Igual ocurre porque es primavera
Ciertamente, esta vez los grandes almacenes anunciaron la primavera cuando sí, empezaba a hacer buen tiempo. Este invierno el abrigo lo hemos sacado muy poco, pero hace tres días que volvió el frío, además con viento, e incluso vi (¡qué ilusión!) nieve pero no cuajó en el suelo. Hace dos días llovió, ahora el día se despeja de nuevo. En fin, cada día es una sorpresa.
Esto viene a modo de introducción sobre los cambios constantes que nos depara la meterología en primavera, porque tienen su espejo en la vida cotidiana bipolar.
En petit comité, un hombre cuenta sus oscilaciones en las últimas semanas. Va acelerado y mucho durante la jornada laboral, pero luego es capaz de dormir desde medianoche hasta la hora de comer (hipersomnia, yo también la sufro). Ha faltado algún día al trabajo ya. Concluye que este descontrol puede suceder por... la primavera.
Otro está irritable hasta decir basta, sabe que sus padres le soportan sólo por ser sangre de su sangre porque hay broncas a diario en casa y sale el tema ese de que el perdón a posteriori no sirve de nada, pues la convivencia está rota ya. Pero le mantienen, no tiene ingresos suficientes para independizarse, y ya no está en la edad del pavo para ejercer de adolescente en lo emocional. Y lo reconoce.
Yo no me libro. Voy derrengada, con el insomnio como mi sombra. Me paso estas semanas regulando el sueño, y cuando eso ocurre no soy persona y no me digas sal de casa, pues voy atontada medio día por las pastillas y el cansancio. A veces no puedo moverme, y otras tengo miedo. Quiero que me suban la medicación por la noche para caer dormida y no resucitar de camino a la nevera.
Son buenas razones para ir al psiquiatra, a ver si la cosa tiene remedio, antes de que se rompa la baraja y te echen del trabajo o lo que es peor, de casa. Si tú no lo entiendes, ¿acaso lo harán los otros? Sólo verán que estás mal, y mal de insoportable, y eso sí puedes intentar solucionarlo con autocontrol al ser consciente y algo más, porque cuando "lo entiendan" será para decidir "se acabó, guapo/a". ¿Qué culpa tienen los otros?
Vale, ¿qué culpa tienes tú? Tú, de tener trastorno bipolar, ninguna, pero piensa en los otros antes de victimizarte desde una posición egocéntrica, porque tú ya estás en tratamiento para no cagarla demasiado (del pasado pre-diagnóstico, mejor no hablemos) y encima viene la primavera para inestabilizarte porque sí, cosa que hemos de tener en cuenta y reconocer la alerta de estos síntomas y conductas que salen de lo normal, lo normal como tolerable en sociedad.
A nosotros nos da mucha, mucha rabia estar mal. Lo compartimos más o menos de forma empática de bipolar a bipolar y lo lamentamos, porque sabemos que pagan el pato los cercanos. Ocurre lo mismo cuando el tema no es bipolar, si no estás diagnosticado de estas cosas, le puede pasar a cualquiera cuando ha tenido unos malos días en el trabajo y la familia se resiente si estás de mal humor, cansado, o tienes problemas económicos.
Cuando en una charla abierta entre bipos se ponen estos ingredientes de cocina explosiva encima de la mesa, el siguiente paso no es seguir charlando con otros bipolares de nuestras desgracias, sino acudir al médico, y es pregunta habitual cómo va el tratamiento.
Porque el petit comité reunido reconoce y escribiría en el acta de una reunión que se celebra en un bar mientras cena unas raciones que definitivamente, estamos todos algo de los nervios, y entre Pinto y Valdemoro, se podría decir un mini-episodio mixto, impredecible. ¿A quién le va ese rollo? Si compartiésemos piso, apuesto algo a que estaríamos constantemente enfadados entre nosotros mismos -bipolares que deberían entender estas cosas, tanto que nos quejamos de la incomprensión- y discutiendo.
El final de una discusión de estas suele ser: "colega, ve al psiquiatra de una puta vez". Pasa que si te lo dice otro bipolar, hay quien se lo cree más que si te lo sugiere un familiar. Sucede también entre la gente, bipolar o no, que a veces hace más caso a una amiga que a su madre.
Igual es astenia primaveral también, a saber, pero estas cosas también las diagnostican médicos, y en el caso de bipolares, mi humilde opinión es que debería valorarlo el mismo psiquiatra.
Ya tengo cita con el mío.
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8 comentarios
Gonzalo -
Nexus -
aceituna verde -
pero cuando cambia la luz me hundo entre postigos q oscurecen mi cuarto y mi espíritu, toco fondo, lloro, enmudezco y podría no despertar
Terra Verde -
Mil ánimos
Myriam -
Carne de Psiquiatra -
Yo agradecería seguir recibiendo mensajes. Si estoy muy muy mal, si ni siquiera puedo responder, si tengo miedo a relacionarme con los demás por mi propio estado depresivo o mixto, sé que hay alguien que piensa en mí y aunque me provoca impotencia no poder corresponder, también me reconforta la idea.
En primavera... muchos nos ponemos malos o medio malos. Hay que esperar a que pase la tormenta, por ambas partes.
Soy mujer, pero los hombres bipolares también necesitan de mucho cariño.
Gracias a las dos.
Terra Verde -
No soy bipolar, pero mantengo una relación con un hombre bueno, agradable... bipolar. Aunque hemos estado compartiendo amor y tiempo durante año y medio no hemos convivido sinó de forma intermitente, algo me había dicho, actitudes me habían sorprendido, me había enamorado su hipomanía entregada. Después descubrí una doble vida absurda y supe que algo sucedía, nuevas promesas... Desde hace unos tres meses la alarma se disparó. Una fase de depresión, entonces hablamos de su enfermedad, pero se negó a ir al médico, ya había sido tratado con litio durante dos años y quizás la experiencia era incómoda: el mundo se vino abajo, silencios intermitentes, desapariciones y una constante: "lo nuestro es imposible", "no quiero hacerte daño", seguidos de "te quiero", "no hagas caso, continuamos". Por fin, desde hace tres semanas no hay respuesta , ni siquiera responde a mis llamadas. Solamente he conseguido un mensaje diciendo que estaba bien, que necesitaba aclararse y reconducir ciertos temas.
Cada día le envío un mensaje cariñoso, animoso,... pero, no sé que hacer, no sé si molesto su silencio, si todo el amor ha muerto...
Es muy difícil... y quiero estar con él, lo que más me duele es no poder ayudar, pero ¿cómo hacerlo sin invadir? Sigo con mis mensajes, pero... ¿hasta cuándo? ¿Qué significan esos silencios?
Myriam -