "Carne, eres mayorcita y ya lo sabes, ¿verdad que puedes prescindir de ello? Y le digo: pues sí, la verdad. No vale la pena jugársela por una copa, es jugar a la ruleta rusa.
Yo he bebido, sí, he tenido un problema con el alcohol. Los TB tenemos tendencia a hacernos dependendientes de sustancias que nos hacen olvidar o mitigar el sufrimiento, en caso de depresión, o de aumentar nuestra euforia cuando estamos subidos, para pasarlo aún mejor, en mi opinión y experiencia.
A esto se le llama patología dual.
Cuando empecé la terapia con el gabinete que me lleva, con un psicólogo y un psiquiatra que comparten mi historial, el tema alcohol era el número uno en la lista. Debía dejar de beber.
Yo me bebía un pack de cervezas al día. Y a veces, más. Acababa borracha y vomitando, porque siempre vomité el alcohol, porque nunca me sentó bien. En una especie de bulimia.
Lo dejaba cuando tomaba conciencia de que no era bueno para mí y lo retomaba cuando tenía alguna crisis. Lo retomaba demasiado a menudo. El problema en la mesa del terapeuta fue solucionado, porque a mi voluntad de dejarlo se sumó un fármaco que me disuadía de beber. El que toman los alcohólicos. Me dio algo de vergüenza, pero pasé por el tubo.
Y no bebí en meses. Sé que otros pacientes toman esa pastilla y que la dejan de tomar dos días para beber, pero mi decisión era firme. Es más, ojalá hubiese algo parecido para dejar el tabaco.
No recuerdo haber pasado "mono", porque sé lo que pasa cuando dejo el tabaco y no me pareció comparable en nada. Yo bebía a partir de cierta hora de la tarde, aunque cuando estuve muy mal, para comer ya me tomaba la primera cerveza. Me iba olvidando de todo, me iba sintiendo mejor, y cuando ya había entrado en un estado de conciencia agradable, me sentía más persona. Porque estaba enferma, y no lo sabía. Cuando lo supe, empecé a planteármelo.
Porque la verdad respecto al alcohol tal como me la han contado es que es euforizante (bien, eso es lo que yo quería, bebía para subir de la depre), pero en el fondo es un depresor, de tal manera que después de la borrachera del ayer, el hoy era volver a la depre culpable y por tanto al alcohol, como un círculo vicioso.
Otra de las verdades del alcohol es que cuando estamos en tratamiento, interacciona con él, le hace menos efectivo. Esto es muy importante. Y también el saber, como me dijo mi psicólogo, que cada cerveza que tomaba era una hostia a mis neurotransmisores, los mismos que por otra parte intentaba hacer entrar en razón.
Muy buenas razones para dejarlo, porque si no lo dejaba, así de claro, NO ME EQUILIBRABA.
Ahora ya no tomo la pastilla antialcohol porque he decidido no beber, así de duro y de claro. Confieso un cubata al mes o dos meses, sí, pero sólo de lo que realmente me gusta, si no, no bebo por beber.
La cerveza sin alcohol está muy bien. Y no quiero volver a tomar una con alcohol en mi vida. Le dije a mi psi que antes de una cerveza me tomaría un cubata. Pero no en la soledad de mi casa, en una discoteca, como bebedora social con muchos reparos. Y apenas voy de juerga, porque me sienta peor el trasnochar que esa copa.
Se dice a veces (lo he escuchado y leído aquí) que aunque tengamos TB "no pasa nada por una cerveza". Vale, igual tú te la tomas a diario para comer, y no entras en episodio, pero insisto, interfiere en el tratamiento, y mi psiquiatra te preguntaría "¿puedes prescindir de ella, sabiendo lo que hay detrás como lo sabes?
Ahora no bebo, y nada nubla mis relaciones interpersonales. No hago tonterías de las que luego me arrepiento y baño con alcohol para olvidarlas.
Soy humana, puedo tener un momento de debilidad, y no quiero caer en lo que ya conozco. Se pasan malos momentos en la enfermedad, pero he aprendido que los remedios que se constituyen en círculos viciosos no son los más apropiados.
Tengo 3 botellas de licor en mi casa que no he comprado yo. Y voy a tirarlas por el desagüe. Y le daré la satisfacción a Semeolvida de vérmelo hacer en directo con la webcam, en un acto ceremonioso. Lo hace alguien que sabe que eso es veneno para su salud, salud mental.
Seme, no me digas que estás orgullosa, que me cae la lagrimilla, cariño.
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Publicado por servidora en Bipolarweb. Abro esa botella virtual de cava para celebrar que no me lo voy a beber.
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