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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Y recibió un diagnóstico

Y recibió un diagnóstico

Desconozco los antecedentes, no quise hurgar más.

Tiene 17 años, y vive con su padre hace dos. Su madre es víctima de una adicción.

Ha estado ingresado tres semanas.

Le han diagnosticado esquizofrenia.

Enfermedad prima hermana del trastorno bipolar, recordemos. Le han recetado algo que yo he tomado, sin ir más lejos.

Los familiares no entienden nada, y eso es muy corriente, les ha cogido a todos desprevenidos. La tía del adolescente le visita a menudo, juega con él al parchís, habla con él. Y se siente acompañado, y es muy cortés. Antes no era tan amable, al parecer. Un ingreso curte. La interacción social te marca por un lado u otro.

Está acostumbrándose a la medicación. Me cuentan que come mucho. Es lo único que me hace gracia, que los efectos secundarios nos ataquen por ahí a casi todos los que tomamos estas cosas.

Sigue siendo una persona. Se da cuenta de las cosas. Eso desconcierta a la familia. Para ellos, ha dejado de ser una persona.

Tal como una persona que pierde la vista se dice que compensa con cierto crecimiento de otros sentidos, un "enfermo mental" desarrolla una fuerza muy potente, que se llama empatía. Lejos de haberse convertido en un tonto, como otros le ven, ahora siente lo que los otros sienten por él, y entonces él se siente mal. Sentir con intensidad al otro es una de las definiciones de la empatía, supongo.

Leerá la compasión, por ejemplo, de sus abuelos, a los que el asunto ha llegado cuando son ya muy mayores y no pueden, no saben, aceptarlo.

Su padre está en tratamiento con un psicólogo. Si ya tenía algún problema antes (por eso empezó su terapia al parecer), le están orientando en eso y además preparándole para la situación actual. Él es quien debe estar más informado en estos momentos. Trabaja muchas horas, y ahora tiene una gran responsabilidad. Si él no lo acepta, como desgraciadamente vemos en muchos familiares, el futuro del adolescente va a ser... peor.

"¿Está sano mi hijo"? Se pregunta todo el mundo cuando un niño viene al mundo. Sin malformaciones. Con el cromosoma 21 sin alteraciones.

Luego crece, y te imaginas que estudiará, trabajará, se apareará, tendrá hijos. Sueñas ya con tus nietos.

Ahora eso ya no está tan claro, porque ha pasado tres semanas en un hospital y se le ha declarado algo crónico. Su padre ya está preparándose para estos cambios, pero es más difícil con una familia desestructurada.

Hablo con su tía, y le digo que es lo mejor, porque estas enfermedades suelen brotar en la adolescencia, que lo han "pillado" a tiempo, que la medicación y la terapia harán de él una persona que quizá no se parezca a "los otros", gente "muy tocada", que seguro ha visto ingresados.

Si es que asusta ver en qué puede convertirse uno...

Si sigue tomando drogas, por ejemplo. El otro día el chico se fumó un porro. El aviso es: volverás ahí. No es una amenaza fantasma, es la realidad. Toma drogas, y tendrás seguramente otro brote psicótico. La marihuana es como incompatible con TB o esquizofrenia.

Pero es joven, qué leches, está experimentando, hasta yo fumé porros a esa edad, no demasiados. No tolero ni las drogas que me recetan!!

La vida es muy dura, sobrino y ahora colega en la desdicha. Eres muy joven y ya has pasado por la adversidad de que tu madre fuese incapaz de cuidar de ti por su alcoholismo, de cambiar de ciudad y entorno social, incluso conocer a tu padre biológico más allá de unos días de vacaciones. Este proceso te costó meses. Y ahora, toma esto. Con pastillas, claro.

Él es consciente de que tiene una enfermedad, aunque no sepa bien en qué consiste. Ya habrá tiempo para informarse más a fondo. Se tarda mucho en aceptarlo, en conocerlo, en reconocer que ahora es tu sombra y puede envolverte si te descuidas, y si no, también te atrapa de vez en cuando, caprichosa.

Ahora es más importante que su familia sepa cómo lidiar con todo esto, que se informen, que puedan detectar también cuándo las cosas se están yendo de madre, así quizá evitarían futuros ingresos.

Ojalá te vaya bien, tú que acabas de ingresar en ese club del que nunca te hubieses hecho miembro.

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