Nocturnos
He vuelto a los Nocturnos de Chopin, al parecer es lo único que mi ansiedad soporta.
Hoy me he enterado de que la ansiedad provoca más salivación, y ésta, más gases. Curiosidades, pero que te explican cosas que te pasan y no te habían sucedido antes.
Hoy he comprendido que el bisturí del que hablaba hace días no podía dármelo mi psiquiatra. Eché de menos a mi psicólogo. He actuado por instinto de supervivencia. En depresión eso no existía y así lo relaté el 12/12/04. Se demuestra que ahora ya lo tengo.
Necesitaba un machete, directamente, y abrirme yo sola camino en ese jardín lleno de malas hierbas que se había convertido en una selva en mi mente.
"Te he puesto en una balanza. Gana mi salud mental"
He asumido que no es egoísmo. He asumido que no puedo ayudar a quien no se ayuda (y este debate interno es el que ha originado los posts sobre las pastillas). He reflexionado sobre la amistad que me une a algunas personas. La balanza no miente, y hay gente que definitivamente tiene un lugar en mi corazón, incondicional, y otra que no lo merece, y otra que lo tiene pero si se lo dejo, lo hago a costa de mi salud mental.
Se dice a sangre fría. Se dice después de una crisis que mi psiquiatra de nuevo ha conseguido abortar, y pintaba mal esta vez, la locura estaba cerca y me asusté, lancé el SOS discretamente. La ansiedad ya empieza a remitir. Se dice cuando el temporal ha amainado y una ha sobrevivido, y da la bienvenida al oleaje tenue. A la noche que seguirá reparándome gracias al sueño.
Con la ayuda de mi psiquiatra y de mis amigos. El procedimiento ha funcionado, y se ha comprobado que estoy entrenada, y que tengo amigos, los que no te sueltan de la mano, los que se tienen con los dedos de las manos, ahora mano.
Mi nocturno favorita es el 12.
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1 comentario
Bertrand -
Sólo la paciencia me podía acallar. Sabía que iba a pasar, que iba a pasar de largo si lo sabía dejar ir. Dos Lexatines me ayudaron, por la mañana y por la tarde. Depresión y ansiedad. Fui al médico. Dormí plácidamente. Reduje mi actividad al máximo. Sé que en esos días poco puedo hacer... y lo que intente que me desborde, peor será.
No entendía cómo podía hacer tanto calor... si había estado nevando hace nada...
Hoy he tenido un día maravilloso. Observaba cualquier excitación excesiva... pero todo bien... dejaba hablar... compartía... podía fijar mi atención en un tema tras otro... relajaba mi conducción... Hasta el disfrute se interiorizaba y empequeñecía, paladeándolo como pasajero y relativo, pero que volverá de nuevo...
La música también hoy me ha acompañado... Hoy le ha tocado a Beethoven, pero ha sido circunstancial. ¡Qué maravilloso concierto de piano...!
La vida sigue... yira...yira...
Ahora a dormir... ¡ya está bien...!