"Mala compañía"
Cuando uno se encuentra mal anímicamente, y alguien se ofrece, aunque sólo sea para charlar, uno dice hoy no soy buena compañía, y cuelga el teléfono, y no hay alternativa porque te han levantado un muro.
Y sabes que la otra persona está pasando un infierno mental (lo del infierno no es retórica), y que te aparta de sí porque no quiere arrastrarte a él, no quiere contagiarte, que tu empatía de la que hablaba ayer- se vea afectada.
En el caso de familiares, lo entiendo y hasta lo comparto. Ya te ven mal, porque puedes tener la cara desencajada; si les cuentas lo que se te pasa por la cabeza de forma inconexa y muy dolorosa, les vas a poner peor o no van a entender nada. O esa es mi opinión. Porque no han pasado por ello. Yo les digo "hoy no puedo hablar" y no quiero que sepan más.
Pero no ocurre así en el caso de un amigo. Un amigo es una figura muy especial en tu vida. Es alguien con quien sueles compartir los buenos momentos, pero es en los malos precisamente donde un amigo demuestra con su hacer el afecto que por ti siente, y la preocupación se diluye si puede hacer algo por ti, aunque sea escuchar música juntos, o pasear en silencio. Tú le dirás abiertamente, porque hay confianza, tus límites, por ejemplo mira, hoy no puedo hablar, y él lo entenderá. Y lo aceptará, porque te acepta a ti, estés como estés.
De acuerdo que esta última afirmación es aplicable a la familia. Pero los lazos son muy diferentes, a un amigo le cuentas todo y a tu familia quizá no. Y cuando uno está jodido, necesita de alguien que le conozca un poco de verdad, esa es mi impresión.
Si el amigo en cuestión tiene en su haber experiencia en situaciones similares o idénticas, por ejemplo de bipolar a bipolar, de ese amigo no deberías apartarte y construirle un muro. Ese amigo ha pasado por lo mismo que tú, y te tiende la mano porque sabe qué puede ayudarte en un momento dado y qué no. Y sabe que aunque tú le digas prefiero estar solo, una mano que te coge, un oído que escucha, es precisamente lo que necesitas para respirar, no me atreveré a decir salir palabras mayores: terapia, etc-, del infierno.
La soledad no es buena amiga de los estados anímicos negativos. Por mi experiencia, una compañía de una buena amistad que te proporcione positividad es altamente terapéutica.
No hablo de parejas, porque ahora no tengo. Las parejas pueden ser comprensivas y mimar mucho al que está jodido, o aprovechar el momento para tirarle más basura y ponerle peor. Hay de todo, y todo ser humano tiene un nivel donde dice basta.
No soy buena compañía es algo que hemos dicho todos. Pues bien, si alguien se ofrece, alguien que no te va a rayar, que sabe que necesitas tranquilidad, o si no estás deprimido incluso todo lo contrario, alguna actividad lúdica puede sentarte bien. Aunque no estés muy animado al principio, puedes por ejemplo salir del cine encantado, porque has seguido dándole vueltas al coco pero a media película se te ha ido pasando la cosa, y el alivio, si no restauración, ya es mucho. Y has estado rodeado de gente, que también es importante. O bailar, moverse, incluso dar brincos y gritar el coro de alguna canción... eso también es terapeútico.
Ese es otro tema. Cuando no somos buena compañía normalmente estamos deprimidos, y no salimos de casa. Error, y yo la primera en caer en él, hay que decirle que sí a la persona que nos brinda ayuda, porque es un brazo el que te está ofreciendo, y lo que deberíamos hacer es cogérselo y dar el paseo del brazo cogidos, como la gente mayor, ¿y qué? Quien está jodido, también necesita del contacto físico y humano.
En estos momentos, tengo a una amiga y a un amigo que "no son buena compañía". Con tanto muro, al final siento tanta impotencia que preferiría sumergirme empáticamente en sus infiernos. Porque son mis amigos, les quiero, y quiero verles, y ayudarles en lo que esté en mi mano, aunque ellos digan que no necesitan ayuda.
Todos hemos pasado por ahí, yo la primera, y sí he necesitado ayuda, lo triste es que a veces no he tenido quien me ofreciese su mano. Por eso sé que la soledad no es buena, aunque cueste abrirse cuando uno es "mala compañía".
***
"Encerrado", dibujo de Martina Lasry
Y sabes que la otra persona está pasando un infierno mental (lo del infierno no es retórica), y que te aparta de sí porque no quiere arrastrarte a él, no quiere contagiarte, que tu empatía de la que hablaba ayer- se vea afectada.
En el caso de familiares, lo entiendo y hasta lo comparto. Ya te ven mal, porque puedes tener la cara desencajada; si les cuentas lo que se te pasa por la cabeza de forma inconexa y muy dolorosa, les vas a poner peor o no van a entender nada. O esa es mi opinión. Porque no han pasado por ello. Yo les digo "hoy no puedo hablar" y no quiero que sepan más.
Pero no ocurre así en el caso de un amigo. Un amigo es una figura muy especial en tu vida. Es alguien con quien sueles compartir los buenos momentos, pero es en los malos precisamente donde un amigo demuestra con su hacer el afecto que por ti siente, y la preocupación se diluye si puede hacer algo por ti, aunque sea escuchar música juntos, o pasear en silencio. Tú le dirás abiertamente, porque hay confianza, tus límites, por ejemplo mira, hoy no puedo hablar, y él lo entenderá. Y lo aceptará, porque te acepta a ti, estés como estés.
De acuerdo que esta última afirmación es aplicable a la familia. Pero los lazos son muy diferentes, a un amigo le cuentas todo y a tu familia quizá no. Y cuando uno está jodido, necesita de alguien que le conozca un poco de verdad, esa es mi impresión.
Si el amigo en cuestión tiene en su haber experiencia en situaciones similares o idénticas, por ejemplo de bipolar a bipolar, de ese amigo no deberías apartarte y construirle un muro. Ese amigo ha pasado por lo mismo que tú, y te tiende la mano porque sabe qué puede ayudarte en un momento dado y qué no. Y sabe que aunque tú le digas prefiero estar solo, una mano que te coge, un oído que escucha, es precisamente lo que necesitas para respirar, no me atreveré a decir salir palabras mayores: terapia, etc-, del infierno.
La soledad no es buena amiga de los estados anímicos negativos. Por mi experiencia, una compañía de una buena amistad que te proporcione positividad es altamente terapéutica.
No hablo de parejas, porque ahora no tengo. Las parejas pueden ser comprensivas y mimar mucho al que está jodido, o aprovechar el momento para tirarle más basura y ponerle peor. Hay de todo, y todo ser humano tiene un nivel donde dice basta.
No soy buena compañía es algo que hemos dicho todos. Pues bien, si alguien se ofrece, alguien que no te va a rayar, que sabe que necesitas tranquilidad, o si no estás deprimido incluso todo lo contrario, alguna actividad lúdica puede sentarte bien. Aunque no estés muy animado al principio, puedes por ejemplo salir del cine encantado, porque has seguido dándole vueltas al coco pero a media película se te ha ido pasando la cosa, y el alivio, si no restauración, ya es mucho. Y has estado rodeado de gente, que también es importante. O bailar, moverse, incluso dar brincos y gritar el coro de alguna canción... eso también es terapeútico.
Ese es otro tema. Cuando no somos buena compañía normalmente estamos deprimidos, y no salimos de casa. Error, y yo la primera en caer en él, hay que decirle que sí a la persona que nos brinda ayuda, porque es un brazo el que te está ofreciendo, y lo que deberíamos hacer es cogérselo y dar el paseo del brazo cogidos, como la gente mayor, ¿y qué? Quien está jodido, también necesita del contacto físico y humano.
En estos momentos, tengo a una amiga y a un amigo que "no son buena compañía". Con tanto muro, al final siento tanta impotencia que preferiría sumergirme empáticamente en sus infiernos. Porque son mis amigos, les quiero, y quiero verles, y ayudarles en lo que esté en mi mano, aunque ellos digan que no necesitan ayuda.
Todos hemos pasado por ahí, yo la primera, y sí he necesitado ayuda, lo triste es que a veces no he tenido quien me ofreciese su mano. Por eso sé que la soledad no es buena, aunque cueste abrirse cuando uno es "mala compañía".
***
"Encerrado", dibujo de Martina Lasry
3 comentarios
chikuska -
Angela -
En realidad necesito una respuesta que me pueda ayudar con esta pena.
Yo no tengo trastorno bipolar, si no mi ex.
Creció un sentimiento tan grande en la relación, aunque casi dos meses ex relación, relación en la que me sentí fascinada con sus energías, inteligencia, ayuda al prójimo, etc, etc,etc, bla, bla, bla, que me deslumbro. Digamos que me permitió entrar a su mundo de locura, palabra real, la que no te hace dudar ser parte de el, porque al fin y al cabo todos tenemos algo de locos!!!
BIPOLARIDAD palabra desconocida por mi.
Ahora estoy aquí, averiguando todo al respecto, navegando entre páginas y paginas buscando respuestas.
Entre a su mundo sin dudar, era lo que anhelaba con todas las ganas.
Convivimos un corto tiempo, fue mágico!!! y pese a sus cambios, favorecía lo original que solíamos ser y tan distintos, su música y yo las noticias jajaja, Estábamos en una etapa tan linda de volver a nacer.
Pero de pronto un día de un estado a otro. Nunca le critique, notaba que pensaba mucho y le daba su espacio, pero por respeto a la independencia que se merece cada persona, no porque supiera de su trastorno. Cada día ese estado de locura note que no era "normal" que sobrepasaba los límites.
Verdaderamente sé que fue una relación de entrega y de felicidad mutua, pero maldita BIPOLARIDAD nos separo.
Pasado los días sus estados críticos eran de odio hacia mi, su mirada se desdibujaba, noche tras noche sin tocarnos. Cerraba mis ojos limitando rozar mi cuerpo con el suyo, eso sería GRAVE, me refiero a que sentí que me aborrecía, que le daba asco y no me expondría a más dolor e impotencia.
Le plantee que las cosas no estaban bien y que talvez sería mejor terminar, accedió de inmediato. Me puse a buscar arriendo y a los pocos días me fui de su hogar, no es lo que hubiese querido, prácticamente me hecho.
Cuando decidí vivir a su lado lo hice convencida, por tal razón no tengo una cuota de arrepentimiento. Ese día me ayudo a cargar las cosas y las acomodamos en su espacio. Pero al irme de su hogar, fue todo lo contrario, sentí su rabia silenciosa y se retiro mientras hacia las cajas, me di el valor que no poseía, solo el chofer y yo cargamos las cosas.
Hoy más informada de la BIPOLARIDAD, hace unos días llame a su móvil, para saber como estaba, uffff!!! Sentí que me despreciaba, y mientras titubeaba al saludar, coloco su móvil en el parlante de la música, para no oír mi voz.
Me pregunto en sus estados gozan haciendo sufrir??
Un día me dijo: Llevo tiempo luchando con esta locura y eres parte de ella también. Agregando: Eres una mujer maravillosa, no mereces aguantarme tanto, porque lo haces?
La respuesta la tengo, aunque me cuesta decirlo pero grita por dentro Siento AMOR esa es la razón. .
Me detengo un rato en sus palabras y creo que su idea trágica fue decidir alejarse para protegerme de su estado.
Pese a todo lo sucedido y sin buscar un consuelo, sé que siente algo grande por ti, solo lo sé porque lo sé...
Significa mucho para mi y en un tiempo quizás lejano me gustaría acercarme para ofrecerle mi compañía como amiga. Pero no sé como hacerlo y cuanto tiempo debo esperar para ello.
Ambos tenemos 32 años
abrazos y gracias
timora -
Un saludo muy cordial
Timora