24 horas después
Comento el incidente con mi sabio amigo A. y me responde que tengo ese botón blindado ahora.
Y de alguna manera así es. Cuando no lo conocía ya me enfrentaba a él, a lo bestia. Estuve a punto de perder en dos ocasiones por falta de energía para luchar. Ahora, si la bestia asoma, quizá halle algún blindaje en mí. Lo conozco y sé desactivarlo cuando lo veo. Mi respuesta ayer fue serena, el cortafuegos de hoy, meditado, y el anterior post, escrito sin derramar lágrima alguna aunque con mil reparos.
Una reflexión provocada por lo que interpreto como un "vamos a rellenar la novela con diálogos", un revivir momentos de mierda, y sufrimiento, miedo.
Todo pasa. Hoy llamó Padre y le dije con alegría que me encontraba muy bien. Como ninguno estamos para echar cohetes, y sé que le debo una visita, eso es lo que hay, y hay que estar agradecido por unos mínimos de salud, y disfrutarlo. Las mejores palabras son las del pueblo, sabias y sencillas.
Traje unos donuts en las bolsas de la compra... mmm. Pequeños pecados. Y unas almendritas que como ahora mismo, nada que ver con las del pueblo.
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