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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Doble paciencia

La experiencia me ha demostrado que el diagnóstico, que como decías en otro mensaje tarda tantos años en producirse, no hace sino etiquetarnos para que los demás dejen de tenernos respeto.

Claro que hicimos cosas malas, pero también buenas, como cualquier otra persona.

Un psiquiatra es un médico "de los malos", un psiquiátrico un hospital "de los malos", un paciente que acude a ellos... ya no es "como cualquier otra persona".

De forma que el vivir cada día con esto no sólo consiste en que tú estés bien, sino en demostrar permanentemente ante los demás, que ahora te tienen cogido con pinzas, que lo estás.

Mientras exista ese estigma y estemos en "lo peor" del sistema sanitario, desde el punto de vista del prejuicio... más difícil nos lo ponen, en mi opinión.

No estoy desvariando, he visto muchas miradas que antes no eran así, he visto paternalismo hacia los enfermos mentales.

Es un bucle y algo que hace más difícil la integración, porque ya no somos quienes éramos, después de que un psiquiatra nos esté tratando.

Esa paciencia nos durará toda la vida mientras vayamos aguantando mocos de todo el mundo, la otra, la de mejorar, es la que más nos conviene pero a mí personalmente me afecta la otra para la que necesito al cuidarme y mejorar-demostrar que lo estoy haciendo.

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5 comentarios

venmago -


Respecto al tema (reflexión) que hoy, nos propone nuestra querida Blue, me parece interesante el contenido de esta página: http://www.bipolarneuro.com/index.php?option=com_content&task=view&id=28&ItemId=2 .

Por mi “trastorno”, “enfermedad”, o como quieran llamarlo, debería seguir unas normas de “higiene mental”; que no cumplo. Hago guardias médicas de 24 horas, que trastocan mi ritmo circadiano, cuyo mantenimiento es esencial en el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo. La razón es la inevitable estigmatización, que no deseo soportar en mi entorno laboral. Mi doble paciencia se convertiría en doble sufrimiento; y muchas veces tengo ganas de tirar la toalla. Raro es el día que no oigo un comentario sarcástico respecto a una persona diagnósticada de un trastorno mental.

Pienso que todos los tenemos en mayor o menor medida. Y ese miedo a padecerlo creo que es la principal razón del estigma; por encima de las excusas del tipo: “me podrá hacer daño”, “seguro que es insoportable”,…

Cambiar esta visión es casi imposible, existen algunas formas como las que nos comenta Eolo, en el comentario que hace al enlace indicado.

De todas formas creo que los prejuicios son inherentes al se humano, la historia nos demuestran que no se desaparecen sólo se transforman.

Ya veis que hoy no estoy muy optimista, aún así soy capaz de expresar mi opinión

Un cordial saludo. Venmago.

Valerio -

Muchas veces, cuando estamos abajo, es bueno tener paciencia y pensar que los alicientes vendrán con el tiempo, que la vida sigue y no debemos dejar nuestras actividades cotidianas.
Y cuando estamos arriba, también debemos ser pacientes, pensar en que los esfuerzos más recompensados funcionan a largo plazo...

Paciencia:)
Un saludo.

Valerio -

Muchas veces ayuda pensar que los estados de ánimo son pasajeros.
Liarse la manta a la cabeza y proseguir con las actividades, el deporte, la vidilla social, aunque pensemos que no es el mejor momento.
E incluso, cuando estamos "arriba", es bueno ser conscientes de que es algo efímero, que algo puede fallar...

Un saludo.

Carne de Psiquiatra -

Gracias por tu lúcido comentario.

Formarse... ¿no le has deseado nunca una depresión a alguien, para luego decirte: no, no se merece tanto mal, es inmoral desear ese infierno aunque así me entenderían?

Borja -

No puedo estar más de acuerdo. Tenemos y hemos demostrado tener suficiente con la enfermedad, para encima tener que aguantar las etiquetas. Claro que, como dice el poeta, nosotros los de antes no somos los mismos, pero ¿son ellos, los que nos miran diferentes, iguales?. Hace tiempo que intento diferenciar lo propio de mi enfermedad con lo genuino de mi carácter. Hay veces que pienso que en algunas cosas, siempre fuí así, que aún pienso igual y que ni la medicación ni el terapeuta lo cambió. También sé que nunca se está arriba...entonces, ¿por qué se castiga también esa actitud de siempre?. ¿Son estas pinzas que dice Blue el filtro por el que también se pasa lo genuino de mi carácter?. Tal vez la educación sobre lo que nos pasa no sólo tengamos que recibirla nosotros....pero, ¿quién quiere formarse en algo tan triste?.