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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Primitivo

Primitivo “Hace frío”

Sólo escuchas eso por la calle y en todas partes: en la escalera, en el bar... a secas, o con todo lujo de detalles (ay, hoy me he dejado los guantes; ay, mi paraguas, lo perdí el otro día...) Vas en el autobús, cansada de oír el mismo tópico mil veces ya durante la jornada... y de repente te encuentras con tu profesora de literatura enfrentada en el asiento.

Incomodidad. No se puede mirar fijamente, pero ambas estamos haciéndolo por el rabillo del ojo. ¿Será ella? Una de las “duras” del instituto, por defecto la nota era aprobado. Creo que aprendí bastante, y que también he olvidado lo propio, veinte años no pasan en balde. Cuando me doy cuenta, ha bajado del bus. Esa fue una de las razones por las que nunca ejercí la docencia: no soportaba la idea de que, por ejemplo, veinte años después alguien sepa quién eres tú y tú ni pajarera idea, un rostro más entre miles, en años y años, trienios... Me gusta mi semi-anonimato, trabajar en comunidades pequeñas.

Estoy harta de lo del frío, del monotema. Aquí el programa más visto es “El tiempo”, los hay verdaderamente adictos y no solo los campesinos, que mirando al cielo también saben lo que ha de venir. Ahora pienso en Madrid y me parece que aquí no hace tanto frío. No hay nada como tener puntos de referencia para poder relativizar. En concreto, a servidora, que es una “fredolica” (friolera) crónica.

La lluvia me gusta menos. Aquí llueve tan poco, que cuando lo hace todo se estropea. Semáforos, planes... un gallego me dijo que si esto fuese Galicia, no trabajaría nadie, y que allí miran al cielo y ya saben si lloverá y cómo. En Barcelona no hay cultura de lluvia, en absoluto. Esto se paraliza, no como si nevase, pero la ciudad entera se resiente. Y las personas hacen menos, es como si la lluvia nos apagase. Un amigo mío de Bilbao nos tiene por muy raros por esta razón.

Esto del tiempo es de lo más primitivo: el hombre y la naturaleza. Decían los indios norteamericanos que el estado de ánimo del hombre estaba influido por el tiempo. Además de lo dicho sobre la lluvia, un día con el cielo gris puede ser un día gris para mucha gente. Y si trasladamos el tema al trastorno bipolar, está demostrado que a la que el otoño nos abandona el sol, empieza una epidemia de depresiones anunciadas. El sol, las personas también fotosintetizamos, al parecer, sustancias como las vitaminas (¿esto es verdad o algo que recuerdo mal?) lo necesitan para activarse.

Pues hoy también me he puesto a lo “primitivo”. Sigo decorando mis libretas, y la que está ahora sobre la mesa del taller es la que ya conocéis, “Raíces”. La foto de cubierta ya os la puse en el post “Recordatorios”, el tema era cómo narices decorar la contraportada.

Había empezado a pintar con esponja, llevaba tres capas ya. Pues en plan idea repentina y cambio de tercio, me ha dado por coger la pintura naranja, extenderla en la paleta, y empezar a darle al dedo. Como los niños, sí, a lo guarro. En dos colores, me he puesto morada. Me ha gustado tanto la experiencia que estoy pensando decorar una cartulina con las huellas de mis manos. Lo haría en la pared, pero me matarían. ¿Qué mejor manera de marcar territorio? Además, me encanta el arte rupestre... mi mejor regalo de la primera comunión fue un viaje al norte con mi familia donde pude ver la cueva de Altamira, con ocho añitos... y no la he olvidado. Años después hice una ruta por otras cuevas en Cantabria. Para mí es algo emocionante, y no es por decir algo, me despierta realmente muchas emociones. Rupestre o primitiva que es una, quizá.

Bien, ahora mi libreta es lo más personal e intransferible posible, mis huellas están en ella. Hoy se la he mostrado a mi psicólogo y le ha parecido una buena idea. Dice que estoy llena de positividad, de ganas de realmente tener esa vida, mi vida, después de pasar el peor trago de la enfermedad, cuidada por mis familiares. Y mis planes le parecen bien, no le parecen descabellados, además hay buenos psiquiatras allí.

He tenido suerte, después de todo. No me quejo, lo peor pasó, y lo mejor está por venir.

5 comentarios

carmabas -

te leo, y veo una sensibilidad a flor de pie y dices cosas muy oportunas para los bipolares, yo soy familiar y me reconforta leerte, te ofresco mi ayuda oara ki qye desees y este en mi mano. u abrzo

Pat -

Aqui (Venezuela) nos acostumbramos a sentir la lluvia y de igual manera la vida se apaga. A mi me obliga a recluirme en la cama a menos que hayan compromisos ineludibles.

Vale, para la libreta, una idea si te parece, puedes tratar con collage, tomas imágenes de revistas viejas y las pegas con cola blanca, una vez lo hice sólo de ojos, quedó simpático. Luego si estás satisfecha con el trabajo le pone una capa de cola encima para que quede protegido. Yo lo hago siempre, muy relajante además se nota la personalidad en el acabado, saludos. :)

Míblog -

La ciudad donde vivo también se paraliza cuando llueve: atascos, semáforos rotos, alcantarillas reventadas... Hace poco nevo y luego granizó la gente no se atrevía a salir. Es curioso la relación que puede tener un pueblo con el tiempo. Aquí en verano la gente se obsesiona por el viento, dependiendo de si hace poniente o levante puedes ir a una playa u otra. Primero se queda y luego según él, el viento, se decide donde se va. Es como si el viento fuera una persona. Quizás lo sea como decia el sombrerero loco del tiempo.
Leo tu blog todos los días, me gusta mucho. Sigue la lucha, seguro que sales de tu problema.
Un abrazo.

Carne de Psiquiatra -

¿Si? ¿Hola? ¿Dígame?

luis -

!!!!