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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Con las botas puestas

 

Hay que bañarse mañana, como en esta escena memorable de "Los visitantes" ("Les visiteurs"), pues he de acudir presentable a la cita con el psiquiatra la semana que viene y el agua de la bañera puede salir de color rosa pijama siendo benévola.

Este cóctel veraniego me putea, más que funcionar. Tampoco ayuda este frío.

Cómo odio viajar "por negocios". El "síndrome de Barcelona" empieza una semana antes de tomar el tren. Odio el AVE y sus precios escandalosos.

Me han regalado una agenda. Escribo en lápiz, es más fácil cuando cancelo otras citas por indisposición, léase las fobias habituales. Al psiqui iré a rastras si es necesario. Está claro que mi madre se asegurará de que esté a la consulta a la hora en punto.

Estoy mal, para qué negarlo. Pero peores las he pasado, eso me digo, y mañana será otro día de anhedonia, depresión y ataques de pánico que me provocan (falsas) taquicardias. A veces tengo miedo, mucho miedo, no sé a qué.

Entro a veces por aquí pero no publico los borradores, son muy pobres. En su lugar, leo vuestros comentarios en artículos pasados cuando estaba bien o regular. El blog está vivo, porque hay mucho escrito por leer, porque vosotros lo mantenéis, y os doy las gracias por compartir entre todos con esas intervenciones esta mierda de enfermedad este trastornillo.

Me repito como el ajo, pero si tenéis ganas de hablar con otros y recibir consejo, acudid a los foros de www.bipolarneuro.com.

***

4 comentarios

gluglú -

No sabía que anduvieras así, Blue, y sólo quería mandarte un abrazo. Me ayudaste mucho cuando estaba en un pozo, leerte me reconfortó todo lo infinitamente que puede reconfortar compartir. Y estoy segura de que, como a mí, a mucha gente. No creo que te sirva de gran cosa, pero es un regalo precioso el que haces al mundo escribiéndote. Del resto, léase rebeliones varias de sinapsis y sustancias, qué decir, hay que aguantar (o no, quizá sea políticamente incorrecto decirlo pero es una libertad que siempre queda, y menos mal). En fin, sólo que sepas que aquí hay una desconocida que te sigue y te aprecia.

Pepito Grillo -

Hola Blue (aunque sinceramente preferiría llamarte Azulita...).

Ante todo, mi más reconocido agradecimiento por toda la energía que desbordas en este tu blog, de una altura humana muy por encima de lo normal. “Eternamente agradecido”, como dirían los marcianitos de tres ojos tamaño llavero que logran rescatar del gancho los protagonistas de Toy Story 1.

He dado con tu formidable blog enlazado (más bien hiperenlazado, qué barbaridad) desde www.bipolarescolombia.com, donde estaba intentando recabar información sobre algo que me interesa muchísimo: la relación entre bipolar y espiritualidad. Encontré un escrito que no está mal http://www.bipolarescolombia.com/quienes_somos/la_espiritualidad_y_la_religion/
pero que no me resuelve nada en realidad.

Creo que si te hago un rápido flash-vitae me puedes comprender mejor y, quien sabe, incluso ayudar en mi búsqueda.

Verás, acabo de cumplir 51 añitos. Cuando tenía 22, después del servicio militar que
era entonces obligatorio (¡!), era un chaval normal y corriente, como
tantos. Vivía en Madrid desde mi afortunado nacimiento. Un día de otoño, un amigo íntimo con el que tenía una relación con una maravillosa componente espiritual,
me dijo todo serio en medio de una conversación que “la casualidad no
existe”. Y yo me lo creí. Y, en ese mismo momento, me cambió
la visión del mundo. De entrada, me alegré muchísimo, pues pensé que
entonces el sentido último de esta vida estaba en “buenas manos”, es decir,
que si la casualidad no existe, hay por fuerza un orden divino, cósmico o
lo que sea, que mueve los hilos (dejándonos siempre libre albedrío,
claro está), y en esencia yo estaba absolutamente seguro de que ese “Algo”
era Bueno y Amoroso.

Inmediatamente empecé a ver la vida de otra manera, por días iba dándome cuenta del auténtico sentido de mi existencia. Me sentía en paz con el
universo. No me cansaba de besar a mis amigos. Me sentía iluminado. Los
colegas se pensaban al principio que iba colocado, harto de marihuana. La
única explicación honesta que yo mismo podía darme de mi nuevo y
espectacular estado, era de que personalmente ya estaba entrando en la Era de Acuario (hasta Miguel Rios por entonces tenía canciones que hablaban de eso), y que a
Acuario entraba cada cual en su momento, que no era un cambio de todo el
mundo a la vez. Y así se lo decía a los coleguitas. Yo vivía todo eso con una
alegría infinita, dormía poco y me levantaba como nuevo lleno de energía y
amor. Empecé los trámites para patentar un recinto acústico insonorizado
de plástico, en principio para locales donde ensayar los músicos, luego
también como cabinas urbanas de teléfono...

No sé si te lo vas a creer (que me da igual), pero una tarde fuí a ver al
rey Juan Carlos al palacio de la Zarzuela, a las afueras de Madrid, para decirle que el planeta estaba muy mal, con guerras, hambre,
etc., y para que convocase una reunión de todos los jefes de estado del mundo
para solucionar el tema. Y allí me presenté.
Ya había oscurecido y la entrada al palacio estaba llena de policías, me
imagino que apuntándome con sus armas por si acaso. Me enfocaron con los
reflectores mientras me acercaba tranquilamente con mi d.n.i. en la mano, el brazo levantado no fuese a ser que se creyesen que era un terrorista... El policía
que me atendió en la entrada me dijo que para ver al rey había que
escribir al mayordomo de la casa real pidiendo cita y demás trámites. Con la misma
le dí las gracias y me fui por donde había llegado. Está claro que yo ya
sabía que no me iban a dejar pasar para ver al rey así por las buenas... estaba
quizá iluminado, pero no tonto. Pero sí que había UNA posibilidad entre
varios millones de que, en ese momento en que hablaba con el poli de la
puerta, entrase o saliese su majestad en coche, y le diese por preguntar
qué pasaba... o, al menos, eso pensaba yo en aquellos momentos. Esta
anécdota que acabo de escribirte no la sabe ni mi familia. Y te aseguro que para mí es lo más responsable y consciente que he hecho como ser humano en toda mi vida.

Lo que si sabía mi familia a esas alturas es que cada día estaba más raro
y hacía cosas más extrañas. Así que, con la misma, me ingresaron en un
psiquiátrico. Me diagnosticaron un brote esquizofrénico. Allí me medicaron y
me bajaron al mundo a base de cura de sueño y pastillas. Estuve un par de meses muy
deprimido, pero se me pasó y volví a hacer una vida normal.

Al otoño siguiente volví a las andadas, es decir, tuve otro subidón, supongo
que esta vez de una manera espontánea, sin provocación metafísica. Ahora
tenía como más confusión que la primera vez, y mi familia tardó menos en
llevarme a otro psiquiátrico, donde me diagnosticaron finalmente psicosis
maniaco-depresiva, como de sobra sabes hoy convertido en “bipolar”, que queda mucho
mejor, más mono, casi de diseño. La depresión fue más larga y profunda, pero
terminé saliendo.

Me mudé a Murcia y empecé una nueva vida. Con el tiempo monté una empresita y todo fue bien durante 9 años. El estrés de la empresa me provocó entonces un
pequeño brote psicótico, de auténtica confusión místico-persecutoria, eso decía el informe; estuve un par de noches en un hospital y a casa. Depresión gorda y a correr...

A correr hasta este pasado Mayo del 2008, es decir, 16 años después y sin ningún
tipo de recaída intermedia. Y he aquí que llevaba un tiempo leyendo
libros espirituales (Anthony de Mello, etc.) y de autoayuda en general. Cayó en
mis manos “El poder del ahora”, de Tolle, y me fascinó, a la vez que me
hacía recordar puntos concretos de mis primeras “experiencias de
conciencia alterada”. Y pasó que, casualmente jeje, después de leerlo y
empezar otro suyo, me enteré que una pareja (chica y chico) de discípulos
de Tolle http://www.livingpresence.ca/schedule.html estaban en España
dando charlas (satsangs). Se dice que en estos satsangs puedes subir tu
vibración por simpatía, al estar tan cerca de los maestros... Así que me
armé de valor (palabra!!) y me fui a verlos a Málaga. http://www.flickr.com/photos/satsangspain/ Para resumir, en la primera
sesión sentí un cosquilleo por todo el cuerpo. En la segunda, y sobre
todo tras comentarles en la charla correspondiente mis antecedentes bipolares,
sentí un cosquilleo muy muy intenso. Tras la tercera sesión (el satsang
fué viernes tarde, sábado y domingo) ya estaba de subida, sin ninguna
duda. Algo me resonó fuertemente por simpatía en mi yo interior (o en los cerros de Úbeda, o donde sea). Y eso que no he dejado la medicación (solo sales de litio) desde la segunda subida a los 23.

Como ya voy sabiendo de que vá la cosa, nada más regresar a mi casa me
escribí en mi mano derecha “ + DESPACIO “ para tenerlo siempre presente,
y me lo iba reescribiendo cuando se me borraba. Resumiré mucho diciéndote que
en los primeros días estaba en auténtica paz interior (con la cháchara contínua de los
pensamientos dentro de la cabeza silenciada) bastante a menudo, es algo
maravilloso. Viajé a Madrid para que un experto me enseñase a respirar y
meditar (intentando contener la avalancha, pues en estos casos, por lo menos a mí, el cerebro parece como que funciona cada vez más rápido). Ya en Madrid con la
familia, viendo que estaba agotado tras dos días sin apenas dormir,
fuí voluntariamente a ver por urgencias a un psiquiatra, que me medicó para bajar. Bajé
ya en mi casa de Alicante, lentamente. No te puedo contar las cosas que
sentí en toda esta experiencia, pero te aseguro que, al igual que la
primera, tienen una connotación espiritual muy profunda. Unas
anécdotas de esta vez: fuí tres veces, a las 11:11 de la noche, a una
montañita cercana a ver si me abducía algún platillo volante (¿¿??);
tengo un reloj inglés precioso muy antiguo que se puso en
marcha (después de más de 40 años sin funcionar, es decir, sin darle
cuerda) él solito, parándose al cabo de los días cuando empezaba yo a
bajar del todo... Para entonces yo ya había visto algo en internet de las
profecías mayas y todo parecía tener una especie de sentido en mi cabeza...

Una psicóloga que me vió después (para la depre que me vino a
continuación) me confesó que estaba convencida de que esta enfermedad te
hace subir a un estado de conciencia superior, y que el problema está en
que no es fácil controlar en ese estado debido a la cultura, la educación
y otros condicionantes parecidos que todos tenemos tatuados en el cerebro
desde pequeñitos. Yo estoy más que de acuerdo con eso.

Y lo que desde entonces estoy intentando, y ya me he puesto manos a la obra de verdad, es en saber si algún bipolar más ha sentido algo parecido, es decir, algo espiritual y bien distinto del descontrol puro y duro que parece experimentar Richard Gere en Mr. Jones (que me parece a años luz de la realidad, pero claro, es una peli, sale muy guapo y ya está).

Esta es la primera vez que me relaciono con un bipolar (una en este caso), nunca he estado en sesiones de grupo ni nada parecido. Buscaré en esas páginas que recomiendas, www.bipolarneuro.com y demás por si encuentro algo.

Te agradecería que si tú o alguien sabe algo al respecto, me lo comunique a match3331@ozu.es.

Gracias de antemano y ánimos, la vida es un juego y todo consiste en darnos cuenta de lo felices que ya somos.

Antschel -

Así es, querida. Aquí seguimos al pie del cañón.
Ánimo....besos

A -

Tenía semanas buscando cómo enviar un comentario.... q tonto, si sólo bastaba con seleccionar el artículo.

Hola. =)
Quería agradecerte por la recomendación a bipolarneuro. Dentro de un rato me paso a registrarme, aunque es más YO quedarme sólo leyendo y no participar activamente del grupo xD (Introvertido antes que Bipolar jajaja). En un momento de hipomanía, me registro y posteo algo.

Bueno, pues eso; que sepas que en alguna parte del mundo hay otra persona que lee tu blog y se interesa por ti.

Chao =)

PD: Tercera vez q intento enviar el mensaje (Me agarra la pregunta anti-spam)
El Color de la nieve es "Blanco" NO "BLANCA"... el mundo siempre está en mi contra!
Pues nada, que tampoco era Blanca... ¿y entonces q xxxx?