Cuadernos de Barcelona, domingo 26 de julio: de profa con gafas
No hay diario de ayer. No me da la gana ni escribirlo, ni mucho menos publicarlo. Fue un mal día, qué se le va a hacer, la buena racha ya duraba demasiado. Hoy tengo la del mal dormir, que no ha curado ni una película lenta [me costó dormirme el sábado]. Opto por espabilarme con música. Yeeeah, me empieza a apetecer un café.
Accedí a tomar una pastilla (no, más no, por favor, pero bueno, hay que aguantarse) para los pies hinchados, que los necesito en forma para moverlos por Madrid. No llegarán del todo bien, pero el pastilleo ya sabemos que no siempre es perfecto.
Dos cosillas no pudieron esperar a terminarse hoy [me refiero al lunes], así que no saldré hasta el martes, cosa que ya he escrito. Ahora ya me urge salir de esta ciudad, llevo demasiados días aquí y al parecer el límite aceptable está en una semana. Sueño con empezar a hacer la maleta.
He quedado con bastante gente en Madrid, y eso que me dan terror los planes. Pero debo aprovechar. Son las 9.30 h y va a empezar la clase de ofimática [se la prometí durante mi visita] con Madre.
La una y media. Alguna que otra pausa, pero llevamos toda la mañana. Ahora toca preparar la comida, y mientras, algún que otro fleco caerá. Vuelvo a estar en forma, a aguantar bien.
Dos horas después, me pregunto qué me mantiene en pie, si esa ducha antes de las 7 o qué. Necesito las gafas para no cerrar los ojos. Bien, de todas formas, las necesito siempre que me pongo ante esta pantalla, y así tengo la vista de no hacerlo: para revisión, también.
Esto de envejecer así por tantos frentes resulta más que molesto. Retiraré los permisos para usar diminutivo a quienes me llaman por él.
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1 comentario
Roberto -
Tu madre es una persona especial...,con sus cosas...,con sus historias... pero ante todo.... TE QUIERE.
Cada minuto que le ganes a la enfermedad para estar con ella, para enseñarle ofimática, para tomar un café juntas, para reiros de una chorrada..... es una victoria de valor incalculable...
Yo estoy en el mismo proceso con mi padre...
Ya no quiero vivir atado a algunos recuerdos traumáticos del pasado. En mi historia particular también hubo mucho dolor, dolor de otro tipo, pero igualmente dolor.
Re-encontrémonos con nuestros padres y madres del presente... y enterremos para siempre esos recuerdos horribles del pasado...
Yo ahora todavía lloro al recordar los golpes que mi cabeza se daba contra el suelo, nunca por voluntad propia,... pero.... ese padre enfermo de mi infancia .....ya no existe.
Ya llegó la hora de enterrar a ese padre del pasado...
Tantos años de terapia me han servido para esto... para llorar y para poder perdonar...
Pero no perdono por que sí, perdono porque por cada momento en el infierno, por cada golpe contra el suelo, siempre hubo 10 ó 15 momentos en el cielo, 10 ó 15 abrazos y besos sinceros...
Llorar y perdonar, llorar y perdonar...
Vivir y disfrutar el presente, vivir y disfrutar el presente...
Te quiero