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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Por qué no tomarlo?

Por qué no tomarlo?

Una vez me recetaron algo nuevo, algo para un trastorno bipolar que decían (inexacto: yo lo tenía claro, fue mi psiki el que se demoró hasta que mi manía más la información que busqué me dieron las respuestas) que tenía. Ya no tenía depresión, ahora tenía esto.

Se equivocó en la primera receta. No existía esa dosis para ese medicamento, ya podía ir a otra farmacia, todas decían lo mismo, yo como una moto hasta que pude ir a buscar otra receta, esta vez correcta. Me costó ir, yo no me encontraba bien y apenas salía de casa, con una fobia social que es uno de mis peores recuerdos de esa época.

Lo compré y leí el prospecto. Mal hecho. Hubiese debido interrogar al psiquiatra para que me explicase por qué me daba un antiepiléptico, para empezar, y para seguir qué podía pasarme, qué efectos secundarios podría acusar. Con palabras sencillas, palabras que no dejasen lugar a dudas: me he de tomar esto y sé qué riesgos tiene y si tengo este efecto secundario he de decirlo. Así de claro.

No sabía, no estaba informada. Y me dio miedo tomarlo.

Para eso está Bipolarweb. Para que el resto te diga que se lo está tomando y no sólo no tiene miedo sino que se encuentra mejor, o quizá que se lo tuvieron que cambiar bien porque no respondía bien porque los efectos secundarios eran demasiado perjudiciales.

Nada quiero saber sobre medicación, porque he de tomármela. Me parece muy bien saber qué vitaminas llevan los tomates, pero no quiero jugar a la hipocondria. Cuando me receten algo, me interesaré por ese fármaco.

Para qué quiero saber sobre otros medicamentos, si lo que me diga la gente que los toma será personal e intransferible. A todos nos sientan como las colonias, ¿verdad que nadie huele igual cuando se pone la misma?

No seré yo quien le pida al psiquiatra algo que le ha funcionado a un amigo. Ahora le estoy pidiendo que me de algo alternativo a la benzodiacepina que tomo y me tiene como una yonki, porque en su día ya tuve problemas con esta familia de fármacos.

Tengo muy claro que el psiquiatra ha de saber más que yo, para que yo confíe en él. Y no meterme en su terreno, no es bueno ser profano en farmacología y creerse que uno sabe porque alguien ha tomado algo y ha leído un prospecto. Bien, esa es mi opinión, y es la que voy a defender.

Seamos obedientes. Tomemos lo que nos han recetado desde el primer día, quizá con instrucciones sobre una pauta ascendente tan importante en según qué fármacos. Es difícil empezar esas pautas, ve subiendo 10 mg cada tres días, es para apuntárselo en la agenda vamos. Pero hay que hacerlo así, por las pastillas que conozco es precaución ante efectos secundarios fuertes.

Si no tomamos esa pastilla, porque creemos quizá que ya tomamos suficientes, que no vale la pena una más, ese tratamiento no estará completo. Es el psiquiatra quien decidió que necesitaba eso, lo incluyó en la pauta, y contará con que me lo estoy tomando cuando le visite de nuevo. No soy quién para negarme. ¿Por qué? Por una cuestión de autoridad. ¿Por qué? Porque no salgo del pozo y quiero mejorar. Haz tu lista, y luego mira eso que no te estás tomando.

Sin miedo, la pastilla nueva no está para mirarla en su caja, se traga con el resto y lo que sigue, ya lo sabemos todos... cada uno huele diferente con la misma colonia.

En mi caso, lo que sigue es un sueño que no puedo controlar. El que me está entrando ahora, cuando cuelgue la foto tendré ya ojo y medio cerrado. Y mañana por la mañana, estaré así otro ratillo.

C’est la vie. Como que este tema lo tengo ya muy sobado en el blog pero sé lo que me costó aceptarlo, y el futuro me dice que tendré que volver a tomar algo que a priori no me haga gracia, pero "será lo que hay".

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