Descompresión: Z. pierde la liga
Pero qué paz. Creo que empiezo a ser yo de nuevo: ocho horas de buen sueño.
Y tras vítores, petardos, y sonido de cláxones, creo que la liga de fútbol ha terminado.
. . .
Al día siguiente:
De nuevo buen sueño. Los madrilistas están de muy buen humor. Quizá ellos son los que han conseguido que hoy luzca un magnífico día de primavera con ese azul en el cielo. Ya les gustaría una playa para celebrarlo: ahí se la pongo en la foto.
Quiero quiero quiero... no demasiadas cosas. Ducharme, vestirme, y salir a la calle pero unas cuantas horas, de paseo por la ciudad. Es un buen deseo: no estoy habituada. Ahora, poco a poco y buena letra. Todavía necesito ayuda para según qué tareas, pero ya me levanto de la silla sin preguntarme dónde iba, o qué iba a hacer.
No estuve dos, sino cuatro semanas con la pastilla Z. Siento que de nuevo he sobrevivido a los avatares de la enfermedad, y por ello me siento fuerte y victoriosa. Pero además, que vuelvo a vivir. Y que, bien pensado, este año de aburrido no tiene nada.
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