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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

MAMÁ

MAMÁ No tienes la culpa. Nunca la has tenido.

Tu hijo ha sido diagnosticado y un término nuevo aparece en tu vida, “Trastorno Bipolar”, y de repente -si la cosa no viene ya de hace tiempo- tu hijo tiene una conducta muy extraña, porque está enfermo y estabilizarnos no es fácil.

Tú te sientes impotente porque piensas que algo en su educación quizá no fue bien, y empiezas a comerte el coco. Y sufres, porque las madres siempre sufren por sus hijos, y ahora sufres más, porque no puedes ponerle una tirita como antes cuando se caía y lloraba. Ahora no sabes por qué llora. Sangra por dentro.

Él quizá no acepte que está enfermo, porque él no nota cambios, y te dice que está de puta madre. Y tú sabes que no es así. Pero no atiende cuando le dice “estás mal”.

Su humor es variable. Además, se irrita constantemente. Necesita cosas que no entiendes. A veces grita y dificulta la convivencia en casa. Se levanta de la mesa con un porrazo y se encierra en su habitación. No sabes qué hacer ni qué decir.

Tú lloras donde nadie te pueda ver, y piensas que la culpa es tuya.
Pues no, no lo es.

La enfermedad suele venir en nuestros genes. Quizá no haya antecedentes de enfermedad mental en ninguna de las ramas de la familia. A tu hijo le ha tocado ser el primero, él es quien ha tenido mala suerte, pero culpa, ninguna.

Tú no tienes la culpa de haber combinado tu ADN con el del padre de tu hijo. Cualquiera de los dos ha podido transmitir esa cadena, pero eso es obra de la naturaleza, y ésta tiene extrañas reglas.

El sentimimento de culpa es parte de nuestra cultura judeocristiana. Nos la han inculcado muy bien, y nos impide ver más allá de ella. A mí también me ha pasado, hasta que decidí dejarla a un lado y analizar los hechos.

Los hechos son que alguien a quien tú quieres mucho está enfermo. Y hay que llevarle al médico, en este caso a un médico especializado, a un psiquiatra, para que le ponga en tratamiento. Y si está muy mal, hay que llevarle a urgencias, incluso ingresarle. Es por su bien.

Irás al hospital y te dará lástima verle allí, porque no es un hospital convencional. Otro sentimiento que deberíamos apartar. No te da lástima ver a alguien con una cicatriz recién operado, más bien sientes que esa persona tiene un dolor y se ha librado de algo que no le funcionaba bien.

Pues ir a un psiquiátrico debería ser lo mismo. Tu hijo está allí para curarse de algo que no se puede ver, que no tiene puntos en su piel. No le hace daño nada salvo su cabeza, en la cual hay un desequilibrio químico, y por eso le dan pastillas.

Quizá le veas sedado, y sobrecargado de medicación. A mí me ha pasado, sí. Y era muy molesto, porque era consciente de que perdía capacidades cognitivas. Pero era un estado provisional, del cual salía cuando la medicación no era tan agresiva, cuando las dosis volvían a su normalidad.

Verás cosas que te entristecerán. Gente que está mal, como tu hijo, y también entenderás que él no es el único que sufre y necesita ayuda. Y, lo peor, muchos de ellos no tendrán una madre a su lado.

Tú estás allí y él sabe que cuenta contigo, y te necesita, y poco a poco lo comprenderá. A mí me ha pasado. Madre es ahora una figura muy importante para mí, de una forma que no era antes.

*****

Antes no estaba tan enferma como ahora. Tenía síntomas, pero no impedían mi vida como cuando me diagnosticaron.
Y he tenido la suerte de que mi familia ha estado allí conmigo.

He salvado mi vida de dos intentos de suicidio. No fueron mis primeras ideas suicidas, pero dos veces tuve que ingresar para evitar hacerlo de verdad, cuando estuve muy enferma.

Mi familia lo sabe, y no lo entiende, porque es imposible entender que cuando la vida no se ha ensañado contigo, cuando la vida es tan bella cuando le coges el truco sean cuales sean tus circunstancias, tú quieras morir.

Ese es el peligro del Trastorno Bipolar, que cuando la cabeza se harta, y es insoportable sufrir más, la única salida que ves es que tu cabeza deje de funcionar.

*****

Tú no puedes hacer nada, es la maldita enfermedad.
Sí puedes hacer algo, si ves que tu hijo no tiene ganas de vivir, y te manifiesta alguna intención en este sentido, llevarle a urgencias.

Y si no está bien, ir al médico igualmente, porque quizá un ajuste en la medicación baste para que una mejoría sea factible.

Si no se le diagnostica, y eso sólo lo puede hacer un psiquiatra, no tendrá un tratamiento que le ayude a mejorar. No sientas vergüenza, un psiquiatra es sólo un médico, y es el que él necesita ahora.

A veces tu hijo no querrá ir al psiquiatra, dirá que no hay nada nuevo a decir. A mí me ha pasado, y siempre me acompañaba Madre. Además, cuando finalizaba la visita, Madre era (y es todavía) informada directamente por mi psiquiatra de mi evolución.

A veces hay que llevar a rastras a un enfermo donde sea. Por ejemplo, a la calle, para que le dé el aire y el sol. A mí me arrastraron familia y amigos, porque yo no podía salir de casa. Quizá tu hijo no quiera ir contigo, porque ya es mayor para ir con mamá. Esto sucede. Mamá puede llamar al mejor amigo de tu hijo, para que sea otra persona quien haga este “trabajo”. Porque quizá tu hijo no quiera hablar con nadie, y la ayuda posible es que se le reúna con gente de su confianza.

Los amigos pueden reaccionar bien o mal. Esta enfermedad hace que perdamos amigos, parejas... mis amigos han entendido lo que me ocurría porque hacía años que estaban preocupados por mí, porque me veían mal, y creo que incluso están contentos de que esté en tratamiento, porque no les voy a dar más plantones o sustos, sobre todo sustos.

El principio de la enfermedad, del diagnóstico, es lo más duro para todos, porque en casa hay, digamos, y lo digo yo que me he sentido así, “un animal” suelto. Que se encuentra mal y no puede ponerse una tirita.

*****

Mamá, entiende que estamos enfermos, y que necesitamos tratamiento para salir de ahí y recuperar nuestra vida.

Mamá, perdona si te decimos cosas que te hieren, no somos nosotros sino el monstruo de la enfermedad que habla por nosotros, y luego quizá no tengamos valor para pedirte perdón, pero ten presente que estamos arrepentidos, porque no sabemos por qué salieron esas palabras de nuestra boca, porque era la enfermedad quien las pronunciaba.

Mamá...

Mamá, te quiero y te necesito, y no te lo digo, porque estoy tan mal que no me salen esas palabras.

Mamá, esto es duro, tanto para ti como para mí. Yo voy a un psiquiatra ya, pero, a ti, ¿quién te apoya?
Mamá, hay grupos de ayuda para familiares, y hay psicólogos que pueden ayudarte. No lo dudes, mamá si tú no estás bien, bien entera para enfrentar la situación, no vas a poder ayudarme tampoco. Entender lo que me pasa es muy difícil y sobrepasa a cualquiera que esté a mi cuidado. Infórmate, por ti y por mí.

Mamá, no me grites, no me digas nunca que ponga de mi parte, porque poco o nada puedo hacer ahora. Me estás matando, asesinando mentalmente, cuando lo haces. Recuerda, ninguna de las dos tiene la culpa. Y yo te necesito para ayudarme, necesito que seas fuerte psicológicamente, porque sé que soy inestable y por tanto puedo ser insoportable.

Mamá, recuérdame que me tome las pastillas, porque al principio quizá me olvide de hacerlo, pero sólo hasta que me acostumbre y empiece a tomar responsabilidad de mi tratamiento. Porque no me has de tratar como a una criatura, porque ya no lo soy y mi enfermedad no me convierte en tal, aunque te lo parezca.

También puedes creer que "siempre he sido así", que ese era mi carácter. Las malas noticias son que no era yo, era la enfermedad. Mi personalidad y mis actos eran filtrados por el trastorno bipolar. Ni yo sé quién soy ahora, ahora que empiezo a entender mi vida, por qué hice lo que hice, porque estaba enferma, y eso a veces me provoca el llanto.

Mamá, sufres porque me quieres. Yo sufro porque además de lo que tengo, te veo sufrir. Y no es bueno tanto sufrimiento, no es bueno que estemos derrotadas, necesitamos fuerza para salir de ésta.

Mamá, dime que hay una salida, recuérdamelo, porque yo no la veo. Estoy enferma y no lo sé todavía, porque no entiendo qué me pasa. Llévame al médico, por favor, llévame a urgencias si me ves mal. No te lo voy a decir, porque me encuentro tan mal que no puedo discernir apenas, pero tú llévame.

Mamá, qué suerte tengo de que estés aquí. Cógeme de la mano, necesito cariño y no lo pido, tanto es así que me aparto de ti. Pero quiero que sepas que

TE QUIERO, MAMÁ

Mamá, cuando esté bien, tendré que remontar el vuelo. No te estaré abandonando, será parte del proceso.

Necesitaré valerme por mí misma. Será duro para las dos, pero el consuelo será mutuo si pensamos en que ya estoy mejor y estoy saliendo del túnel, y vuelvo a disfrutar de la vida, y espero que tú también lo hagas porque sabes que he salido de algo muy gordo y muy penoso, que casi acaba conmigo, pero por fortuna estoy viva y mi salud ha mejorado.

Mamá, mi agradecimiento no se puede expresar con palabras. Sin tu apoyo, no estaría aquí, ni iniciando de nuevo mi vida, que quedó rota y tú me ayudaste a recuperar.

Mamá, sabes que el TB es una enfermedad de las emociones, y me he emocionado mucho diciéndote todo esto, pero cada lágrima que he vertido ha sido un "gracias" y un "te quiero mucho" para ti.

8 comentarios

amy -

Blue,cuanta verdad, en otro momento te contare como tuve que perseguir el diagnostico de mi hijo nadie se atrevia a darlo por lo diverso de los sintomas, lo entendio el mismo despues de investigar se lo sugirio al medico y hoy esta mejor con la medicacion, es tan brillante y aunque los medicamentos retardan de tanto en tanto sus talentos,entre ellos el arte (te enviare copia de sus pinturas )Mi rel deseo al escribirte es felicitarte por tu valor, claridad,siceridad y ternura que aunque no lo creas muestras entre palabras,eres !!creelo !! el balsamo de muchos bp pero estoy segura que la oportunidad y el consuelo de sentir que no soy la unica madre con todo este universo de emociones sino que alli detras de cada uno de uds, se encuentra una mami igual a la tuya dando lo que las madres han venido a este mundo a dar amor,estoy queriendote ya desde hace meses que encontre tu blog de casualidad y que me perdone tu madre pero tienes en mi otra madre cuando quieras porque la ayuda que me das cada vez que abro tu blog es inigualable un abrazo cariñoso, y a todos dejense ayudar y mantengan las fuerzas

yomisma19 -

precioso artículo. me ha encantado. sobre la última frase, que diferente es sentir cuando lloras de emoción o de una desgracia, a cuando lloras sin saber porqué, los sentimientos no tienen una razón.

Pau -

GRACIAS por regalarme tantos minutos de llanto sincero y agradable abrazado a mi madre, gracias de verdad

Carne de Psiquiatra -

María,

ya sé que el oficio entre comillas y con todos mis respetos de las madres es sufrir por sus hijos.
No sufras antes de tiempo, ¿para qué?
Si ha de ocurrir, ocurrirá.

Puedes estar atenta (lo haces normalmente) a los informes de sus profesores, y acudir a profesionales para niños si por ejemplo presentan déficit de atención.

Pero no sufras. Dales armas, dales autonomía, quizá la necesiten más que el resto, pero no tienen por qué desarrollar la enfermedad.

Lo de tu pareja sí es ahora un problema y de los duros. "Su" decisión de dejar la medicación os perjudica a todos, y por ello es algo a hablar con él mismo y con su psiquiatra.

Gracias por tus palabras y bueno, jaja, le haré llegar ese beso (pobre está ya...)

Ya es hora de que le escriba otra carta a Madre, llevo días pensándola. Gracias a ti por recordarme este post, aunque, uff, cada vez que lo leo, lloro.

María -

Me ha emocionado tu carta llena de sensibilidad y gratitud hacía tu madre. Tengo un marido bipolar y siempre vivo pensando que lo puedan ser mis hijos y no te puedes imaginar el dolor. Sufro mucho con mi marido porque a veces no toma la medicación y tú ya sabes lo que pasa. Entra en una fase maníaca, en la que él no sufre y pasa de mi, pero a mi me desgarra el alma y luego....... vendrá la tristeza y ahí estaré yo, como siempre.

Un beso muy fuerte y enhorabuena por ser consciente de tu enfermedad,esto es importantísimo y te ayuda a poderte poner bien. Un beso también para esa madre tan fenomenal.

piscis -

Me ha ggustado tanto este texto que lo voy a imprimir para dárselo a mi madre.
Gracias Carnedepsiquiatra

Kidam -

Ufff, supongo que no hace falta que te diga en quien he pensado mientras leia este post que a mi tambien me ha emocianado... egnif...

carmela -

Lo mas bonito y verdadero que he leido en la relación hijo(/a madre de un caso de bipolaridad. Gracias me ha dado mas fuerzas para ayudarle a mi hijo. besos