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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Batallitas bipolares

Pues no se va al cine

Es del todo incoherente cancelar una cita médica que tienes programada ayer por la mañana porque no te encuentras bien, quizá has tenido fiebre por la noche, que pase un día, que tampoco te encuentres bien esta vez por un insomnio de esos criminales, pero que te digas que tienes ocho horas de margen (quizá te encuentres luego mejor, quizá paso a paso puedas arreglarte, quizá te creas que "eres persona") porque quieres ir al cine, hacer algo de vida social, salir de estas cuatro paredes y dejar de parecer una enferma que rara vez se encuentra bien por las mañanas estos días de flojera, que por ejemplo hoy todavía no se ha quitado el pijama a la hora de comer.

Es jugar demasiado con la probabilidad que por las mañanas seas una piltrafa humana víctima de efectos de una fiebre o de tus insomnios, y por las tardes confíes en que vas a encontrarte mejor. Y que eso sea una esperanza real en estos momentos, es algo ingenuo.

Si no fui al médico ayer, una obligación, hoy me castigo: no voy al cine.

***

Gracias a un mail y avances con la psicóloga

 

Me escribe un lector, me alegra esta mañana de "insomnio terminal" o despertar precoz, en la que debería haberme metido en la ducha inmediatamente para despejarme y porque tocaba, pero me ha podido la rutina del café-correo electrónico, como cuando trabajaba (despertador-internet exprés+café expres+ducha). Creo que me duchaba y vestía antes del café. Por qué no recuerdo bien ahora rutinas de hace tan solo diez años. ¿Porque no estaba diagnosticada y ese pasado está siendo progresivamente borrado, no sólo por el paso del tiempo, sino de forma más o menos voluntaria?

La diferencia es que ya no lo hago, el trabajar, y también he abandonado por un tiempo el cafelito con "Pepe" a las 8 h. Por tanto, han dado las 10.10 y no me he duchado todavía, y no me esperan hasta las 12.30 en el centro, así que como no hay prisa, posteo, y como cuando posteo pasa el tiempo volando, seguro que al final acabaré en un taxi, como el otro día. Es mi problema.

Me alegra, sí, que me escriba este lector en especial, lo que ocurre es que le suelto un mail-tostón que me cuesta una hora redactar. Hacía mucho tiempo que no escribía un mail tan largo. Gracias por saludarme, lectores, no me molestáis.

Por lo que me cuenta le recomiendo que se ponga en terapia. Como he encontrado de nuevo alguien que sí me ayuda, entiendo que quizá necesitaré apoyo psicológico todavía durante quizá años.

Copio algunas de mis palabras.

Ahora me preocupa más el tema del estigma, es lo que estoy trabajando en la consulta. Intento hacer vida normal, pero es muy difícil con el trastorno (decirle a alguien que lo tienes y que deje de hablarte, cosas así), y esta mujer me está ayudando bastante. El tema no tiene solución, creo, pero sí mi actitud hacia él, y sé que necesito ayuda.

(...) recuerdas aquella conversación como si hubiese tenido lugar ayer, y lo mínimo, te reconforta, lo máximo, te hace erguirte si estabas hecha un ovillo.

(...) El trastorno es para toda la vida, es algo difícil de digerir, tengo más años que tú, 42, y no sé si es porque me diagnosticaron tarde, a los 35... el caso es que a veces yo también me machaco, con otras cosas, no me importa contártelas pero con el rollo que te he pegado me sabe mal alargar el mail...

Las fobias. Los problemas para encontrar pareja. La lucha diaria para conseguir mantener orden en la casa. La maldita ducha. Y más, no os lo voy a contar todo.

Y han pasado años.

Pero se impone por ello un gran esfuerzo (y el refuerzo psicológico mencionado), ya que se tiene conciencia: darse un empujón, cogerse del moño uno mismo (gran expresión, ocurrencia de Henri)...

Y con ello, hacer vida normal.

Qué narices, todo el mundo tiene sus problemas.

***

Nuevo fármaco I: y que funcione

Nuevo fármaco I: y que funcione

La psiquiatra que tengo ahora en la seguridad social me dijo que he de quedarme aquí, una vez confesado que no tenia planes para irme a Barcelona. Ahora, mis actividades me atan a Málaga. Hacer maletas es mala idea, por perderme esos compromisos con las rutinas todavía construyéndose. Cualquier cosa puede derrumbarlas: tres faltas a la actividad bastarían. Si yo le hubiese mostrado un interés suplicante por reunirme con mi familia en estas fechas navideñas, las cosas quizá se hubiesen relajado. Pero ellos entienden que tampoco nos sientan bien estas fechas.

Esta mujer es muy sonriente, y debí preguntarle si era un consejo terapéutico, sí o no, para aclararme. Mi psiquiatra de Barcelona también sonríe, no pierde esa expresión mientras te da una orden tan clarita como tajante. Me resulta más... directo, serio, en definitiva... catalán, no sabría decirlo bien, en todo caso es un lenguaje que entiendo mejor.

Aquí me descolocó ese "dime, ¿por qué estás de los nervios?" en la primera consulta. Donde vivo ahora, tener enfermedad mental es "estar de los nervios", cuidado con decir eso de forma coloquial -como lo conozco donde he vivido (*) - en una conversación. Romper el hielo, ser cariñoso... lo entiendo, sí, pero no me resulta (opinión personal donde las haya) un hablar claro en boca de un psiquiatra. Seré seca, seré "desaboría" que dicen aquí...

Cuánto me falta por aprender del habla y de las costumbres de esta nueva tierra, pues la ignorancia que ahora vierto en mis opiniones sobre el particular puede resultar insultante, y no me gusta faltar al respeto. Ella goza de buena fama, y me atiende muy bien; tras esa primera entrevista ha habido otras en las que me ha ayudado, respeta las pautas que le traigo de Barcelona incluso. Me deriva a una psicóloga que me impresiona. La asistenta social también es una gran ayuda profesional y personal.

El sistema de salud mental parece funcionar bien en esta Comunidad Autónoma, a pesar de las citas de dos meses y pico o tres. Este hecho me alegraba tantísimo cuando lo recibía de mi Psiquiatra... sólo necesitaba supervisión de vez en cuando.

. . .

Mi psiquiatra de Barcelona, cuánto echo de menos a ese hombre. Soy consciente de todos los esfuerzos que ha hecho por sacarme de los no pocos líos de neurotransmisores averiados en los que me he metido estos años, y de paliar los efectos secundarios. He entendido qué difícil es manejar el trastorno tras la barrera, también.

Es mucho más fácil sacarte de un episodio "arriba" que de uno "abajo".

Y titánico, lo "mixto". Cuando le conocí a finales de 2003, ese "mixto" fuera de pronósticos fue el no va más. No sé cómo pero ya no importa, me libró de él sólo sé que después de probar quizá el vademécum entero. Y una terapia en paralelo. Mi familia hubiese contratado hasta a un urólogo si hubiese podido ayudar para sacarme del gran gran problema y crisis.

Hubo pastillas que no toleré por efectos secundarios, otras no funcionaron como se esperaba... (esto ha seguido sucediéndome con los fármacos durante años). Un cóctel logrado pieza a pieza, miligramo a miligramo, por fin ayudó a mi mejora, y con ello pudimos respirar, pasadas estas fechas apenas, en enero de 2005.

Por cierto, hoy es un aniversario... un 18 de diciembre de 2004, estaba ingresada, voluntariamente, y disfrutaba de un permiso de fin de semana (ahí está, en los archivos, el POST con detalles). Todavía daba coletazos la cosa, no imaginé que mejoraría tan pronto tras ese pico pero así fue... Además de acabar con tu crisis, aprendes mucho en un ingreso.

. . .

Ahora, todavía algo "abajo" y su compañera ansiedad con sus hijitos fobias, acabar ya con "abajo" sin antidepresivos tricíclicos para evitar el efecto viraje a hipomanía. 

Por fortuna, uno de ellos sí ha funcionado y creo es el mejor antidepresivo que he tomado en años. Es el que me hace sentirme algo activa cuando me levanto. Es un medicamento raro, que funciona muy diferente según a qué dosis se pauta. Esto escapa un poco a mi comprensión, a pesar de que tuve la oportunidad de asistir a una conferencia detallada sobre este tema con estudios realizados aquí. Qué cosas investigan ahora, qué fármacos más versátiles. Por esto tengo bastante fe en el futuro.

Hace un año y medio ya me anunció que iba a pautarme otro fármaco sobre el que había estudios prometedores en el extranjero; más tarde, ya en nuestro país. El problema es que faltaba la aprobación de las autoridades sanitarias, y la posterior comercialización. Este verano, algunos seguimos el rastro de los países donde iba apareciendo en farmacias: Gibraltar, la cosa se acercaba. Se nos había presentado como revolucionario; había expectación ante el momento de "nuestro" turno.

Ahora ya hay un montón de pacientes aquí que ya han empezado con él, y al parecer están satisfechos, aunque hay que esperar. Mi turno, cuando presente un perfil hepático, al cual tengo verdadero horror tras algo de alcohol y media vida con lo que me han ido recetando.

Mi psiquiatra confía en que este medicamento, por sus características innovadoras también, puede ofrecerme una solución. Todo para mejorar la calidad de vida (para eso trabajan y no para putearte es algo que no me cansaré de repetir). En mi interior, algo me dice eso de que más vale malo conocido. Pero como ya tengo mucha curiosidad, también ganas y expectativas de mejoría, pues claro que me lo tragaré, y ya veremos qué pasa.

Parece haberse convertido en el nuevo fármaco de moda, y me recuerda a un párrafo de un post antiguo (en posdata), que ahora entiendo mejor: cuando llevas años en el negocio bipolar, agotado el vademécum, fuera de la montaña rusa pero a la espera del cóctel definitivo...

Sólo puedes esperar a lo nuevo que salga.

. . .

 

(*) Si habéis leído el post "Ingreso voluntario II" que he enlazado, allí "se estaba de los nervios" también.

P.D. Otro tema es a saber si me lo pautan en Barcelona o en Málaga; me gustaría que fuese aquí.

P.D.2.  Extraído del post "Fashion" (21/12/2004):

Por lo que sea, esta es una enfermedad de moda. Y también otros y yo hemos observado modas en cuanto a la medicación: de repente a mucha gente que conozco empiezan a darle el mismo estabilizador. Hay muchos fármacos de ese tipo, pero este es nuevo y promete la cosa. Pues hale, a hacer de conejillos de indias. A mi me lo recetaron y no podría afirmar que me estabiliza, que es su cometido, porque servidora está todavía en la montaña rusa. Pero me sé de uno que empezó a tomarlo y la cosa le costó una hipomanía de las gordas, casi una manía. Lo que es molesto de por sí, y más si estás trabajando, porque te juegas el puesto. Porque no a todos nos afecta la medicación de la misma forma, ni la toleramos, o no nos hace efecto, o nos provoca efectos secundarios diferentes.

***

Diagnóstico II: aprendizaje I

Diagnóstico II: aprendizaje I

 

1. El diagnóstico con el ex-psiquiatra

Hermano estuvo allí. Era para asustarse. Era muy raro que pidiera un día de asuntos propios, y lo hizo cuando esa cita con el psiquiatra: indicador de que era un tema muy grave. Se veía venir, habíamos tenido unas charlas bastante duras semanas atrás.

Habían estado hablando sobre mí, Hermano y Madre. Estaba fatal, yo era plenamente consciente. Ellos, también: habían acordado que lo que más me convenía era que yo estuviese con ella en su casa una temporada. Madre me lo había insinuado dos o tres veces, y yo había declinado. Un precedente lo justificaba: duré tres días allí, una vez que necesité que me cuidase al menos una semana. Lo tenían muy pensado: Madre me ofrecía también la antigua habitación de mi hermano. No. No. Y no. Allí, no. Con ella, no. A los 35 años, no. Enferma o no, lo he dicho siempre, la lucidez no te abandona, y me encontraba demasiado lúcida entonces.

Un par de semanas antes, le había contado al psiquiatra todo lo que me había ocurrido. Había peinado Internet, tenía todas las sospechas, y un montón de hechos apuntados en la agenda sobre cinco días alucinantes a los que llamaron "manía" (ver archivos de diciembre 2004). Sabía que debía tomar notas para él, y no dormí esa noche preparándolas. En efecto, tenía un TB, y se cambió el antiguo diagnóstico "Depresión", en el historial desde 1994. Creo, digo "creo", que una de las preguntas que me hizo fue: "¿Has tenido depresiones de un solo día?" Y recordé varios días de absentismo laboral. Fue cuando informé a la familia, y todo se puso en marcha.

Acabó esa entrevista, bastante larga, y salí. Entraron Madre y Hermano. Al rato también largo, se abrió la puerta, entré a la encerrona. Sobre la mesa, dos opciones: ingreso en hospital, la primera, pero parecía darles pena o algo así. Ojalá lo hubiésemos hecho, el episodio quizá hubiese sido más corto. En su lugar, optaron por el plan que tenían en mente, el "ingreso domiciliario" con Madre. Recuerdo que les preguntó si me habían visto alguna vez así, y ambos respondieron que no.

 

. . .

 

2. El ingreso domiciliario y el contacto con los otros nuevos y los veteranos

Recuerdo momentos malísimos, al principio. Lloraba y muy fuerte, implorando ayuda, porque quería matarme, no deseaba otra cosa sino el suicidio, y le decía a mi madre que no era yo, que era la enfermedad quien quería hacerlo, lo tenía ya muy claro, era el Trastorno quien mataba.

Caía en la cama absolutamente noqueada por la medicación, muchas veces Madre tenía que arrastrarme, llevarme casi en brazos.

Se acondicionó la antigua habitación de Hermano, entonces biblioteca de Madre, para que fuese mi estudio. Allí pasaba las horas "de depresión", miraba poco al techo, prefería chatear con otros bipolares, recibía mucha ayuda en momentos muy malos, reía también en tertulias muy animadas, y participaba en el foro con mi episodio mixto de sombra, ahí con mala leche, podría decirse que carácter, pero aprendía mucho sobre el Trastorno, y me asustaba bastante con los testimonios, como quizá más de un lector nuevo cuando asoma por aquí. Normal.

Da miedo a veces, te dices pero bueno, dónde me he metido o dónde me han metido (como decía Groucho Marx: "No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo"), o qué me ha pasado y por qué estoy aquí, pero los hechos son así, y aquí estás y te jodes, y o lo aceptas o lo aceptas.

Pánico y peor que el de una cita a ciegas, fue el previo a conocer al primer bipolar en persona. No sabía qué me ocurriría, tal era mi ignorancia, tenia miedo no sólo de mí misma sino de mis semejantes. Había quedado con un joven al que he perdido la pista con los años, y con Marilo :)

Es cuando abres los ojos y la ignorancia y prejuicios van quedando atrás, que que aprendes mucho de los otros nuevos diagnosticados, y mucho, muchísimo, de los veteranos, libros abiertos a los que debo gran parte de lo que sé y me salvó al principio. Sí, esto da mucho respeto, miedo, incluso te preguntas si es curandería lo que practican los médicos o qué, hasta que las piezas encajan y lo entiendes. Y esa historia, bien contada, pasa de bipolar a bipolar, y es la que da esperanza.

El resto, lo he aprendido estos seis años en las charlas con el psiquiatra y con el psicólogo psicoeducador, que me aclaraban muchas dudas. Asistiendo a eventos y conferencias. En las semanas de ingreso. Leyendo libros, artículos, otros testimonios. Relacionándome en persona o internet con otros bipolares, a algunos incluso ahora años después llamo amigos. Y en muchas más circunstancias, la más importante, en el día a día con el trastorno como mi sombra.

También aprendí, no un libro sino una enciclopedia, con Josep Font, que cara a cara también me tranquilizaba en esos momentos, me hablaba del trastorno, de los mitos y de las verdades, de los hechos y de los peligros. Ellos han pasado ya por todo esto, y son sabios. Además, siempre están dispuestos a ayudarnos. Busquemos a los veteranos siempre.

 

. . .


3. Ciclar, ingresos, blogs, nuevo psiquiatra

Un día, descubrí lo de los blogs, en español me parecieron muy buenos los de ciencias. Encontré el de una mujer bipolar, estadounidense, página que al poco tiempo dejó de existir. Me identifiqué porque sus episodios "tipo I" eran mixtos, también.

Quizá ese blog me abrió los ojos, y deba agradecerle a esa mujer el haber empezado a contar algo parecido, batallitas, en español. Sé que cuando abrí este blog, las horas delante del ordenador ya fueron muchas, y debió crear alarma en mi familia. Les imprimí lo que estaba haciendo. Perplejidad, supongo. Ante el trabajo, el logotipo de entonces, y lo que relataba, que me daba miedo hasta a mí.

Seguía en casa de mi madre. Ya había pasado por el primer ingreso, el peor por la situación que lo provocó, pero todavía faltaba el segundo, que sí está descrito aquí ("vengo de un hotelito en la montaña"). Seguía y seguía el episodio mixto, energía e irritabilidad, pero sentía más la depresión y no podía tomar antidepresivos por la misma naturaleza del episodio: agravar el lado maníaco del asunto. Sacarte de uno de esos es muy difícil. No sé si fue suerte o desgracia que hubiese virado a hipomanía durante unas semanas entre ingreso e ingreso. Para mí un alivio, desde luego, un respiro: fuera las ideas suicidas, la vida vuelve a ser bella. Pero ciclé de nuevo, volvieron las ideas suicidas, e ingresé voluntariamente.

No sé qué nos hace más insoportables. Cualquier episodio. Pasas de llorar implorando tu muerte, a mirar al techo en depresión, a llegar a casa con una bolsa porque has comprado cualquier cosa, y tu madre se lleva las manos a la cabeza, impotente.

Mientras tanto, tu nuevo psiquiatra (lo había cambiado nada más empezar ese ingreso domiciliario) va llenando folios, tu historial crece, tu pauta se modifica cada semana o dos, porque cuando estás mal te ve muy a menudo.Y no se lleva las manos a la cabeza, te pega una bronca merecida o te pone deberes. Es su trabajo, por supuesto, que mejores, y no todo se reduce a las pastillas.

 

. . .

 

4. Para acabar

En 2003, al cambiar de psiquiatra, uno privado, un segundo diagnóstico, algo que recomiendo, me clasificó como bipolar tipo I, al tener episodios mixtos, mezcla de manía y depresión.

He tenido días mixtos. He tenido días hipomaníacos. He tenido días depresivos. Porque oscilo, tengo TB y así es "el negocio", al menos para mí, que además tengo ciclos hormonales. Pero ya no he tenido episodios ni mixtos ni hipomaníacos. La medicación me ha sujetado. Ha sido un proceso desde el diagnóstico. El dar con el tratamiento, y el conocer la enfermedad.

El Trastorno no tiene cura. La medicación previene las recaídas. Pero podemos tenerlas. He estado bien un tiempo. Lo he disfrutado. Tengo fe en que volveré a mejorar.

Es posible pisar la línea de la eutimia, bajar de la montaña rusa.

 

. . .

Escribo este post, en contra de lo que un día me prometí, para los recién diagnosticados que llegan a esta página. Relato hechos que empiezan en septiembre de 2003 (con Hermano en la consulta), octubre de 2003 (principio del ingreso domiciliario), agosto de 2004 (primer ingreso), septiembre de 2004 (viraje a hipomanía), noviembre de 2004 (viraje a mixto, blog), diciembre de 2004 (segundo ingreso). Mi mejora y por tanto "libertad" o "eutimia en libertad condicional" empezó el 1 de marzo de 2005.

***

Imagen: http://ca.urbarama.com/project/escalera-de-incendios-hospital-virgen-del-camino

Mejor no recordar

Mejor no recordar

Fui al psiquiatra de la sanidad pública. Al no llevarle el perfil hepático del análisis de sangre, poco pudo hacer, pues hay medicamentos que necesitan de esos datos para ser pautados por primera vez, o controlar lo que proceda.

Casi me extrañó el tema. Estaría atontada. Me advirtió que "esto" y "esto" que tomo afectaban a ese órgano. Y lo curioso es que lo sabía.

Ya ni recordaba lo del metabolismo en el hígado.

Mejor, ese olvido.

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P.D. Y mejor, que ya no beba alcohol.

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Salvada por el britpop

 

Canción de hoy: "Speed of sound", de Coldplay, subtitulada, enlace alternativo (se ve mejor): http://www.youtube.com/watch?v=KbNslDcP1u8

Situación: estacionaria. Sigo escuchando britpop y house potente. Es lo único que no entiendo, lo de la música, el primer bajón así con música. Y que juego a solitarios en el pc para pensar y no pensar en mí. Y que es la primera vez que recuerde que me meto en la cama a dormir la depre un rato y luego por la noche soy capaz de dormir de nuevo como si nada.

Hará un par de meses conocí a un chico que alabó mi gusto musical. Pensé que I. no estaría de acuerdo, ja, ja. Le regalé un disco que había seleccionado hacía años. Pensé en mis sufridos lectores. Ahora que no pongo fotos, he caído en la youtube-vagancia, cosa que me permite por otra parte poner banda sonora al post, un estado anímico, un minuto musical.

Ahí estaba en las sugerencias de youtube, cómo no, The Verve, que en su día ya aparecieron en el blog...

http://www.youtube.com/watch?v=qzYwoKu619w

(subtitulado al español)

Obra maestra de los 90, que los Stones se encargaron de reclamar y encima ganaron el pleito.

Pero me engancharon dos canciones de este grupo, quizá mejor musicalmente, no tan comercial, que no pondré por no rayar al personal. Lo segundo que hice, tras enterarme que estaban de nuevo en activo (Glastonbury 2008 en DVD y nuevo single), fue meterme en la página de venta de entradas, en un arrebato por si estaban de gira. Curioso. Genio y figura. O conductas atávicas, que sobreviven a todo.

Concluyo que ayer me quitan el britpop y no soy persona, que no lo era, sin duchar, sin vivir, actuando como una autómata.

Espero noticias del psiquiatra. Espero (ducharme y) salir de casa hoy más allá del supermercado, que falta también me hace ir: aunque a Blue le siente mal el café ahora, Blue no es Blue sin café, y no hay un segundo con cafeína porque se le ha terminado.

Otro día. Más de lo mismo. Bajar discos para escuchar más música, otro de mis pasatiempos actuales para no pensar en mí.

Fin del post: lo editaré cuando esté de mejor humor.

Tema del post: sin tema. [Ed. batallitas]

Comentarios: no comment. Que me escriban.

***

SUPERVIVIENTE

SUPERVIVIENTE

 

A veces me defino como una superviviente.

En varias vertientes.

He querido morir. Suicidio. Después de eso, no se vuelve a nacer. Se despierta. Quizá ayer fue hace una semana o un mes, qué más da. Para ti es ayer igualmente. Con suerte, el sufrimiento es menor. Otra vez en la puta vida, qué le vamos a hacer. A sobrevivirla.

Estoy en depresión. No estoy viviendo. Me nutro como puedo, cumplo con las necesidades mínimas del cuerpo. Las mínimas, pues no lo ejercito y luego pago las consecuencias del sedentarismo. Sobrevivo. Y cuando pasa la depresión, vuelvo a la vida, y resulta que la disfruto más de lo que pensaba. Valió la pena permanecer en la cueva y no rendirse.

Tengo crisis. Las paso. Sobrevivo a muy malos momentos, elimino las ideas demasiado negativas tal y como he sido entrenada a hacer, y vuelvo a la vida, que me estaba esperando.

Convivo con una enfermedad bastante mala, que me han ayudado a entender para que no me coma eso, la vida (puede provocar crisis), para que pueda vivir con ella sin levantarme pensando en que la tengo y eso no me amargue, ni a mí ni a mi entorno.

Eso es también sobrevivir...

Tras ese despertar, como decía, el superviviente no vuelve a nacer y a aprenderlo todo. En mi caso, cogí todo lo que sabía hasta la fecha como si se tratase de una madeja de hilo, la desovillé, y la volví a montar como un puzzle. No se parecía en nada a la original. Muchas cosas habían dejado de tener sentido, otras sin embargo parecían relucir en esos momentos. Como proyectos de futuro, o como líneas que todavía debían dibujarse, trazos en el aire que conformarían los próximos años.

Mi vida, qué había hecho con mi vida pasada la treintena. Pues no gran cosa. Antes pensaba que sí. En esos momentos, parecía tenerla en blanco, nada me valía ya, mis viejos valores tampoco me pertenecían.

Han pasado los años. Ahora resulta que lo mejor que hecho en esta vida es abrir un blog porque al parecer he ayudado a mucha gente. Y lo hice después de querer matarme.

No me parece que tener un blog sea lo mejor que puedo hacer en esta vida, tampoco. De hecho, mi terapeuta me cuestionó si me ayudaba a mí. Algo más estará por venir. Debe estar en alguno de esos hilos de la madeja que no vi con claridad, porque no deliro ni veo cosas que no existen. Debe estar no escrito en el futuro, porque no me va lo de “el destino”.

El futuro está lleno de momentos y temporadas de supervivencia, y de otros de disfrutar de la vida. Esto va a ser oscilante, es lo único que sé.

. . .

Primer apéndice: fragmento de un correo sobre la supervivencia

El superviviente como el que no vuelve a nacer, sino como el que vive de otra forma lo que le queda tras ese impacto.

[Además] Ahora dejan de importarme muchas cosas, o las veo de otra forma, porque envejezco y cada achaque es un golpe a un ahora ex-prejuicio. Antes de eso, años atrás, porque quise suicidarme.

Si no, de qué abro un blog y empiezo a contar todo lo que hay por ahí ni con un pseudónimo, por poner un ejemplo cercanísimo.

(…) estamos pues en ese punto cero y no hay pasado al que recurrir (...). Ese es mi argumento.

 

Segundo apéndice: fragmento de un post sobre el origen del blog

Recibo un correo que me emociona y motiva. Un escrito que produzco ofrece empatía, consuelo o esperanza a alguien. Me siento útil y eso es lo que echas de menos sin un trabajo. Llevo en este trabajo de "Carne de Psiquiatra", contratada por mí misma en algún momento emocional de esos oscilantes "mejor no recordarlo" o "un puntazo, lo tiene cualquiera", desde noviembre de 2004. (...)

Pero ahora que lo pienso [soy consciente de que mi cerebro funciona diferente tras horas de charla y en un entorno distinto], éste es el trabajo más duro que he tenido en mi vida, sin importar que no sea remunerado y origine gastos. Me involucro y comprometo totalmente como persona. Cuántas veces se me dijo que "la empresa no era mía", cuando hacía horas extras y me llevaba el trabajo hasta a mis sueños. Pues ahora, la empresa sí es mía, y considero, confieso que a veces me asusto cuando veo el contador de visitas, que estoy muy bien pagada, pues quizá sí estoy aportando el grano de arena del que hablaba en mi primer post. Gracias a vosotros, quizá sea útil (...)

(post 03/07/2007)

***

Imagen (gracias al lector V.): http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/imagenes-increibles/flotando.jpg.html

Sueño pero cuando me despertaba era todavía peor

Sueño pero cuando me despertaba era todavía peor

Pesadillas.

No son malas películas, al contrario, su realización es tan perfecta que acabas abriendo los ojos para salir del cine.

Sueñas con todos los males que te acechan como persona (y como bipolar, si queréis podemos hablar por ejemplo de un ingreso), pero despiertas y te encuentras con lo más cotidiano posible: un insomnio que te va a desestabilizar en rutinas por algunos días.

Despiertas y te encuentras con la mierda de siempre, y es peor porque si estás mal, en la depresión rodeada de apatía y abulia, es una pesadilla ver pasar las horas, como decía en otro post, envidiando a la gente que puede hacer lo que te está vedado.

Y es peor, porque no es una película.

Porque escribes esto mismo con el miedo en el cuerpo, y tienes miedo a volver a cerrar los ojos, y miedo al mañana, y además escribes sin gracia alguna porque en efecto, ha sido peor el despertar.

***

Imagen: viñeta del cómic "Alien Resurrección"

Con las botas puestas

 

Hay que bañarse mañana, como en esta escena memorable de "Los visitantes" ("Les visiteurs"), pues he de acudir presentable a la cita con el psiquiatra la semana que viene y el agua de la bañera puede salir de color rosa pijama siendo benévola.

Este cóctel veraniego me putea, más que funcionar. Tampoco ayuda este frío.

Cómo odio viajar "por negocios". El "síndrome de Barcelona" empieza una semana antes de tomar el tren. Odio el AVE y sus precios escandalosos.

Me han regalado una agenda. Escribo en lápiz, es más fácil cuando cancelo otras citas por indisposición, léase las fobias habituales. Al psiqui iré a rastras si es necesario. Está claro que mi madre se asegurará de que esté a la consulta a la hora en punto.

Estoy mal, para qué negarlo. Pero peores las he pasado, eso me digo, y mañana será otro día de anhedonia, depresión y ataques de pánico que me provocan (falsas) taquicardias. A veces tengo miedo, mucho miedo, no sé a qué.

Entro a veces por aquí pero no publico los borradores, son muy pobres. En su lugar, leo vuestros comentarios en artículos pasados cuando estaba bien o regular. El blog está vivo, porque hay mucho escrito por leer, porque vosotros lo mantenéis, y os doy las gracias por compartir entre todos con esas intervenciones esta mierda de enfermedad este trastornillo.

Me repito como el ajo, pero si tenéis ganas de hablar con otros y recibir consejo, acudid a los foros de www.bipolarneuro.com.

***

Desastre antes de la analítica

Desastre antes de la analítica

1. Escrito a las 00.07 h.

Hola

ya me he tomado las pastis y entrado en el reino de los desposeídos mentales.

Pero qué fin de semana más rayante. Igual no se me da bien provocar porque hay quien se lo toma en serio. Hay quien piensa que he subido, cómo está el patio de aburrido para que la tomen contigo. [Me refería a algunas personas de la comunidad bipolar]

Me he puesto el despertador a las 8. Sola, pero voy a intentar ir mañana a dar la sangre y la orina, que tengo cita. Si no, pues mala suerte, pero ojalá me lo quite de encima. Es medianoche y me voy a la puta cama.

Si no voy al análisis (...). Puta lavadora, yo le pegaba una patada, que las cocacolas tendrán su culpa pero... todo suma.

Bueno, muchos besitos.

 

2. Escrito a la misma persona a las 01.03 h. para seguir desahogándome, por supuesto.

SOY UN DESASTRE.

En vez de ir a la cama como estaba en el guión, al levantarme ya tenía un hambreeee y me he hecho una ensalada con cogollos tomate palitos de pescado y lo que tenía más a mano.

Voy a reventar pero lo que como tiene nutrientes y algo es algo. Si he cenado de p.madre mi pegucha de pollo entera...

Dudo mucho de que después del atracón esté respetando las ayunas, y de que tenga fuerzas -la comida me las saca, paradójicamente- para salir pronto de casa.

Lo dicho: no soy quién para hablar. No mejoramos del todo, no, y llevamos años en ello. ¿Qué nos vas a decir? A la mierda con todo este rollo y a vivir.

. . .

De los archivos de e-mails de Blue, hace cosa de año y medio o más, la víspera de una analítica, cuando tomaba la pastilla del hambre nocturna compulsiva, aka quetiapina, aka seroquel. Por supuesto, rompí el ayuno necesario y tuve que pedir hora de nuevo. Qué mala leche saco a veces, eh?

Gracias, amiga, qué paciencia tienes... amiga Myriam, como escribes tú, TKM.

***

Este verano está loco, loco, loco

Hay rutinas que si cambian... mala señal. En la llamada de rutina y reporte de ayer, Henri me invitó a su dúplex unos días "de paso" hacia Barcelona, como el año pasado.

Vamos bien, le contesto, porque ya me veo el plan. Como nos tiramos un mes deprimidos, no sé si es buena idea la verdad. Me replica que serían pocos días... me lo estoy pensando. He de ver qué hago con un billete de tren que ahora mismo es papel mojado por la huelga de maquinistas, así que en estos momentos todo está abierto.

Es tiempo de matrículas y cuatro licenciados de mi época (no todos bipolares) van a reincidir. Eso es que no recuerdan sus tiempos mozos como universitarios, pero si un terapeuta te anima, pues claro que puedes hacerlo, la ilusión se impone y poco más hay que hablar. Reconstruirse uno mismo después del "te comunico que tu diagnóstico es Trastorno Bipolar" puede llevarte a cualquier parte.

El bicho nocturno que llevo dentro me agradece el fresquito de la madrugada tanto, que esta semana lo estoy aprovechando, al coste de no estar en el mundo de los vivos durante el día. Ya se sabe, el sueño se va a la porra y con él, todo lo demás... pero ese calor... ay. Y M.Amèlie miró mal mis dos nuevos sombreros, "de guiri", pues bueno, turista occidental pareceré... si salgo a la calle. Son las 11.30 y todavía corre un poco de aire fresco... cesará pronto.

Mando sms a quienes he dejado plantados estos días dando señales de vida. Una de las llamadas me sugiere que si esto del sueño lleva ya tiempo así, quizá podría... ingresarme. De repente, sí me despierto. Pero a quién se le ocurre, el ingreso es por causas mayores, no por descontrol en el sueño.

Es un hecho que la moral me cayó algo más durante esta semana. Siempre se puede caer más bajo, pero no tengo ideas suicidas. De ser así, pediría ayuda hasta para hacer la maleta con la cual ingresar en alguna parte, por supuesto facturada en el AVE de antemano.

Llevo ya tres semanas con la nueva pauta del psiquiatra. Ya he retirado un fármaco de los que llevaba años tomando (quizá por eso también me cueste dormir), y oh sorpresa, la nueva pastilla no parece afectarme. Como siempre estoy atontada o por calor o por sueño o por estar espesa por otros efectos secundarios, directamente, igual es eso lo que me impide advertir nuevos efectos secundarios, o es que se suman a los de siempre y no lo advierto.

Pero no hay mareos... bueno, el de hoy no cuenta. Cuando me disponía, bien de ánimo (porque si a las 7 a.m. estoy despierta, aunque no haya dormido, me siento activa), a atacar a lo que por volumen debería ser un lavavajillas lleno... me he topado con las bayetas que dejé en remojo para lavar y desinfectar.

La náusea ha sido espontánea. Menudo vomitón. A Henri le ocurre lo mismo con la lejía y nos hemos enzarzado en esta conversación marujil un ratillo, a ver si cambio de producto de una vez, pero mientras, estaba bebiendo leche que es lo mejor para esa intoxicación. Pero poco hemos hablado, porque él ha dormido pocas horas esta noche, se disponía a volver a la cama con algún extra farmacológico en el cuerpo. Eso debería haber hecho yo... antes de decidirme a abrir el blog.

Quizá porque esta semana tuve que tirar una planta de la familia de los cactus a la basura... por falta de riego, supongo, porque estaba marchita, o quizá fue por el sol que castiga tanto. No no no, no puede ser, hay que regar las cosas, desde plantas a amistades, o a tu página web. Aunque ande muy peleada con Internet hace muuucho tiempo.

Es una locura (con explicación neurológica) no sentirse tan deprimida cuando todo el mundo duerme, y esconderse en la cama y del mundo y de los teléfonos cuando te está llamando todo el mundo. El primer día que mi cabeza al parecer decidió no existir, a pesar de los teléfonos que sonaban, fue precisamente el de mi santo. A quién se le ocurre felicitar el santo. Pues a todo el mundo que sí consulta sus agendas. Todavía he de devolver llamadas, pero de día no me apetece telefonear, sólo a mi madre para tenerla al tanto.

De día no me apetece vivir. De noche no me acuerdo de que no me apetece vivir.

Contradicciones para mí muy significativas de mi condición de single solitaria sin trabajo (esto ya merece una terapia), además de una depresión apato-abúlica que ya se extiende hasta decir basta, y que de nuevo esperamos atajar con medicación... y ciertas tareas.

Pero no estoy haciendo los deberes que me marcó mi psiquiatra. Para eso salí hecha polvo de su consulta(?). Para encima sentirme peor ahora por no poder con ello, algo que rompería este absurdo círculo vicioso, aunque advertida estaba de que me costaría horrores. Y más, sola.

Malos momentos los hay para todos, por supuesto. Me repito quizá cuando afirmo que no sufro, en general.

P.D. Gracias por vuestros comentarios, pero ya sabéis que últimamente no estoy para nada. Yo también os quiero, si no, esta página hubiese dejado de existir hace un año.

***

Pasitos en compañía antes de salir

Hacía días que no hablaba con Henri, de modo que había mucho que contarse y la conversación se alargó 1h 48 m. Pensé: es el momento de atreverse a fregar los platos. Ojalá tuviese lavaplatos pequeño, porque lo hubiese llenado y la cocina tendría siempre mejor aspecto. Mientras los enjabonaba, sentía ansiedad por el solo hecho de pensar en tener que aclararlos. Escuchándole, el mal momento fue más llevadero. Tardé unos 20 min. en la tarea. No soporto los platos mal fregados, encontrar grasa.

Para variar, no tenía hambre. En ayunas nunca estoy, mi descafeinado y a veces un té rojo. Pensé en lo que me había recomendado I. el colega.: que antes de salir de casa, al menos un vaso de zumo. Lo he tomado en plan sí señor y además un plátano. No me entra la comida hasta la segunda parte del día y ahora como cualquier cosa, para eso me he aprovisionado de precocinados que caliento en un descuido mientras por ejemplo veo una película. He de comer como los niños, distraída.

Me había vestido en plan sí señor porque tenía que ir al terapeuta. Ahora me aprieta todo, me da angustia vestirme y menos con cosas ajustadas, menos mal que hay alargos para sujetadores.

No, ducha fue ayer, mejor dicho baño completo y depilación. No me veía hoy con fuerzas, así que mínimo aseo para no oler a sobaco. Una sola cosa, haz una sola cosa o te desmoronarás.

Hay que sacar dinero, hay que coger el metro, hay que llegar a la consulta. Faltan dos horas y en teoría ya puedo salir. Podría aventurarme a comer un menú fuera, pues tengo tiempo y me siento débil, me faltan nutrientes y me falta hambre, pero si te los sirven y los has escogido, puede funcionar, aunque sea un lujo, como raramente fuera de casa.

Mientras escribo, noto cómo el espíritu abandona mi cuerpo. Es un esfuerzo teclear. Es un bajón, sin pilas. Al menos, no hay ansiedad. Ayer la ansiedad me atacó en plan puñalada en las costillas, cómo dolió y después me sentí fatal, mareada y medio muerta. Prefiero la versión ansiedad en la que me pongo a sudar como un pollo, se me mojan los cabellos y la ropa, porque no duele, sólo te destempla. La otra versión de ansiedad que tengo es la de taquicardia o ahogo. Vaya, que no puedo escoger pero por ahí van los tiros y parece que mi sombra es un francotirador.

Me va a faltar una pastilla en dos días, pero ya no tengo fuerzas para ponerme a ello en el día de hoy. Si salgo viva de la terapia, aunque tenga que volver a casa en taxi porque ya me falle todo, ay!!!!!!, firmo.

El bajón sigue ahí, y ahora cómo salgo de casa. Llamo a mi madre, que coma algo, una tortilla aunque sea. Se me revuelve el estómago, si no como es por algo y casi puedo oler una tortilla francesa, asoma una náusea. Le digo que tengo un precocinado de esos de microondas, mientras hablo con ella lo "preparo". Es poca cosa y de dudoso sabor, es tan insípido que no me da asco. Nutrientes, punto. Soylent Green?

Me quedan 20 minutos para salir. Menos mal que llevo preparando 4 horas el tema.

Me pone mala escribir, me está entrando un ataque de ansiedad. Corto.

De los archivos de Blue.

***

Ataque a duo

Tenía una amiga (también bipolar) al otro lado del teléfono y la charla estaba animada por el tiempo transcurrido desde la última como ayer en otro caso, pero pip-pip----pip-pip----pip-pip me obliga a "oye ahora te llamo, tengo otra llamada entrante", que atendí pero acabó bruscamente cuando me dejó K.O. una puñalada en el costado izquierdo, en el mismo punto que el otro día. Maldita ansiedad. Cuando me recuperé un poco, la volví a llamar.

Al poco, le ocurrió a ella. Blue, no me es posible hablar, no es sólo el aliento perdido, es que me duele.

Y va y me dice: ***, me has contagiado el ataque de ansiedad. Risas. Si es que a mí me sigue doliendo...

O ríes o lloras, mejor lo primero y tomárselo casi a coña, porque te preguntas ¿pero qué hace la ansiedad pinchándote por debajo de una teta, a ver?

Fue muy curioso, como si en efecto se hubiese contagiado. cosa que es posible pero no sé hasta qué punto probable.

Cosas que nos ocurren, sin motivo alguno... ¿por qué no al mismo tiempo?

No es que me quede mucho aliento, pero llamo a mi madre para contarle lo del ataque a duo, le gusta que a pesar del mal trago nos lo tomemos así. Claro, en compañía es diferente.

***

Cerrado por depresión

Amigos, he de reconocer que me han pasado estos días (y meses) de forma lenta, muy lenta, no me quedaba mirando al techo pero sí a cualquier parte, en un lugar de mi alma alejado de ruido, de música, de risas. En un lugar fantasma donde la nada, sin color, llenaba y poseía mi ser, y esto sigue así, por desgracia.

Claro que han sucedido cosas, este tiempo. La depresión da sus respiros, hay un día bueno por lo menos una vez al mes, que se dice pronto, vivir un día al mes!

No es la primera vez que me digo que estoy mejorando y luego vuelta a la nada o a la ansiedad, que es como terror a la nada que invade tu cuerpo, como si no tuvieses bastante con la tristeza en la mente.

Esta página es lo mejor que me ha sucedido desde el diagnóstico, creo, y seguiré escribiendo. Ahora me cuesta mucho porque como os relataba, mi mente está en blanco, pero intentaré entrar a diario aunque sea para colgar una anécdota del día.

Gracias por estar ahí, os necesito y necesito de otra gente, así es que participo en un par de lugares que me abren un poco la mente, fuera de la bipolaridad.

Saludos.

Día "no puedo"

Los que han pasado una depresión ya saben qué es eso: nada, no poder hacer nada.

Ahora puedo porque por fin he comido algo, la cabeza hizo su click cómo no a eso de las seis pero no me dio tiempo a acabar de vestirme (la calle! la calle!) porque entonces empezó un ataque de ansiedad.

Escribo con una benzo bajo la lengua, a ver si baja la taquicardia.

Los que han tenido un ataque saben que luego "no puedes", tampoco.

No me sorprende que sí pueda escribir en estos momentos. Los ataques son tan cotidianos que menos hacerte la manicura...

***

Weird Tales Núm.2

Weird Tales Núm.2

¿En qué día vivo?

¿Hoy es fiesta, en serio?

¿No tenía que haber ido a alguna parte?

¿En qué mundo vivo?

***

 

Weird tales

Weird tales

Dónde estoy.

Con quién estoy.

Qué ha ocurrido.

 

Que te has quedado dormida a eso de las siete y pico de la tarde mientras veías una película, y ahora te despiertas, entre sueños. Y por si barajabas el meterte en la cama, no sé cómo ha sucedido, lo cierto es que algo has apretado porque en vez de la peli ha saltado otro archivo y estás en una sesión house de las que despiertan del todo.

***

Disco-gym-noche

Disco-gym-noche

La regularidad y yo estamos definitivamente reñidas.

Ayer no valía para nada, estuve vegetal. Pero hoy me pegué una paliza buena en el gimnasio, a mi ritmo de principiante, tooodo poooco a poco. Es increíble el poder del ejercicio. El otro día coincidí en msn con Valpro (colega y seguidor del blog), y nos pusimos un poco al día. Afirmó muy contento y convencido que gracias a la práctica diaria de deporte se sentía mucho mejor. De hecho, entre una cosa y otra, ha remitido. Es posible, sí, no se está nunca a salvo de recaer pero se puede llegar al equilibrio, a la eutimia. Le felicité de corazón.

Salgo machacada, pero en realidad el esfuerzo no ha sido tanto. Porque noto que mi postura está corregida, voy erguida con una marcha... que se nota, se nota hasta en la casa. He decidido poner orden en un sector imposible (últimamente, eso era cosa de la asistenta), y además durante la tarea me he topado con algo que me ha dado una idea para decorar una pared. No es hipomanía, es actividad, pero si sigo con este ritmo habrá que tomar medidas, lo sé, y ahí tengo el cuaderno de rutinas y bipolaridades para dar informes a mi médico. Tendré que contar que estoy con la menstruación, también, que suelen ser "días buenos" cuando le toca al ovario no depresivo.

El movimiento trae movimiento, es la inercia. Sólo eso explica por qué he empezado a escuchar música (¡Por fin!), y no de la tranquila. Mucho house, hoy. Y Non Smoking Orchestra. El Reload de Tom Jones (¡Cuánto tiempo!). Los remixes de Moby. Y lo más cañero en plan disco-funk entre mis mp3. Por poner un ejemplo, cuando estoy con marcha, no me canso de oír esta canción en versión radio o en mixes:

http://www.youtube.com/watch?v=z2KROs72tzo

Pues me he puesto los tacones y he bailado en casa, otra actividad que ha desaparecido con el tiempo de mi vida. Antes (trabajo, pre-diagnóstico...) bailaba a menudo en el salón, no sólo en discotecas. Pero hoy sólo un par de canciones: tenía mucho trabajo, y lo peor es que no me divertía.

. . .

Cuando me siento bien, cosa que ahora mismo atribuyo al deporte (llevaba días hecha una braga con ansiedad), luego ocurre una de estas dos cosas:

1. El día después toca cambio de tercio (tema que salió recientemente en el blog). A veces lo pago más de un día. Hoy "amanecí" después de días tontos.

2. Hago travesuras. Ya que estamos bien... aprovechemos.

Tomé las pastillas a su hora, más o menos medianoche. Noté su efecto sedante a eso de los 45 min. como es habitual. Pero estaba liada en mis cosas, y me forcé a seguir un rato más.

A la media hora quizá, ya había superado "la barrera" del sueño. He cenado entonces (no comment). Volvía a estar despierta. Como si acabase de levantarme por la mañana, pero bien activa. Y voy y me tomo un té, oleee.

Y he seguido con mis quehaceres. Cuando me da por organizar algo, parar tampoco es bueno, porque mañana igual (seguro que) es nunca para acabar una tarea. Eso es esprintar y también pasa factura, pero para mí era importante continuar.

Sé que este insomnio no va a beneficiarme. Pero la noche ha dado mucho de sí. Cómo me gusta disfrutarme con el cerebro lucido y activo, sobre todo activo, porque me paso el día atontada. No me va rápido (sería una mala señal y debería tomar medidas), simplemente funciona bien cuando pasa el mareo y si se enciende con música. Me siento tan "yo" por la noche... ay, ese búho que llevo dentro.

No sé si dormiré más tarde, o ya de día, o iré primero al gimnasio. El deporte está demostrando que es beneficioso para mis neuronas. Quizá Valpro me dio el empujón definitivo y deba agradecérselo algún día, aunque el trabajo de fondo lo hizo Henri estos meses atrás.

. . .

Hablo de una travesura. En realidad, es saltarme las normas (ver auto-sermón publicado hace pocos días) de forma tan descarada que en un hipotético carné por puntos del bipolar, me hubiesen sacado al menos dos. Irresponsable. LO SÉ (¿le pongo negrita?).

Situación actual: son las 6.44 de la mañana. No oigo pajaritos porque uso auriculares. Tomo un descafeinado instantáneo. Tengo abiertas muchas aplicaciones en el PC, y hace un rato abrí el blog.

La juventud, por definición, necesita saltarse las reglas. Cuando uno ya no es joven, entonces ya se le llama directamente excéntrico.

Pues bueno. Pues vale.

http://www.youtube.com/watch?v=QvT3qN25juY suena ahora, no la conocía. Estaba tan desconectada de la música... hasta que me la pusieron en el gimnasio, me sonó a rayos la primera vez, pero ahora la asocio al ritmo, ritmo en mis horas, esa actividad que tanto ansiaba. Mañana, dentro de unas horas, no se sabe, pero hoy no vegeté.

Para celebrarlo... algo que suena ahora y además de transmitir esperanza, "sube": http://www.youtube.com/watch?v=5lo4IIgOaF4

Quizá esté en buen camino, o quizá esté entrando en una hipomanía "primaveral", estacional. Pero ¿y si la depresión está por fin remitiendo? El TB descoloca, nunca sabes qué pensar, si tu conducta es enfermiza o normal dentro de lo exógeno, de las cosas que le pasan a todo el mundo y le provocan emociones.

Prefiero pensar que me ocurren "cosas humanas": que estoy abriendo horizontes poco a poco fuera del mundo bipolar, que he conocido a alguien, que mi cuerpo se desentumece y despierta, que el tiempo es magnífico, mi monitor un encanto, y que me tocó el ovario benigno.

***

Imagen: http://differentisdangerous.blogspot.com/2007/11/open-your-box-02.html

Canciones: Swastika Eyes (Primal Scream); The sun always shine on tv (Milk inc.); One Headlight (The Wallflowers con Bruce Springsteen en directo).

Menstruación en versión mixta

Menstruación en versión mixta

De los archivos de Blue

Ayer fue una pesadilla. He dormido unas ocho horas pero tengo la cabeza más tranquila. Con el insomnio, y sin poder dormir durante el día, haciendo haciendo al final el coco se me había puesto en modo multitask.

A diferencia de los viejos tiempos antes de tomar pastillas, estaba lúcida, pero sólo hasta que me topaba con alguna laguna en la memoria y entonces pasaba a otra cosa. Iba de un lado a otro de la casa a veces, y de una aplicación a otra en el PC, pegándome unos chutes de bytes exagerados. No sabría numerar cuántos mails envié, ni cuántos chats tuve, ni cuántas gestiones solucioné, ni cuántas llamadas telefónicas atendí o hice. Muchas, muchas para ser un momento en el cual ejecutar decisiones quizá no era el más adecuado. Desde fuera, se me vería no si como una loca (no era para tanto), sino disparada, indispuesta digamos "bipolarmente".

Hay un tema en esto que me ha preocupado mucho. Mientras estuve "arriba", que era más mixto que un sandwich como dice Myriam, "olvidé" tomar las pastillas.

¿Olvidar? Lo que ocurre es que ese yo en mini-episodio o lo que sea que tengo no quería dejar de estar despierto. Y no podía dormir, la cabeza le iba demasiado rápido. He de reconocerlo, y se lo diré a [mi psiki]. Sé que estaba mal porque yo no era yo, yo sí tomo las pastillas a su hora y me acojonó sentir cómo estaba siendo regida por la enfermedad. Miedo sentí al ver que de nuevo tenía a la bestia dentro. Que yo había decidido irme a dormir a las once, pero no sé quién estuvo despierto hasta las 4 de nuevo. Ahí fue cuando ya me asusté del todo, y no eran horas para llamar a nadie. Menos mal que ya no tengo ideas suicidas, porque cuando no eres tú ahí puedes quedar atrapado.

Ya no tengo esa taquicardia mental. Pero reconozco que las horas pasaban y yo no tomaba las pastillas, porque estaba escribiendo y no podía dejar de hacerlo. Han hecho bien en prohibirme que escriba, pero "los precios" de todo me parecen caros. Tendré que hablarlo de nuevo. No quiero abrir ese escrito para corregirlo, porque me volvería a atrapar.

Parar actividad, me digo, parar actividad... hoy nada de acelerarme haciendo y deshaciendo, hoy tranquilidad y buenos alimentos, porque tampoco comía, como en los viejos tiempos.

Menos mal que acabó llamando [mi psiki] y dado el estado de mi coco, que describí con todo detalle, me subió algo la medicación. En tres días veremos. No me apetece lo más mínimo entrar en episodio mixto otra vez, y sé que esto ha pasado por la regla, porque fue bajarme y supongo que el coco hizo su switch, si no de qué el no poder dormir.

Me siento muy débil. Ayer también, el día fue larguísimo y no me sostenían las piernas, pero la cabeza iba por su cuenta.

Voy a apagar el pc.

. . .

P.D. Con este texto antiguo, creo que acabo con la "trilogía de las menstruaciones": la depre, la hipo, y ahora la mixta.

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Ni en manía ni en depresión tomes decisión

Ni en manía ni en depresión tomes decisión

(Frase atribuida a Pepa)

 

Ya estamos de nuevo aquí (en el punto preciso en el que hay que hacerlo), diciéndonos esto en plan mantra:

- Ni en manía ni en depresión tomes decisión

- Todo pasa

Nuevo ajuste de pauta: sube el antidepresivo, cambio en el "extra" para momentos jodidos de ansiedad.

Se acabó la eutimia de la que me hablaron el pasado 6 de julio. Estuvo bien, este mes, más o menos, porque ya se cocía algo. Desde luego, estuvo mejor el mes pasado, pues llegué eutímica a la consulta.

Hay que joderse, esto es así. ¿Patrón estacional? Pues va a ser que este año, de momento, no.

A aguantar el temporal, se acabaron las citas (en taxi fui a buscar a un amigo que llegaba a Atocha-Renfe) y a aprovechar los momentos "buenos" o "normales", los respiros que me dé la cosa, me los ha dado esta semana y me los dio la última vez que si bien me dijeron que no era un episodio sino "picos" depresivos.

No sé si he entrado en episodio, sí sé que estoy depre, pero una ya le tiene cogido en algo el tranquillo y por ejemplo, puede escribir. Lo hacía en piloto automático, lo hice en otros momentos malos... y sin anunciar mi estado anímico del día.

No pasa nada, y todo pasa, y la pauta ya está ajustada para que mejore en unos días, cosa que no es cuestión de fe. Confío plenamente en la medicación que tengo pautada y en el criterio de mi psiquiatra.

No tomo decisiones, pero se dibuja la de ir al pueblo de mi padre, con él y los olivares.

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De los archivos de Blue (texto antiguo que dejo sin fechar).

Como lo de ni en manía ni en depresión me suena a tierra extraña, qué mejor que "La dimensión desconocida" o "Twilight zone" para ilustrar, porque puedes equivocarte al tomar una decisión en menos de 25 segundos:

http://www.goear.com/listen.php?v=8945d8b

A ver qué día puedo meter esto bien:

Estamos en pruebas todavía, no consigo escuchar la canción con el objeto insertado.

***