Obligaciones o esclavitudes occidentales
Desde que Michael Jackson optó por convertir su piel en blanca, combinado con el agujero en la capa de ozono en los años 80, estaba convencida de que volvería la moda de resguardar del sol esas pieles pálidas a las que tanto daña la radiación. Pero no, ahora el broncearse incluso en invierno es un negocio, venga tocan cinco minutos de uva, oh, hoy te has pasado con los uva... menuda lata de conversación y esclavitud: mi piel no ha de estar tan blanca, parece que esté enferma. El mundo al revés. Y el precio a pagar por pieles no diseñadas por la naturaleza para ese castigo: posible cáncer de piel.
Quizá deba atribuir mi falta de arrugas a no exponerme al sol. En Madrid una piel sin broncear pasa desapercibida y no es así en las costas de mi tierra, aunque a estas alturas ya puedes pasar por turista recién llegado.
Esto de ir contra corriente no siempre es tan fácil como decir, en un momento dado de ya mosqueo, que si un lunar aparece en mi piel, deberé ir urgentemente al dermatólogo. También tienen cáncer de piel quienes no se expusieron deliberadamente.
Pasemos al pelo, ahora. Imagino mi volumen de pelo blanco cuando las raíces ya claman al cielo. De eso sí no escapo, las canas, o las tienes muy bien puestas, como los hombres, o tápatelas. Además, tu pelo ya no brilla como cuando eras jovencita. Vale. Una esclavitud de la que no puedo escaparme. Socialmente no está bien visto pero esto ya no lo toleraríamos. El precio a pagar: el tinte, y ya veremos si esa química que entra por los poros del cuero cabelludo es buena.
En una de las últimas novelas que he leído, un personaje extranjero no entendía el tema y le decía a una mujer de mi edad que las canas representaban la sabiduría, que en su pueblo eran muy apreciadas como signo de madurez en los individuos. Para preguntarse si ese pueblo no sería mejor que en el que vivo yo, pues parece a todas luces ignorancia que no se de ese valor a las canas. Pero claro, también salen por sufrimiento. Y ya se sufre bastante como para que los demás lo sepan, y para recordártelo cada vez que te ves al espejo. Acabamos antes la discusión y quizá un atentado a mi autoestima si me tiño canas que tengo desde, casualidad, los 25 años. Lo de estar blanca tiene un pase, esto no.
¿Y la depilación? Ya hablaremos.
No quería hablar del asunto pero Asmel, te llevo en mis pensamientos. ¿Y qué hay de la moda del fumar? Pasó de moda tan rápido, de moda a ser monstruoso, que ahora es casi imposible que alguien te de fuego por la calle. La Universidad Carlos III ayuda telefónicamente a los drogatas desintoxicándose a toda hostia. Desde los 17 años, toda una vida, y llevas la friolera de 21 días, ánimo, puedes hacerlo, eres fuerte y todavía estás en lo peor. Tomas la droga de forma sintética pero no te contaminas con dióxido de carbono, pero a qué basura estamos esclavizados, ¿no recordáis el anuncio-western tan chulo de Marlboro?
Espero que otros temas pasen de moda, ya puestos.
Todo contra natura. Precios de esta civilización enferma.
Una pena, lo de la piel bronceada y lo de las canas. Da más pena que la enfermedad mental.
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