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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Primer domingo

Primer domingo

Domingo en mi nueva residencia, despierto tras la tercera noche. Hasta que Madre no me lo recuerda, no cambio la hora. Es decir, como me ha despertado un pajarraco al cual no estoy acostumbrada, a eso de las siete de la mañana, resulta que he dormido poquísimo.


Hay poco tráfico, pero desde el salón lo oigo todo. Por el contrario, desde el dormitorio sólo oigo pajaritos. Definitivamente, mi nueva casa es muy bipolar.


Me devano los sesos pensando en la mudanza. Y en todos los gastos que conlleva el cambio. Ayer le digo a L. que esto es más caro que casarse, y asiente. Desde el cyber donde cuelgo el post, pues la única red que pillo está por supuesto encriptada, consulto empresas de mudanzas. Creo que llamaré a un par de las "grandes" y un par de las "pequeñas" para comparar presupuestos (edito: me está ayudando Mariló en la tarea).


Trasladar los enseres, cuando piensas en cuántos tienes, no va a ser fácil de forma "casera", contando con amigos que conduzcan una furgoneta. Me ahorro pedir favores, a cambio de no ahorrar, pero igual no es tanta la diferencia y nadie se hernia con las pesadas cajas, libros, un PC de sobremesa, ropa... hago un pequeño inventario en un folio y me asusta tanta cosa, y me pregunto cómo lo hice desde Barcelona, y lo sé: en cada viaje, una maleta o dos extras con mis cosas. Poco a poco, llené la casa, y ahora no es viable la misma operación.

Limpiar la vivienda nueva tampoco es moco de pavo. Voy con cuidado, que la espalda no es tonta. Quiero dejarlo todo, o todo lo que pueda, ya listo para meter mis cosas. Este trabajo, me estoy dando cuenta, me proporciona otra magnífica excusa para no ducharme ni salir de casa. He hecho tres intentos de meterme en la ducha pero de camino me paro y hago cualquier otra cosa (edito: lo conseguí). Hago la cama, por ejemplo. Esto es nuevo, y espero que se consolide, pero he de salir, no puedo dejar que esta casa vuelva a ser una prisión.


Ayer llovió, y mi ánimo también se puso a llover, cosas que pasan y seguro entendéis. Casi se me cae todo encima, pero qué haces Blue, este salto a otra ciudad y comunidad autónoma es cosa de valientes y tú eres una miserable cucaracha (las habrá aquí, en verano?) incapaz de hacer nada sin ayuda, y te da miedo instalarte aquí donde conoces a tan poca gente. Claro que si todo va bien, y hago mis deberes marcados por la terapeuta, pronto entraré en sociedad y por lo menos compartiré algunas horas a la semana con otras personas.


Dos de mis nuevos vecinos tienen perros (...). Me la presentó, aunque soy incapaz de recordar su nombre. Se me tiró encima, juguetona, y creo que llegó a darme un lametón en un ojo. No protesté: mejor llevarse bien con esta vecina, que suele asomarse a la ventana, con lo que la veo a menudo. Al final acabarán gustándome los perros. Ahora salen los dos chicos, el de abajo al parecer tiene dos bichos pero no son de los que molestan. Menos mal, imaginad dos perros de noche aullando y los malditos pájaros por la mañana, no podría dormir.


Este lugar, no daré más detalles de su ubicación, es un nuevo reto. Aquí los vecinos se conocen, hablan cuando coinciden. Toda una novedad para mí, acostumbrada al anonimato de la gran ciudad. Es un pequeño pueblo, y me pregunto si daré la talla, si no me pondré en evidencia como cuando llegué aquí, dopada por completo por un Seroquel que tomé para dormir en el AVE, donde no se puede fumar como recordaréis, donde una lo pasa muy mal y sólo quiere despertar en destino. Pero dos niñas traviesas impidieron ese descanso, de forma que cuando conocí a mi casero iba drogada hasta las cejas. Lo que se dice entrar con buen pie, vamos.


La ansiedad ante el cambio existe, pero es del tipo "no pastillas extra, pero muy alta en nicotina".


Todavía no he contratado línea telefónica. Hablo con mis amigos por el móvil con cierta precaución, y hablo con vosotros ahora.


Saludos desde Málaga.

***

4 comentarios

atolon -

Eres una campeona. No te gustan los animales? Yo soy veterinaria, con lo que puedes imaginarte lo que me gustan. A mi me dan mucha paz. Tengo una gata que se llama Pitu, y siempre está cerca de mi ronroneando. Dicen que acariciar a un animal reduce la presión arterial! Pasito a pasito como dice mi madre, y espero que esta nueva experiencia te sienta bien! Te queremos.

Raul -

Te has ido a Malaga? Tu si que sabes.

Bueno, bueno ya te haré alguna visita, yo de mayor quiero ser malagueño.

besos

chikuska -

hola blue,me alegra saber de ti y saber que lo estas consiguiendo, mucho animo.

Ana -

Yo soy de un pueblo a 25 km de Barna,si necesitas algo cuando engas me mandas un e-mail a mi correo.Las mudanzas siempre conllevan estres,cuidate y haz lo que te salga más económico,o los amigos con furgoneta o una empresa,ánimos con la mudanza. Un saludo.