Encontrar iguales es gratificante
Artículo de Carlos Sánchez
Decir ‘Trastorno Bipolar’ es decir ‘acabo de estigmatizarme’. La gente no entiende, ni tiene porqué entender, de variaciones humorales. Una vez pronunciado el diagnóstico se cierne sobre ti un halo de ‘lastima’ y de ‘duda’. Ya no eres el mismo para los demás. Has dado paso a tu sentencia: ‘Estás loco’. Loco, si no de atar, loco de ‘desconfiar’. Ya nadie te mira como antes. Nadie confía en tus palabras. Nadie te presta atención a los razonamientos. Nadie te cree capaz. Nadie te cree estable, ni eutímico (eso ya es ‘palabra mayor’). Pasas a ser ciudadano de segunda, si alguna vez lo fuiste de primera.
Buscar iguales se convierte en un afán imprescindible del bipolarizado. La soledad obliga a ello. Una falta y a la vez consciencia de identidad le empuja a esa búsqueda. Existen otros. Los encuentra en asociaciones, páginas Webs, en la calle…El mundo está lleno de ellos. Encontrarlos es un consuelo. Comunicarse con otros del mismo sentir proporciona cierta seguridad. Ellos, los otros, saben como eres. Saben de tus penas y alegrías. Saben que eres ‘normal’ y no un humano etiquetado con un título del DSM. Con ellos te sientes algo a salvo. Esos otros pueden incluso contagiar o despertar tu esencia adormecida por los altibajos emocionales. Encontrar iguales es gratificante.
Dr. Carlos Sánchez
www.bipolarneuro.com
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