48 horas
Este escritor me está decepcionando. El libro que acabé el otro día estaba bien, salvo el párrafo de las narices que nada hacía allí, pero su continuación (número 6 de la saga) es un sermón continuo: si no lo da la monja, lo da algún otro. Perdonen, quiero leer ciencia ficción, no religión y política de juguete. Ya no es sólo flojo, es un tostón de cuidado. Con puntos tan hilarantes como que la monja viaje con pasaporte catalán, y contenta ella, porque fue su lengua de la infancia. Tonto-Idiota-Listo en cada página, porque el niño es muy listo. Despropósitos como "maníaco homicida" o "loco", ya para quemar el libro, sea por autor o traductor.
Había recomendado el autor con gratos recuerdos de lecturas de hace muchos años, de los 80. En su día las disfruté, pero mi yo de ahora ya se ha vuelto escéptico y lo que años después hace este hombre no me gusta. No vale la pena releer lo que en otro tiempo me causó placer y ahora podría decepcionarme.
¿Por qué? Porque la ciencia ficción siempre fue una literatura de ideas, además de aventuras. No de adoctrinamiento, y por eso escritores como Heinlein siempre estuvieron entrecomillados y fueron objeto de parodia hilarante, pues hay humor y muy bueno en el género.
Hace poco veo "Donnie Darko" y al parecer es una película de culto, muchos adolescentes encontraron por fin algo que les abría un poco la mente. Hay que leer un poco más, aunque hoy día, todo vale si una idea asoma en la cabeza.
Mucho más interesante me ha resultado Robert J.Saywer, pero no voy a recomendar ninguna lectura salvo las que reproduzco en los posts. Ni siquiera me atrevo ya con otras obras de Phil K. Dick que no sean Sueñan los androides... que he releído periódicamente. Otro de los malditos, el que nada escribía sobre ciencia sino sobre sus paranoias.
Volveré a los clásicos de la ciencia ficción, o cambiaré a otra cosa, porque ya los conozco.
Para rayada, yo. Paso de que me rayen más.
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