Martes antifobias: en la multitud
Entro en razón con la visita de M.Amèlie, "despierta, Blue". Salimos hacia las seis y media de la tarde.
Nos acompañamos hasta el metro, porque decido tomarlo y no recuerdo la última vez. Antes de llegar al andén, tengo los cabellos mojados por ese sudor de ansiedad. Y eso que lo que más nerviosa me pone es llegar a la estación del metro, no cogerlo.
Separamos nuestros caminos en un transbordo, y me bajo en pleno centro comercial de la ciudad, para matar otra fobia. Voy dando vueltas por calles y callejones. No encuentro la librería, pero por fin entro en el monasterio de las Descalzas Reales. Ah, sí, estaba cerca. Encargo un libro sin fijarme en naaada de lo que venden, pues por algo he dejado de ser un peligro en las librerías.
Entro en unos grandes almacenes. Eso sí ha sido una prueba. Hay que comprarse alguna ganga, pero sola no me atrevo a meter la pata. Gracias a la pericia de esta amiga en el arte del registro de tiendas, tengo una falda muy chula desde la semana pasada que estreno hoy. Revoloteo, recuerdo marcas que vestía, y salgo porque tengo ganas de fumar. Ya he visto a bastante gente allí.
Caminando caminando, entre turistas, paseantes, jóvenes en bancos y también mendigos, llego a casa, tres horas y algo después, con dos bolsas del supermercado.
No me he fijado en ningún termómetro.
Me siento tan rara por la calle sola.
***
2 comentarios
hipatia -
Raul -