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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Blue y familia

En semitránsito, jueves 25 de marzo de 2010

 

Ya es hora de volver a verles. Sólo he ido una vez en un año, no puede ser.

Me da tantísima pereza hacer una maleta. Dejar mi casa me parece un castigo. El tren, una cámara de tortura. Pero ahora sí tengo ganas.

Ahora que empezaba el buen tiempo, pero allí también lo hará, estoy segura.

Ya le he escrito al psiquiatra comentándole que en breve nos vamos a ver, con las novedades. He aprendido a redactar los informes en mi lugar de residencia habitual.

Allí dejaré de escribir (no tendré conexión en casa de mi madre) y de contestar el correo. Tengo además intención de pasar casi un mes, puesto que ahora es tan raro que les vea. Creo que lo aguantaré bien.

También cerraré por Semana Santa. Tengo mucho quehacer en la casa, muchos preparativos. Se acabó Internet, también aquí, por ese motivo. Si me conecto, no trabajo.

No es que vaya a descansar, precisamente. Es cuando menos paro. Esta casa y este espacio son mi tranquilidad.

Me sorprendo al releer esto antes de publicarlo. Es obvio que tengo ya más un pie allí que aquí, que sólo pienso en dejar la casa ordenada y en qué voy a meter en la maleta. Me siento impaciente por irme.

***

Cuadernos de Málaga, viernes 25 de septiembre: de médicos y espetos

 

Jacaranda tuvo el jueves un detalle de esos inolvidables: preparó un ramito con dama de noche y jazmín para Madre, que a su llegada se quedó prendada de esos olores tan propios, identificadores y hermosos de aquí.

Jacaranda hizo otras cosas de esas invisibles, para eso es algo brujita, pero no las escribiremos ahora, quedan entre sus poderes...

. . .

Ayer estuve out casi toda la mañana, pero llegó la hora de comer, para la gente que suele hacerlo a esas horas, y no hubo más remedio que ducharse entonces, y salimos a por lo que se suponía iba a "ser un pescadito". Acabamos comiendo una fritura para dos. Madre acabó diciéndome, hacía años que no oía eso, que no sé comer pescado, pues no le quito bien las espinas al salmonete. Qué le vamos a hacer. Por eso cocinaría otros bichos cuando era pequeña, claro. Supo todo buenísimo. El mote para los malagueños es boquerón, creo que ya lo he dicho alguna vez. Le dije que de mayor quiero ser boquerona, además me chiflan, y me soltó eso de que los catalanes somos demasiado serios para ello, cosa que ya sabía. Entre eso y que no sé comer pescado, es que te suben la moral, ja, ja, ja.

A Blue se le van a caer los dientes, a este paso. Tuve que ir al dentista de urgencias, menudas vacaciones le estoy dando. No importa por qué, pero no pude esperar más, después de unas dos semanas con molestias. Me hicieron ya la "ortopanto" (ortopantomografía), la panorámica de la boca, a mi ruego lo más cuidadosamente posible para evitar irradiar demasiado la tiroides, que no está para que la maltraten. Tenemos que avisar de todo ya, estoy como asqueada de tanta precaución por lo que tengo, y sí, he de tenerla.

Por suerte, la consulta estaba en el centro, de forma que nos dedicamos un poco al "shopping Málaga", hay que ver, qué similitud con el primer Cuaderno de Barcelona, pero nada de centros comerciales, sino por las callejuelas del centro, mucho más interesantes. Compré (me regaló) un pequeño cuaderno, de los de un euro, de los que me gustan, con papel a rayas, para que no se me escapen unas cuantas ideas para un proyecto que tengo por ahí algo escondido todavía.

. . .

Me dormía de vuelta. Por fin en casa. Me sorprendí siendo despertada en la butaca. Reaccioné cuando no sé cuánto tiempo llevaba pobre Madre intentándolo. Caí redonda en la cama. Luego, a lo sonámbulo, me sorprendió en la silla del escritorio dormida. No sé qué he soñado esta noche. Me he levantado a la hora de siempre, y casi que he hecho lo de siempre, es decir, aquí estamos. En ayunas además... lo que daría por un café.

Ya hay agenda para hoy: médicos hasta la hora de comer con una pausa para dar un paseo por un barrio interesante. Si no fuese por esto último, el sarcasmo: "qué interesante" sería inevitable. Espero que luego Madre sea compensada con ese espeto de sardinas que anhela.

P.D. Puse música por la mañana a ver si espabilaba. A Madre le gustó mucho esta canción :) (Freddy Mercury: I was Born to love you, video 2004)

***

Cuadernos de Málaga, jueves 24 de septiembre de 2009: aunque no se llame Mercè

Cuadernos de Málaga, jueves 24 de septiembre de 2009: aunque no se llame Mercè

 

Amanece a las 4. Chateo con una amiga que está en San Francisco. Qué cruel, que allí sí haya oferta de trabajo mientras aquí se comía los mocos.

Me digo que no aguantaré el resto del día. Aprovecho un momento débil y ñaca, a la cama.

Amanece de nuevo a las 7,30. Podría haber sido peor, me digo.

Hoy es la Mercè, en Barcelona... Felicidades a todas las Mercedes, felicidades a la madre de Pijamaman en la que pienso a veces.

Consulto el correo electrónico, me paso por aquí pensando en qué rayos voy a escribir hoy, y...

... voy a la habitación a darle un beso de buenos días a mi madre.

Y estoy muy contenta.

***

Imagen: espectáculo piromusical que cierra las fiestas de la Mercè.

Días de familia

Días de familia

Una de las razones por las que vine a Barcelona este mes fue por una boda. Hacía muchos años que no asistía a ninguna. Primos hermanos, pues pocos tengo. Mis amigos están "arrejuntaos". Vamos, un acontecimiento muy importante en la familia, para mí también aunque supongía todo un reto.

Tenía miedo del evento. De no "saber estar". De echarme a llorar, o de tener que irme por un ataque de ansiedad. No fue así, es más, descubrí que el afecto que siento por algunos familiares sigue ahí a pesar de la distancia, no sólo kilométrica.

Mi padre me llamó, entre otras cosas me habló de las fotos del bodorrio, y me suelta que estoy muy guapa. Me quedo atónita, mi padre nunca me ha llamado "guapa" que recuerde. Hubiese ganado la competición de gordas, y eso que no había muchas. Pero mi madre escogió para mí un "atuendo adecuado" en una tienda bastante chula y asequible donde había tallas para mujeres tanto en la media como para las entradas en carnes.

Pues quizá sí me vean este mismo mes en cierto lugar de La Mancha.... quién sabe. Mi maleta siempre va llena porque nunca sé qué me pondré (suena estúpido para una agorafóbica que no sale), y mi padre tiene ordenador, ja, ja. Si voy, me voy a prometer usarlo sólo para cargar el cacharro de mp3, a ver si lo uso más porque va bien para aislarse. Debí haber comprado uno a pilas y no depender de un puerto USB para cargarlo.

Le dije a Padre que no me sentía con fuerzas de ir este verano tampoco, hay demasiado follón en la casa cuando se junta tanta descendencia y ser single en ese ambiente te vuelve friki sin necesidad de otros actos tales como intentar leer algo sesudo. Por eso quizá le regalé a mi sobrino algunos discos con películas "para todos los públicos", creo que así los padres descansan un poco mientras a los abuelos se les cae la baba.

Ya hablé hará un par de años sobre otra persona de mi familia que también tiene un diagnóstico, otro, pero toma medicación parecida a la mía. Ahora el clan entiende algo más sobre este tema, y avisados están de que esos genes pululan por la familia y estallan en plena juventud por lo común. Nuestro diagnóstico fue muy tardío.

Veo las fotos de esos niños en la boda, el mayor tiene 9 años, y les deseo lo mejor. Que si les toca la "lotería negra", haya avances significativos que no mermen su calidad de vida. Que los padres detecten síntomas en caso de aparecer la desgracia. Es que no quiero pensarlo, pero lo hice al verles tan ingenuos y maravillosos. Los diagnosticados no hemos tenido descendencia, y por la parte que me toca... me alegro.

La pareja recién casada tendrá también hijos. Cada vez cabremos menos en la casa, pero es ley de vida que ellos vayan reemplazando a los mayores. Y que mientras éstos esperan su hora, que serán viejos pero no tontos, se encandilan con esas risas tan puras de niños en un pueblo perdido jugando a darles de comer a las gallinas. Luego, ven los vídeos durante todo el año...

...

Pasé tres días con unos tíos míos, son encantadores, les adoro. Siempre me han apoyado, animan, no agobian, son tolerantes, saben que he sufrido mucho y así lo expresaron en voz alta esta vez. Pues bien, aún estando a gusto, nada me costó ponerme mixta, un mini-ciclo de esos mixtos, dos días de mini-episodio. Parece que esto tiene que ver con la hipersensibilidad, con los impactos emocionales, aunque sean positivos. Lo que aliviaría esto sería el contacto repetido con determinadas situaciones y lugares que "me ponen mala". Pero, para estar mala... me vuelvo a casa, qué queréis que os diga. Recuerdo un viaje que terminó antes de tiempo porque de repente un día me puse a llorar, estuve dos días así a moco tendido preguntándome qué me pasaba, y hasta que no tomé un tren a Madrid no empecé a recuperarme.

...

Definitivamente, no me sienta bien el tema "familia", y aclaro que estos eventos no son tan recientes. Menudo jartón de llorar me he pegado escribiendo esto. Soy hipersensible, porque tengo la enfermedad de las emociones, también llamada Trastorno Bipolar.

***

Imagen: http://picasaweb.google.com/santipraster/BodaSusyCesar02/photo#5102284926747793586

No te sueltes de mi mano

No te sueltes de mi mano

Qué buena esa escena de la peli en la que la madre protectora corre sofocada desgastando el nombre de su vástago de cinco años porque se despega de su mano en un centro comercial con su amiguita del cole y el otro padre la detiene: "oye, que sólo son unas escaleras".

Mi madre se sigue culpando porque en su ausencia cometí alguna que otra estupidez, pero eran mis estupideces y las hubiese hecho igualmente en su presencia, las hice antes de que ella se cuidase de mí, por qué iba a ser diferente. Por qué ha de sufrir, merece algo mejor. Creo que ahora me ve bien.

Además, no se distinguía lo propio de una crisis bipolar de lo propio de mi personalidad y mis aficiones, gustos, de lo que soy en definitiva. Me lo ha contado otra gente que también tuvo que volver con su familia y las historias son para reír, llorar, o enseñar tus canas: amonestación por comprar libros, por no avisar de que no vienes a cenar, uy dónde estará, con quién, y encima te lo preguntan. Broncas padre-hijo en el más puro estilo adolescente. Por peinado, por vestimenta: esto es inadecuado, así o asá mucho mejor. ¿No saben que el psiquiatra tiene muy en cuenta tu aspecto, por qué lo manipulan, por qué me manipulan? Si me apetece vestir de rosa, doy un mensaje muy diferente al beige.

Soy como soy, soy rara, pues lo soy, a mí me da igual aunque me digáis que "no soy normal", siempre me lo han dicho. Pues bueno, luego te viene un diagnóstico encima para acabar de demostrarlo, no se puede ser diferente en esta sociedad sin que te cuelguen una etiqueta y te empastille un psiquiatra. Eso no quita que sea responsable y tenga unas obligaciones, pero como no eres normal, pues parece que no sepas de qué va eso.

Sigo haciendo, bien, o errando, tengo derecho a mis estupideces cotidianas sin que me estén llamando tres veces al día familiares con el alma en vilo. Es que los hay, y muchos, ¿has comido ya?, ¿y qué has comido? ¿Estás con alguien?, ¿quién es? Y si te descuidas, te llaman a las horas de toma de las pastillas, ¿no tienen otra cosa mejor que hacer? ¿Por qué renuncian a su vida por la mía? ¿Por qué ese sufrimiento, por qué tanta presión mutua, por qué no puedo vivir en paz con mi propio sufrimiento sin salpicar más? ¿No saben que me pone enferma que ellos estén enfermos conmigo?

Es cierto que no todos pueden decir: mi grado de enfermedad es compatible con mi autocuidado. Psiquiatras, mojaos para que las familias quiten pañales por ahí, que para eso se gasta también una pasta en psicólogos, de algo han de servir. No sólo hay que educar al paciente, sino a las familias, pero no, sólo va a consulta el pringao bipo. Y para educar son más efectivos los grupos de apoyo, no hay tiempo en consulta, esta enfermedad no tiene tiempos.

Con bipolar, ¿sólo tienes derecho a que te pregunten por tu salud? Un poco de originalidad, déjame subir a las escaleras mecánicas que es muy diver, además, son sólo unas escaleras, de qué hay que escandalizarse, ¿por qué temer?. Es más, como soy mayor, ya no te lo digo, ale ale.

Creo que lo entendieron, ya llevo año y medio sola y saben que me jode mucho que me llamen fuera de lo cotidiano y necesario. No es que no nos queramos, es que salí del nido y me monté uno hace muchos años, de ahí lo traumático de la vuelta, y lo liberador de saberme autónoma de nuevo, a salvo de la tormenta bipolar a la que no creí que pudiera sobrevivir. Con un camino que va más allá de la familia que me engendró y educó, y me cuidó, el camino que ha de ser mío ahora de nuevo, gracias a ellos.

Vive y deja vivir.

P.D. No estoy subiendo fotos, no me entretengo en eso. Me gustaría dibujar algo, aunque mi nivel sea de primaria. Es algo caótico pero... dejadme dormir... uy si se enteran de estas horas... "siempre fuiste así". "No problemo".

***

Padre, la verdad...

Padre, la verdad...

Madrid, 29 de junio 2006 

Padre,

hablaremos del tema (...), si no por teléfono, en persona. Me ha emocionado tu respuesta (...)

Quiero que sepas que después de muchos años enferma, en Madrid he recuperado algo de "felicidad" y de amor a la vida.

Aquí no pienso en el suicidio. Esa es mi gran victoria, seguir viva. La última vez que estuve en Barcelona me vi de cerca de nuevo la espada, como la llamo yo, y sé que aquí no la tengo, que esa ha sido mi gran mejora. Ningún ingreso más, nada serio excepto una ligera depresión en invierno que pude controlar con medicación y experiencia ya, cuando digo controlar es que salía a comprar y esas cosas, nada grave. Ahora no estoy en mi mejor momento de ánimo tampoco, pero es mejor andar algo deprimida que hacia el otro lado, y ello no me impide cocinar ni fregar platos ni hacer lavadoras ni limpiar la casa.

Me cuido como puedo y sé, mejorando poco a poco. He estado mucho tiempo mal para mejorar de golpe en todo. Me dicen que mi caso evoluciona bien, en ese contexto del "buscarme la vida" que estresa a cualquiera: facturas, etc.

Pero aquí voy avanzando. Cuando voy a Barcelona no se me ve bien, Madre siempre lo dice, porque estoy en un lugar anímicamente muy nocivo, incluso peligroso, para mí. (...) recuerdo mucho lo mal que lo pasé allí, y digo esto por no decir tan mal que veo a la espada venir (...)

Aquí estoy viva, que en definitiva es lo que nos importa a todos, y con un psiquiatra privado que me lleva bien aunque echo de menos al de Barcelona.

El tema es serio y quiero saber qué piensa la familia (...). Está en juego mi vida, padre, y no es ninguna broma, ni ningún chantaje, la realidad es triste pero es esa, mi enfermedad acaba con el 20% de los pacientes y casi lo consiguió conmigo.

Te quiero.

Un abrazo,
Tu hija

*** 

Primas hermanas

Primas hermanas

A mi prima le encantan los críos y se le da muy bien la cocina, se dedica a ello profesionalmente y no ejerce su licenciatura, para qué si le gusta lo otro. De hecho, yo tampoco ejercí.

Cuando coincidimos en el pueblo de nuestros padres, ella juega con los niños y prepara tartas y pasteles, porque son las mujeres "mayores" las que cocinan. Yo ni cocino -intento aprender algo observando- ni aguanto mucho con los niños, un ratito y me agobio.

Pero tenemos algo en común.

Todavía somos las niñas de la familia, se nos llama con diminutivos pues nuestros nombres los usan otras mujeres también, qué cruz esto de las sagas familiares. Nos llevamos un mes de edad, mayores somos. Pero no tenemos niños: ese hecho nos dejará para siempre en "las niñas".

Hay más, claro...

Hacía años que a mi prima se la veía muy poco y muy cambiada. Había engordado mucho, apenas hacía nada, descansaba continuamente y se iba a dormir muy pronto, a las diez. Más tarde, yo me iba al pub del pueblo. Estoy hablando del 2003, me temo, yo no estaba bien pero no lo sabía, o sólo a ratos.

Barcelona, verano-otoño de 2003 supongo, ya diagnosticada. Un día, recuerdo que se celebraban unos comicios, quedé con mi padre y asistí a una comida familiar. No recuerdo la fecha, no recuerdo demasiadas cosas, he de ir a mis diarios en breve y dejar que gente que hablaba conmigo a diario me vaya recordando lo mucho que ahora he olvidado o recuerdo con confusión, pero ese no es el tema hoy.

Salió el tema, por fin, porque yo tuve que hablar "de lo mío" y también pregunté, pues para mí en esos primeros momentos de gran curiosidad por todo, todo era nuevo, era necesario estirar de ese cable, de esos genes, quería respuestas a sospechas.

Ella, esquizofrenia paranoide. Casi muere por las crisis que acompañaron a su diagnóstico, pero ahora ya pasó incluso el estar medio zombi mientras se estabilizaba, drogada como todos. Ahora se la ve muy activa y con ganas. Después de ese calvario, de esos ingresos y sufrimiento, quién no tiene ganas de vivir.

Estos hechos fueron silenciados para toda la familia. Nadie hablaba de ello y si preguntabas, la respuesta era no lo sé, y esta situación duró años, ¿qué le pasa?, silencio.

De repente aterrizo ese día en el clan paterno y a la segunda frase con mi padre, mientras íbamos a votar, le pregunto si ha habido suicidios en la familia, el sino de tantos bipolares no diagnosticados. No, contesta algo rápido. Pero en realidad sí hubo uno, que recuerdo algo después... pariente lejano, pero en los pueblos eso no existe, todo el mundo es familia. Ya averiguaré algo más, porque sucedió cuando yo era niña. Lo típico: por qué se ha matado, tenía trabajo, novio... O no, ya puedo adivinar una respuesta, bipolar lo dice todo. El no de mi padre ha de ser interpretado en familia de primer grado, supongo.

Una sus hermanas ha tenido varias depresiones. De eso me enteré cuando mi diagnóstico fue ese, no antes, hace años lo supe. Otro cable suelto: si las depresiones son cíclicas... episodios, ¿bipolares? Ese fue mi caso, depresiones a temporadas, y depresión no es diagnóstico para depresiones que van y vienen.

Otro caso. Un primo lejano, también de mi edad, siempre el número uno de su clase, matrícula de honor era su apodo y nuestra tortura el que nos comparasen con él. Quiso hacer carrera en el sistema judicial y tuvo que dejarlo repentinamente, problemas psíquicos de los que al parecer se recuperó a los meses. Más misterio, como siempre, nadie sabe. Me comentó un amigo jurista que mucha gente "pierde la cabeza" en esos largos años, quizá ocho, preparando una oposición.

Esto de dejar como "secretos de familia" "entre los mayores" estos casos, no nos ha beneficiado en nada a quienes podíamos tropezar en esa piedra, sin aviso previo. Sólo mi tía habló de su depresión. Nada que ver con una esquizofrenia o un trastorno bipolar, claro.

Un día en plena vorágine familiar, un problema grande que dilató mucho una sobremesa, discutimos mi prima y yo, tendríamos veinte y pocos, tan fuerte y tan agresivamente que quedó claro que esas iban a ser las últimas palabras entre nosotras. No sé cómo se lo tomó la familia, estas cosas no hacen gracia a nadie, y menos cuando el problema sigue ahí y además esto lo agrava.

Y quién sabía que eran dos NO diagnosticadas -cómo nos chillamos, qué cosas nos dijimos- las que rompieron. Hubo encuentros muy pero que muy incómodos, en esos tiempos.

Después de hablar del tema de nuestros diagnósticos y desventuras en esa comida, unos diez o más años después, cuando esos diagnósticos explicaban demasiadas cosas...

... no hubo que nombrar "reconciliación", de repente volvíamos a hablarnos.

Ahora mi prima y yo nos llevamos bien, noto cariño mutuo y pienso en ella a menudo, aunque nos vemos poco, cuando voy a Barcelona o en el pueblo. Éramos seis primos, y sólo nosotras las chicas. Estábamos muy unidos todos, de pequeños, de jóvenes-adultos ella y yo nos distanciamos por una falla, pero ahora algo de nuevo nos une, precisamente la enfermedad que nos gobernaba, de diferentes nombres, y qué casualidad, precisamente se llama "primas hermanas" a esquizofrenia y trastorno bipolar.

Este verano anuncié en el pueblo que me quedaba en Madrid a vivir, y ella afirmó que yo era muy valiente por hacerlo sola, ella está con sus padres y la familia intentó convencerme de que yo hiciese lo mismo, pero yo debía y me debo autonomía, hasta que se demuestre lo contrario, esa espada llevo encima pero no es tampoco el tema de hoy.

El tabú que rodeó al diagnóstico y sufrimiento de mi prima hermana, unos cinco años antes del mío, es comprensible puesto que es la opción de muchas familias, que nadie sepa, y menos esas cosas terribles que rodean a los primeros tiempos. Pero en nada ayudó a que el resto tuviese pistas sobre lo que podía ocurrir. Yo he sido la siguiente. Ahora las cartas estan sobre la mesa, ingresos incluídos.

Esto está en los genes. Ojalá no haya un próximo, pero de dos personas, mis abuelos, catorce personas comparten ahora esos genes. De esas catorce, tres hemos tenido problemas. Me alegro que una vez pasados los malos tiempos para ambas, ya no haya secretos, que nuestros hermanos y primos sepan que este riesgo existe ya es mucho. Riesgo para sus descendientes, y para ellos mismos, pues la enfermedad mental se presenta sin prejuicios de edad.

El otro día soñé que acabábamos mi prima y yo siendo "las mayores" de la casa del pueblo, ya cincuentonas, viviendo entre allí y la ciudad para los médicos y psiquiatras que necesitaremos de por vida (¿remitiremos?), y gobernando la casa, como dicen allí, preparándola para la avalancha de esos primos y hermanos con sus parejas e hijos, incluso novias o esposas de esos ahora críos, en puentes o vacaciones, todo un ejercicio de logística.

Es reconfortante vivir sin rencor. Que algo que tu enfermedad destrozó en el pasado vuelva a su cauce.

Nos veremos este verano y engordaré mínimo un par de kilos sólo con esos postres y tartas a los que es imposible decir no.

***

"La esquizofrenia y el trastorno bipolar podrían tener una causa genética común": http://www.bipolarweb.com/Articulos/esquizbipolar.htm

 

El altar en los 325

El altar en los 325

Mido el estante donde se amontonan mis libros en doble fila. Por tanto, multiplico por dos lo que mide y me salen 325 metros lineales de almacenamiento. Tiene que haber algún error y lo revisaré, la cantidad es grande comparada con el espacio real y seguramente calculé mal. Contaré los de Barcelona cuando vaya, por curiosidad.

Pues bien, en ese lugar de mi casa, en la estantería de los libros, se halla "el altar" donde tiene su espacio destacado mi sobrino. Dos fotografías, una de bebé y otra reciente. Y un dibujo que me regaló para un cumpleaños en 2004. Es un barco pirata precioso lleno de detalles, hasta tiene un pulpo marino. Tapa libros, pero no me importa, prefiero ver el barco. Detrás acabo de comprobar que están los mitos griegos y el Principito, qué cosas, cosas que desearía que conociese y amase.

Tengo otro pequeño "altar" en una repisa encima del televisor. Allí está mi familia materna en una comida veraniega de hace años, está mi madre conmigo en un viaje, y también está el pequeño de nuevo. A Padre le tengo en el pc, muy a la vista.

El resto de la familia y mis amigos han ido a parar al recibidor de la casa, pues un espejo ocupa toda la pared, y allí pegué las fotos. Me dan la bienvenida cada vez que entro.

Nunca fui de las que llenan la casa de fotos, más bien al contrario, pero ahora me siento cómoda con ellas, sin que carguen el ambiente.

Y no es que haya sido muy familiar, más bien arisca en este sentido, pues las cosas de familia me afectan bastante emocionalmente. Y no me tengo por buena tía, más bien lo contrario, pero mi sobrino está ahí para mí cada día en el lugar del salón al que más frecuentemente se dirige mi vista cuando la levanto por ejemplo ahora del pc.

Hay formas de querer que no son del todo convencionales, desde luego, pero este niño es mi descendiente también, y un crío amable, digno de ser amado.

***

Tres edades

Tres edades

Se dice que existen tres edades que conviven al mismo tiempo en una persona: la cronológica, la biológica y la psicológica.

Uno de mis compañeros de piso afirmó que las suyas eran: 41, 35 y 12.

Hoy en día parece que la gente se cuida más, y que los temidos 40 ya no son inicio de decrepitud sino casi una segunda juventud, donde la edad mental ha avanzado pero la biológica parece haberse detenido, al menos en lo que respecta a la apariencia. Este hombre tuvo la sinceridad de reconocerse un chaval, como tantos otros hombres que en el fondo lo son cuando sin reparo afirman "los hombres somos simples", supongo.

El bipolar también tiene esas tres edades. Cómo no. He conocido gente de todas las edades, como relaté en mis encuentros con otros en lugares públicos.

Opiniones muy personales.

Los adultos conviven con la enfermedad y con sus familias. Los semiadultos sin pareja moran en ese "mundo single" del que hablé y hablaré porque es el mío. Los jóvenes son los que más me llaman la atención.

Definamos "joven". En estos momentos, las administraciones públicas conceden ayudas a los jóvenes, y por poner un ejemplo, las últimas promociones de vivienda "para jóvenes" han extendido la edad límite... hasta los 35 años. Han cambiado los tiempos desde que yo tenía unos 20, pues todas esas ayudas (albergues juveniles, pases de ferrocarril, descuentos varios) terminaban a los 25 años. A esa edad, un joven ha terminado sus estudios -si son universitarios- por lo común y pasa a ser un adulto que trabaja y tiene poder adquisitivo para independizarse de su familia: vivienda (ahora entre muchas comillas), etc. Por tanto, me referiré a "joven" como alguien que no tiene todavía esos 25 años cronológicos.

Si ese joven bipolar se medica, seguramente, como todos, tendrá más edad biológica, por dentro. El tema es: ¿qué edad mental tiene?

La que él tenga, y la que le otorguen los demás. Si no se ha independizado, depende de la que su familia tenga a bien darle.

Y no sólo los jóvenes. Un divorciado que conozco de 45 -no bipolar-, que ha vuelto a casa de sus padres, se queja de que éstos le tratan como a un adolescente de 15 años. "Donde vas con quién avisa si no vienes a cenar a qué hora llegas..."

Yo misma me he visto en esa situación tras mi diagnóstico. Mi edad mental descendió enteros ante mis familiares. Como mi edad mental real se conservaba, me sentía muy dañada al contemplar este panorama.

Sobreprotección, miradas de pena y de gravedad: una persona que acabará siendo cuidada por "alguien de nosotros, de la familia".

En verdad, he sufrido en algunos campos una disminución de madurez. Aterrizar en la vida real a veces te convierte en un niño, para según qué. Y tú lo notas, y te sientes mal, porque adviertes claramente, pues ahí está tu lucidez y por tanto edad mental, que te estás estrellando en un muro demasiado bajo. Lo dice una diagnosticada a los 35.

A esta edad, la mía, ya se han superado barreras. En sociedad, nadie discute que soy adulta y me llaman "señora". Y me pregunto qué hubiese sido de mí si mi diagnóstico se hubiese producido a los 15 o a los 18 años, porque ahí tuve episodios fuertes y no me lo invento, la terapia no miente porque primero van cien preguntas y después otras cien que confirman algo que ni tú sabías.

Al parecer, también existe una edad intelectual. Ya me da igual...

Sólo sé que soy mayor de edad.

***

Voluntades

Voluntades

Un posible detonante de la enfermedad, si no se había manifestado, ya dije en su día, es encontrarte de repente en el conjunto de los muertos a alguien que eres incapaz de concebir en él.

Sé de dos mujeres que tuvieron su diagnóstico cerca de los cuarenta años. A una se le murió un bebé, y todavía entra en crisis cuando celebra su cumpleaños. A la otra, se le suicidó su marido, y por no llorar, porque no pudo, cuando sus emociones brotaron fueron patológicas.

Yo detono ahora en episodio cuando mi razón dice sí y mis emociones no, y ganan mis emociones por supuesto. Si mi razón y mis emociones se ponen de acuerdo, eso ya es mucho más jodido, eso puede ser de ingreso.

Murieron mis abuelos, y tuve una crisis para cada uno de ellos. La primera, si mal no recuerdo, en 8º de EGB, 13 años. (Me guardo la historia)... se me ponen los pelos de punta, a veces. No había acabado la primaria y ya tenía síntomas o crisis puntuales. Esto ha de ponerse en conocimiento de mis padres, que atribuyen "lo mío" a una hipomanía veraniega a los quince años, con detonante perfecto y síntomas que duraron más tiempo. Antes hubo también cosas, aunque pasasen desapercibidas, aunque incluso a mí me sorprenda recordarlas.

El caso es que "subo" cuando mis familiares enferman o mueren. Esto puede darse en TB, aunque la lógica apuntaría a una depresión. Si enferman, piso el hospital aceleradísima y no paro de salir de la habitación con cualquier excusa para fumar, pura ansiedad, puro nervio. Tampoco me sientan bien los funerales. Pero que nada bien. Un familiar lejano murió de accidente y no sé si estaba ya en episodio o mi ánimo se resintió. Lo que hice... me lo guardo también. Me afectan demasiado estas cosas, soy capaz de derramar un lago de lágrimas desproporcionado a mi relación con el difunto.

Ya no voy a funerales, ni iré. Ni a bodas, todos mis amigos son unos hippies de la leche y la excéntrica fui yo al casarme y los que pensaban hacerlo se están separando, cómo es la vida. Mis primos están casados, dudo que alguien más caiga ya de la familia, aunque bienvenida sería la noticia. Si me caso yo de nuevo, les da un patatús. Recuerdo que en la última boda, subida iba porque estaba agitada e incómoda, sí lo recuerdo, le dije al primo Jr. que sólo me faltaba un estado civil: viuda. Cosas que no proceden, vamos.

Se acabó la broma.

Mi voluntad es pues, ser ingresada voluntariamente, qué digo, forzosamente si es necesario y no atiendo a razones, si sobrevivo a mis padres y tengo que presenciar su muerte o agonía.

Tengo antecedentes que se relacionan con la época anterior a mi diagnóstico. Mi abuela materna murió en agosto de 2003 tras una agonía de más de dos meses. Yo estaba recién diagnosticada cuando ella ingresó, y había pasado mi manía pero seguro que había ciclado a episodio mixto. Fobia social que me impedía tomar un autobús para ir al hospital (el conductor esperaba a que subiese, mientras yo me quedaba sin aire paralizada), una neuralgia (me tocaba ir ese día al hospital y me levanté con un dolor en todas las muelas insoportable)... no eran excusas, mi cuerpo me pasaba las facturas en forma de dolor real. No hablaba, sino que chillaba. Pasaba noches interminables escribiendo y bebiendo, dejaba el alcohol y recaía con nada. No me ingresaron, ni ingresé, "trastorno bipolar" era algo muy nuevo para mí y para la familia, y el psiquiatra no lo ordenó, y el resto de la historia hasta aquí ya la sabemos.

Pero ahora, si mis padres enferman gravemente o mueren, tendrán que atarme con correas, y sería la primera vez. Tendrían que impedir que yo misma...

Espero, eso sí, morir antes que mi hermano o mi sobrino.

Mis tíos, mis primos.

Todos ellos tienen una fotografía en esta casa, me dan la bienvenida cada vez que entro en ella.

Familia, no iré a vuestros funerales, ya lo sabéis. Estaré a buen recaudo, proporcional al grado de parentesco supongo, y lo digo ahora como mis voluntades.

Padres, sabéis que os quiero, tanto, que me pondré muy pero que muy enferma si os pasa algo.

***

Estoy comiendo fresas. La abuela nos las troceaba en un tazón con leche, añadía un chorro de zumo de limón, y los primos nos volvíamos locos.

Sabios consejos

Sabios consejos

Mi padre es enfermo crónico, es diabético. Y la edad no perdona, porque sí y porque la diabetes va dando complicaciones. Arrastrar durante más de 40 años una enfermedad crónica enseña mucho y por cierto, se compara mucho el trastorno bipolar con la diabetes, por ejemplo, para decir “tengo TB” como se dice “tengo diabetes”, y por unas rutinas y hábitos, y controles periódicos… enfermedades crónicas y muy puñeteras.

 

El otro día me llamó, como siempre nos intercambiamos lotería, y le pregunté por su estado de salud, como siempre, y siempre me dice que qué tal me va por Madrid. Me envió manzanas de la huerta y membrillo, mmmm el paquete del pueblo. Una no se atreve a pedir aceite, oro líquido en estos momentos, y raciona el medio litro que le queda de la cosecha familiar.

Pues bien, a lo que iba. Siempre fue hombre de pocas pero certeras palabras. Y me dijo algo así como: “pequeña, hay que levantarse de la cama y no pensar que uno está enfermo, olvidarse de ello y a encarar el día, hay que tirar hacia delante a pesar de todo".

 

Lo dijo con otras palabras, porque después de tantos años en Catalunya ahora habla catalán-manchego, lo dijo con palabras de quien vive en un pueblo, sabias y sencillas.

Me pilló sin un papel a mano. Una vez escribí sus tres simples consejos para ir al trabajo, y están en una libreta que se acabó en esa primera página.

 

Mi padre es sabio. Es un olivo con muchos anillos en su tronco ya.

ER

ER

Hay veces en que hay emergencias. Sustos y de los gordos. Y estás a mil kilómetros, o con un océano que salva msn. Y te conviertes en un Operador. Como los de Matrix, sí.

http://carnedepsiquiatra.blogia.com/2005/080903-operador.php

Personalmente, acabo hecha polvo. No sirvo para eso, me angustio demasiado, si hay empatía con la persona que está en crisis entro yo en crisis también. Y soy demasiado empática.

http://carnedepsiquiatra.blogia.com/2005/081301-operador-ii.php

Ahora trato más con bipolares de carne y hueso, soy parte de una "red" real y virtual que me controla, y que sabe perfectamente cuando no me encuentro bien. Suelo hacerles caso, llamar al psiquiatra es lo primero que hay que hacer si uno está desajustado. Pero hay casos más graves. A veces no tienes tiempo de "estar razonable". A veces te han de llevar a urgencias a rastras antes de hacer algo irreversible, no olvidemos, 20% de suicidios. Saltan alarmas de vez en cuando, y hay un procedimiento para ello, primero con el enfermo, y si no atiende a razones... teléfono rojo.

Yo misma di teléfonos de mi familia a un par de personas. Autoprotección para mí, y en un momento dado, otros no sentirán impotencia. Eso me tranquiliza, porque sé que si yo no puedo, ellos me ayudarán. No han llamado a mis familiares en dos años y pico. Recuerdo el primero de los artículos que cito y todavía se me pone la carne de gallina, y eso que no hice yo la llamada. Me tocó un par de veces, me tocó ser operadora, y no lo olvidaré en mi vida.

Familia, mi grupo de apoyo es realmente mi apoyo. Eso os descarga de vigilarme, estad tranquilos. Espero que el teléfono rojo no suene nunca, vuestra hija es responsable y después de dos ingresos, de dejar de hacer gilipolleces que pueden desestabilizarme y de un tratamiento que al parecer funciona, no tengo que dar problema alguno. Ni viviendo lejos, os aseguro que aquí me encuentro mejor, y volveré como el anuncio de los turrones, para navidad, unos días, y espero que apreciéis que me encuentro mejor.

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El hoyuelo

El hoyuelo Por razones quizá psicoanalíticas, sobre el papel me gustan mucho los rostros marcados con hoyuelos. Me parecen de lo más sexy.

Una vez me preguntaron si era la hija de Kirk Douglas, qué bromista es la gente. En efecto, mi cara está marcada por los hoyuelos. Uno en el mentón, y dos en los carrillos. El de la simpatía y el de la belleza, dicen. Pues bueno. La personalidad de mi cara reside en esos hoyuelos, los pómulos altos y los ojos almendrados, y también en esa mandíbula cada vez más cuadrada por el bruxismo. Ahora que se me está poniendo cara de matrona (es raro que me guste una foto, ya soy poco fotogénica y encima toma esa cara de luna llena), apenas se me ven los de los carrillos.

Cosas de los genes, mi sobrino ha heredado el hoyuelo en la mejilla. Al principio los padres se preguntaban de dónde había salido, y fue evidente al verme, jeje. Está muy guapo con él, la verdad es que le da mucha simpatía cuando ríe.

Ahora mi sobrino ríe tapándose la boca porque ha recibido la primera visita del Ratoncito Pérez. Son cosas que hacen a la familia caer la baba, por descontado.

El niño es muy sensible, y no le falta memoria. No hace todavía un año del accidente de la espalda, y cuando estaba en reposo total -sin enyesar-, un día se sentó a mi lado como si fuese un adulto, a visitarme, a charlar, y supongo que hablamos del cole y esas cosas. Cuando hablo con él, me sorprendo cuando dice hola y me pregunta inmediatamente por mi espalda, como el otro día nada más entrar por la puerta. "Hoy no me duele, cariño", respondo perpleja ante su saludo-pregunta. Quizá le marcó verme en la cama inmovilizada, o luego con el corsé. Los niños son muy sensibles, y mi sobrino lo es. Y tiene dotes para las artes, según mi profesora de manualidades, que vio un dibujo que me regaló, un barco pirata precioso.

Un hijo mío podría heredar mis hoyuelos y mi bipolaridad. De la maternidad hablaré en otro post. El caso es que temo que ese niño corra mi suerte, aunque yo nada podría hacer, los genes de la simpatía y la belleza y la salud mental van juntos en el mismo paquete. A mi prima hermana le tocó la esquizofrenia, a mí el TB. Esto está en el acervo genético de la familia, y nos ha tocado a nosotras el pato. Y deseamos ser las únicas, por supuesto, a nadie le deseamos lo que hemos pasado.

Una bipolar recién diagnosticada que conocí en Madrid tenía como meta "ser ex-bipolar" y, sobre todo, "que mi hija no tenga esto". ¿Cómo vas a evitarlo? Esto es una lotería. Haz una lista de las enfermedades de tu familia, por ejemplo, Alzheimer en un abuelo. Pues eso mismo puedes tener tú, ¿no te lo habías planteado? Son los genes de tu familia, que se combinan a voluntad.

Pero de momento disfrutemos de esa sonrisa abierta con el hoyuelo adornándola más si cabe. Me encanta la sonrisa de un niño. Ya dije que los niños son pequeños maníacos, tienen esos momentos de euforia que luego un afectado de TB puede experimentar con la inocencia misma de la infancia. Por eso disfruto más viéndolos. Un ratito, claro está.

Me siento orgullosa de ese niño. A quien Dios no da hijos, da sobrinos, cierto es. Y que he de ver el Episodio III también la intuición tengo de. A mi sobrino un maestro Jedi buscar he, ahora que ya tiene su espada láser.

Jeje ;) ---> sonrisa con hoyuelo en posición "on".

En un lugar de la Mancha...

En un lugar de la Mancha... ... está Padre, y estoy con él.

Paseo por un camino de tierra, con bancales a ambos lados, olivos y almendros. Me recuerdan que los almendros no están en flor, ya, ya lo sé, vengo aquí desde que tengo chupete ("y no había ni neveras ni yogures para tí", decía mi madre)...

... y además la ola de frío ha hecho que muchos árboles muriesen. Un año más, la cosecha se echa a perder, y sólo algunos afortunados han salvado algo.

Los árboles congelados ya no están, quería verlos y llego tarde. La madera ha sido cortada, y el olivo está ahora enterrado en la tierra labrada, y poco a poco empezará a brotar un tallo, y de ese tallo una ramita, y... en unos cinco años, quizá ya produzca oliva de nuevo. Cuento los anillos en el montón de leña, estos tenían casi nueve años.

Jode empezar de 0, "no sé si viviré para verlos", esa sensación amarga. La vejez, un sueño, plantar tus propios árboles, arrasado. Y los mimaba, eran la envidia de muchos, "sólo les faltaba darles chocolate".

Es devastador, sí. Y te miras, respiras, y te dices: "tú has brotado ya, a tí también te cortaron pero la vida lucha por crecer, es una lucha"

Ojalá pudiese compararme con un olivo. Son la pasión de mi padre, y quién sabe, quizá acabe yo también en ello. Al menos, para empezar a iniciarme, debo decir que no renuncio al aceite que producen, y espero que me regalen un par de litros para llevarme a Madrid. Me río yo de los aceites "virgen" que anuncian, cuando el que - sin modestia afirmo- consumo yo está molido en la almazara de toda la vida, directamente, de las olivas de los olivos de mi propio padre. Qué lujo, señores.

Mi padre está bajo de ánimo. Yo también lo estaría, y se espera de mí que mi presencia le anime. Soy su vivo retrato, y mi madre me ha recordado más veces de las que he podido tomármelo a coña que soy igual que él, también en carácter. Quizá sea ciclotímico, qué más da.

Este post es sencillo. La vida en el pueblo es así. Supongo que para mí lo importante es aprovechar cuantas oportunidades tenga para estar con mi padre, figura siempre distante, hasta que la vida nos lo permita.

Creo que me hago mayor, y que necesito afianzar mis raíces y reconciliarme con el pasado, mediante el roce con esas personas a las que mi enfermedad también salpicó en su día.

"Te vemos bien"

En fin, en Madrí es puente, esta vida son cuatro días y...

¡Saludos desde La Mancha!

Casi todo bajo control

Casi todo bajo control

Nota: post dinámico sobre los temas del blog, que irá cambiando a medida que las secciones, nacen y mueren con el tiempo, se modifiquen.

Ni yo me aclaraba ya, este blog empieza a ser muy variado, y vuestras sugerencias y comentarios también lo van construyendo, por eso espero muchas más, si no aquí, ya sabéis, por e-mail a carnedepsiquiatra(arroba)hotmail.com.

Por fin hoy he clasificado en temas los posts. He ido "per feina", no he estado dándole vueltas a las categorías, por lo que igual añado o quito.

Los temas son, de momento:

- Bienvenidas: a los recién llegados, si van en manada, o a cuentagotas, como pasa con mis familiares.

- BIPOLAR: todo lo relativo a la enfermedad visto por mí. Siempre dije que quien quiera información médica vaya a otra parte, esto es siempre bajo el punto de vista de una afectada. Relación con el mundo, síntomas, crisis, ingresos, citas con el psiquiatra y el psicólogo, tópicos...

- Batallitas bipolares: mis aventuras con la enfermedad, episodios reales. Personal e intransferible, "BIPOLAR" en mi día a día, en mi grado de enfermedad, en mis oscilaciones, y en mi mundo "single" y "pensionista".

- Bipomensajes en una botella: pequeñas dosis de bipolar "en tiempo real" a alguien real.

- Nueva vida: desde que me planté en "estabilidad" en Madrid, desde mi Barcelona natal, el 1 de marzo de 2005. Aventuras, desventuras y avances.

- Vida cotidiana: de una persona y de una bipolar, cómo estoy anímicamente y qué hago.

- Cartas: a mí misma para pegarme broncas, a algún amigo, y de algún lector que me dejó reproducir su contenido.

- Familia: posts dedicados especialmente a mis familiares.

- Minutos musicales: donde una canción representa la emoción de un momento, o simplemente algo positivo y de buen rollo para bailar en momentos bajos o no tan bajos.

- Sobre Blue: "Carne" o "Carne de Psiquiatra" ahora es el nick de Blue, que es como me llaman en el mundillo. Cómo soy, cómo pienso, cosas de mí, de la mujer de treintaytantos que soy, tenga o no tenga bipolar.

- Generación X- Mundo Single: nacida en el baby-boom. Hace 20 años... cosas de mi generación, con un toque algo friki, como lo es vivir en el mundo single al que hago referencia en otros posts de otros temas pues es mi hábitat sociocultural.

- Amigos: sin comentarios. Les debo mucho y les quiero mucho, en el orden que se quiera.

- Miscelánea: opiniones, breves, cosas de Blogia que me sacan de quicio... saco-para-todo.

- Lecturas: textos de interés sobre salud mental y algún que otro asunto candente.

- Sueños, ensueños, pájaras: a veces la imaginación o el sueño o los efectos secundarios te ofrecen puntos raros. ¿Y quién no los tiene? Loco el último.

- NO ME HAGO RESPONSABLE... no me gusta la publicidad de la página y no es Blue quien apoya esos "remedios" con los que debo convivir en el blog. No es un tema, pero sólo podía ponerlo así.

No se me ocurren más temas para el conjunto de posts que llevo escritos. Es más, igual sobran temas. Esto está en construcción. Me faltan los links, y … “poco a poco, buena letra”.

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