Solos en la Caverna
Estamos solos.
Solos con nuestro dolor.
Nuestro arrepentimiento.
Esa CULPA, de repente la culpa de todo ha sido mía.
La culpa, a la basura.
La culpa no ha solucionado nunca nada.
Es más, empeora las cosas.
La culpa nos ancla a un pasado del que debemos desligarnos.
Tenemos responsabilidades con nuestro pasado, por supuesto.
Quizá hayamos tenido un hijo y de eso no podemos liberarnos, ni queremos.
La culpa es otra cosa.
La culpa puede nublar cualquier pensamiento.
Puede llevarnos a callejones sin salida.
Leer a Nietzsche puede ser desquiciante, pero él lo tenía claro.
La culpa es un mal invento.
Pero bien nos la han inculcado.
La culpa es una pesada carga a nuestras espaldas.
Tanto, que sólo podemos mirar al suelo.
Quitémonos esa piedra de encima,
y empecemos a ver el sol.
Nadie dijo que fuera fácil,
es difícil salir de la Caverna de Platón.
La culpa nos encadena
y tomamos como realidad las sombras,
y saldremos de la caverna y allí estará el sol.
Salir de la Caverna,
eso se dice pronto.
Necesitamos terapeutas
para poder ver más allá de las sombras
y dejar atrás la caverna.
Hay una nueva vida fuera,
y al principio nos cegará el sol.
Y nos cuestionaremos todo lo que hasta el momento
habían sido las verdades.
Por eso vendrá a mí el sentimiento de culpa,
y querré volver a la caverna.
Ahí está mi terapeuta
para que no equivoque mis pasos
en este nuevo camino.
Al principio necesitaré gafas de sol,
quizá un bastón,
pero luego caminaré con la frente erguida
y veré las cosas de otro color,
de su color real.
Y la culpa irá desapareciendo.
Solos con nuestro dolor.
Nuestro arrepentimiento.
Esa CULPA, de repente la culpa de todo ha sido mía.
La culpa, a la basura.
La culpa no ha solucionado nunca nada.
Es más, empeora las cosas.
La culpa nos ancla a un pasado del que debemos desligarnos.
Tenemos responsabilidades con nuestro pasado, por supuesto.
Quizá hayamos tenido un hijo y de eso no podemos liberarnos, ni queremos.
La culpa es otra cosa.
La culpa puede nublar cualquier pensamiento.
Puede llevarnos a callejones sin salida.
Leer a Nietzsche puede ser desquiciante, pero él lo tenía claro.
La culpa es un mal invento.
Pero bien nos la han inculcado.
La culpa es una pesada carga a nuestras espaldas.
Tanto, que sólo podemos mirar al suelo.
Quitémonos esa piedra de encima,
y empecemos a ver el sol.
Nadie dijo que fuera fácil,
es difícil salir de la Caverna de Platón.
La culpa nos encadena
y tomamos como realidad las sombras,
y saldremos de la caverna y allí estará el sol.
Salir de la Caverna,
eso se dice pronto.
Necesitamos terapeutas
para poder ver más allá de las sombras
y dejar atrás la caverna.
Hay una nueva vida fuera,
y al principio nos cegará el sol.
Y nos cuestionaremos todo lo que hasta el momento
habían sido las verdades.
Por eso vendrá a mí el sentimiento de culpa,
y querré volver a la caverna.
Ahí está mi terapeuta
para que no equivoque mis pasos
en este nuevo camino.
Al principio necesitaré gafas de sol,
quizá un bastón,
pero luego caminaré con la frente erguida
y veré las cosas de otro color,
de su color real.
Y la culpa irá desapareciendo.
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