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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Aceptarlo II

Aceptarlo II En cierto modo, me alegro de haber sido diagnosticada "de mayor". He tenido una vida, y ahora tengo otra. Muy diferente, pero vida al fin y al cabo.

No puedo hacer lo de antes, o no de momento. ¿Qué puedo hacer ahora? Y hay mil cosas, en las que nunca te habías interesado, que se ofrecen ante ti.

No puedo… ¡tantas cosas! Tomar café, por ejemplo, aunque a otros no se lo han prohibido. Y te dices, “me han quitado la vida”. Y hay que buscar, la vida nos puede dar tanto que no reparamos en ello.

No puedo salir de noche y beber alcohol, como se suele hacer cuando eres joven. Puedo, pero no debo, si no quiero poner un pie en el Lado Oscuro. Pero sí puedo hacer otras mil cosas durante el día que también son divertidas o placenteras.

No puedo trabajar, estoy de baja, hace muuucho tiempo. Me gustaba trabajar, ya lo dije en el último post. Yo pensaba que me darían unas pastillas y que en cuatro meses ya estaría trabajando de nuevo. Ahora acepto, y esto me ha costado mucho, que esto ha de tomarse su tiempo, uno no se recupera en dos días de un vaivén así en el cerebro.

Ahora sé que ni mi cuerpo ni mi mente toleran el estrés y que la sobrecarga me desequilibra. Que podré trabajar, sí, pero en “cosas tranquilas”, y quizá, no, lo más seguro, tenga que olvidarme de ocho horas. Yo, que hacía diez horas en el despacho cada día. Así enfermé, el stress pudo conmigo, y fue uno de los detonantes de un episodio muy gordo, la Manía de la que he hablado en tres posts, y de dos años en la montaña rusa.

Hay que aceptar demasiadas cosas, y no todo lo puedes tragar de golpe. Hay que empezar de 0, como dice Sonsoles en la página de inicio de Bipolarweb, la enfermedad a veces irrumpe en nuestras vidas como una riada y se lo lleva todo: trabajo, pareja, amigos... puedes perderlos, yo he tenido esa suerte, mala suerte, pero mis amigos no me abandonaron, benditos sean, lo que aguantaron.

Creo que la "madurez" me ha hecho aceptarlo lo mejor posible. Para mí ya no es importante salir de noche, por ejemplo. Pero si lo hago, hay cosas que puedo beber sin alcohol, muchas.

Hoy tengo cita con el psiquiatra. La estoy esperando hace tiempo, y ahora con más interés. Le he de agradecer mucho, porque gracias a la terapia con él y con el psicólogo, creo que estoy en el buen camino. Y seguro que me pega alguna hostia, algo con lo que no contaba. La terapia no es ninguna broma, y servidora hace lo que puede. Pero siempre se puede hacer algo más, siempre puedes ir más allá en lo de aceptar que tienes una nueva vida y vivirla, no sólo pensarla, apuntarse al gimnasio y no ir, por ejemplo.

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