8.30 - 18.30
La cuarta vez que le doy largas a la alarma, ya tengo una neurona despierta que le dice a las demás: pero, ¿tú no querías levantarte "a tu hora"?
He dormido bien, sin pesadillas, o nada grave que enturbie mi despertar. Me duele la espalda, pero eso es muchísimo mejor que estar desde primera hora apática y triste como de costumbre hace tiempo ya. Me siento medio animada, es lunes y vamos a trabajar (en lo mío, estoy jubilada pero un lunes es sagrado trabajar).
Sigo con el correo y esto es lo último que hago o quiero hacer frente al pc. He estado haciendo listas de lo que debería y debo hacer hoy, y también mañana. Lo que pasa es que cuando me levanto de la silla empiezo a marearme, lógico si hace una hora que tomé las pastillas.
Las cosas empiezan a torcerse entonces: empieza ya a subir la ansiedad y lo único bueno que he hecho hasta ahora ha sido desayunar. Que ya es mucho, pues lo tenía en la lista porque normalmente no tengo hambre por las mañanas.
Ataque al canto. Parar actividad, respirar suavemente, intentar no tomar extra de medicación, ya pasará.
Gran parte de la lista, ahora, me la puedo comer con churros. El pan mío de cada día, y a ver si se me va la angustia del pecho pronto, que quiero trabajar.
...
Bis
Alrededor de las 18.30 es como si hubiese despertado de verdad, con ganas y energía para hacer cosas. LO DE SIEMPRE. El horario de los depres, que por la tarde se empiezan a animar y a medianoche no hay quien les (me) meta en la cama porque el día de verdad ha sido demasiado corto.
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yoyo -