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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

MUSICOTERAPIA

MUSICOTERAPIA

El transporte público va lleno de auriculares, y a veces me gustaría “pasearme” por todos ellos, por toda esa música y por todas las sensaciones y pensamientos que recorren a esa gente cuando la escucha, como en la preciosa escena en el metro de “El cielo sobre Berlín” (“Der Himmel über Berlin) de Wim Wenders.

La música transmite emociones, sensaciones, pasiones. Esto lo sabemos todos. ¿Y en ausencia total de sensaciones, qué ocurre? Me refiero a la depresión.

Uno de los síntomas de las depresiones más graves es que se abandona la música. Deja de ser una melodía y pasa a ser un ruido, una frecuencia que ya no es tolerada por tu cerebro, que maltrata todavía más tu psique. El silencio es la banda sonora de la depresión.

Por ello, un consejo para la gente cuando entra en depresión es que no deje de escuchar música, porque activa el cerebro, incluso cuando lo tienes medio desenchufado u off del todo. En mi penúltima depresión sólo fui capaz de escuchar los 11 CD de Chopin que me grabó un amigo. Los Nocturnos, una y otra vez, eran lo único que mis neuronas soportaban.

Poco a poco, Grieg y otros clásicos “tranquilos”. Cuando fui capaz de escuchar a la Callas, no sólo estaba mucho mejor, sino que ejerció efectos terapéuticos sobre mí que no hubiese esperado de ninguna pastilla. Y le sigo agradecida, ahora mismo está en mis auriculares.

Creo que la música de alguna manera ordena nuestras emociones. O las potencia. O a mí me ocurre, y trato de escogerla en función de las emociones que van a sugerirme. Uno de los mis discos favoritos es la banda sonora de “Blade Runner”, de Vangelis. Es un disco que me pongo porque sí, y últimamente cuando no tengo muy claras mis emociones, para “ordenarlas”, porque me da paz interior, y además el monólogo final no tiene precio. Y no me sorprendería que la sensibilidad de Vangelis tuviese origen bipolar.

Si quiero caña para mis neurotransmisores, últimamente "chupo" mucho Peter Gabriel, por ejemplo su último disco “Up” (grande esa canción “Growing up”) o el ya clásico “Plays live”, porque su música tiene mucha fuerza. Quiero hablar de Peter Gabriel en otro post, es algo más que un músico. Kurt Cobain también tiene esa fuerza, no sólo en la música de Nirvana sino en su voz, le leo el alma desgarrada, la que le llevó al final. Aunque tengo toda su discografía suelo acudir al “Unplugged in New York”, otro de mis básicos. Hace 10 años ya que Kurt se pegó un tiro, y por aquí podríamos entrar en el tema del suicidio en el Trastorno Bipolar... todo se andará, pero suelto la “perla”: es nuestra primera causa de mortalidad, sí, es escalofriante saber que un 20% de bipolares se suicida. Ya hablaremos con calma de Kurt y del suicidio, tenemos tiempo.

Debo aclarar que no tenía idea de que Peter Gabriel, Sting, Kurt Cobain y otros músicos tuviesen el trastorno. De esto me enteré después. Y la lista no acaba aquí. Ah, Chopin y la Callas están en las listas de unipolares.

Mis gustos musicales “poperos” van desde Henry Mancini a AC/DC, aunque suelo detenerme más en Police, Peter Gabriel, Prince o como se haga llamar ahora, y U2. Claro, están los Reyes: Beatles, Rolling Stones, Elvis Presley, Bruce Springsteen, Tina Turner. Y los Clásicos: Doors, Led Zeppelín, Deep Purple. Y los Nuevos: Jamiroquai, Blur, Moby, Chemical Brothers. Y los que me dejo… no es una lista ni perfecta (es la mía, a bote pronto), ni mucho menos cerrada, pues tengo tropecientos vinilos, CDs y mp3 de todos los gustos y colores y en 20 años ha llovido mucha música.

Mi generación es evidente, soy un producto de los 80, y me gusta serlo.

¿Qué escucho ahora? En mi mesa está Bryan Ferry (inolvidable “More than this”), “The great american Songbook” de Rod Stewart, “Best of” Talking Heads, Pink Floyd (“Wish you were here”), Lenny Kravitz (“Mama said”) y “The Rocky Horror Picture Show”.

Adivinanza: ¿En qué estado o fase de la enfermedad me encuentro ahora? La música lo dice por mí. Estoy en una hipomanía leve, un pelín (animada) por encima de la eutimia (“normalidad”), es decir, haciendo vida prácticamente “normal”. Escucho de todo, no desprecio nada, ni abuso de música excitante, demasiado fuerte… digamos que no escucho demasiado Metal últimamente. Eso lo dejo para momentos maníacos, cuando las neuronas piden guerra, cuando yo misma soy el Dr. Frank-N-Furter.

Un dato curioso, y para mí desternillante. Este verano, en plena y asquerosa depresión, cuando no escuchaba música alguna, la sonrisa me la sacaron “Del Pita Del” (¿Quién no se fijó en el anuncio del verano? Hasta los depres…) y “Dragostea din tei”, porque me recomendaron el mp3 (aclaro o insisto, no escuchaba la radio ni discos, estaba depre y conscientemente aislada del sonido con tapones). A cuál más hortera, pero les tendré cariño siempre por haberme dado momentos de respiro en un mes, agosto de 2004, que sólo merece el calificativo de “entrada al infierno”.

Del infierno, ya hablaremos. Cuando pueda ponerle banda sonora, quizá.

***

6 comentarios

.MaRu. -

me encanto....

especialmente cuando nombraste a Rocky Horror!!!!

creo q acordarse de Tin Curry en esa pelicula es el mejor remedio para cualquier enfermedad!!!!! :)

Galahan -

A mi me suena más la versión "morancos".

Marica quien, marica tu, marica yo?, marica ja ja... (X5)

Carne de Psiquiatra -

Ma-ia-hii Ma-ia-huu Ma-ia-hoo Ma-ia-haa (x5)

Tú canta esto 5 veces y te descojonas too, palabra.

Qué pecado, dejarse a los que nombras, y en especial a Queen... qué Reina fue Freddy.

Galahan -

Joer, el Dragostea te sacó de una depresión?
Tienes los bipolos alterados :P Jiji!
La música tiene mucho más poder del que parece, por eso, como en el cine, pintura y demás artes están los "artistas" y los "artesanos".
A mi en tu selección me faltan grupos (ya sabes lo pedante musical que ando) y de básicos, añado 3: The Cure, Bowie y The Beatles (Y si me estiras, Queen!!)
Sigue así :D

Carne de Psiquiatra -

La hipomanía da alas... jaja

Myriam -

Simplemente, eres genial