CRISTAL
Es el material del cual está hecho un bipolar. Su alma, sus emociones, de lo que aquí hablamos. Nuestros “chasis” son tan anodinos como el de cualquiera, nuestras almas son algo primoroso.
Cristal muy delicado, que se quiebra y resquebraja. Una sola palabra puede producir los resultados de una bomba atómica en nuestro delicado cerebro.
Las novias de chicos bipolares están desconcertadas, ellos un día las necesitan desesperadamente y otro las apartan de sí. Otras chicas intentan acercarse a un chico bipolar que parece estar en lo alto de la torre del castillo y no saben cómo hacerlo, y piden consejo. Lo he visto, y las he aconsejado.
Siempre les he dicho lo mismo. Hay que tener paciencia.
Admírala, te atrae esa alma hermosa. Te seduce su belleza, y sabes que tienes dificultades para acercarte a ella.
Aproximarse a un ser de cristal.
No le aprietes, se rompe en dos. No le presiones, se rompe en mil.
No hagas nada que pueda destruirlo. Si te fijas, apreciarás melladuras, heridas que han dejado su trazo perenne, quizá tenga alguna arista rota ya.
Con la paciencia en la mano, piensa que estás en una partida de ajedrez. Más pronto o más tarde, esa figura ha de moverse.
Mientras tanto, simplemente siente la delicia de dejarte fascinar por ese cristal tallado. Observa sus facetas, sus destellos. Eso es lo que te atrajo de él, sabías que había algo diferente… el cristal.
Un alma bipolar. Única, y frágil.
Cristal muy delicado, que se quiebra y resquebraja. Una sola palabra puede producir los resultados de una bomba atómica en nuestro delicado cerebro.
Las novias de chicos bipolares están desconcertadas, ellos un día las necesitan desesperadamente y otro las apartan de sí. Otras chicas intentan acercarse a un chico bipolar que parece estar en lo alto de la torre del castillo y no saben cómo hacerlo, y piden consejo. Lo he visto, y las he aconsejado.
Siempre les he dicho lo mismo. Hay que tener paciencia.
Admírala, te atrae esa alma hermosa. Te seduce su belleza, y sabes que tienes dificultades para acercarte a ella.
Aproximarse a un ser de cristal.
No le aprietes, se rompe en dos. No le presiones, se rompe en mil.
No hagas nada que pueda destruirlo. Si te fijas, apreciarás melladuras, heridas que han dejado su trazo perenne, quizá tenga alguna arista rota ya.
Con la paciencia en la mano, piensa que estás en una partida de ajedrez. Más pronto o más tarde, esa figura ha de moverse.
Mientras tanto, simplemente siente la delicia de dejarte fascinar por ese cristal tallado. Observa sus facetas, sus destellos. Eso es lo que te atrajo de él, sabías que había algo diferente… el cristal.
Un alma bipolar. Única, y frágil.
3 comentarios
fernando -
Alberto -
Venga, un beso carnedepsi
Southmac -
Salud.