No es tan grave III: Riga Rosarum
Hace un mes justo escribo en esta bitácora que a alguien que he conocido y que sabe de mi diagnóstico no le ha importado porque mantiene la cita, y me digo, vamos bien.
Pasa un mes, pasan muchas cosas, pasan enfermedades y mucho trabajo, pero coño, vivimos a 2 km., no a 200, para quedar a tomar un café que no llega. Todo son largas, ya no hay llamadas, nunca está conectado.
Me dicen que soy impaciente, pero la intuición no me engaña, porque nada le pedí y de repente se manifestó algo que tomo como una verdad. Algo o alguien le ha dicho que se va a meter en problemas si sigue trátándome. Qué barbaridad, ni que fuese a pedirle en matrimonio, nos habíamos visto creo que dos veces.
No me di cuenta antes porque no estaba pendiente de esta persona, ni lo estoy. El futuro se dibuja, y hay que darle oportunidades. Si su interés por mí ha acabado, y no recibo explicación convincente, he de pensar... o me da la paranoia de que hay mercurio detrás de una decisión. Y no quiero paranoias, hay que cortar de raíz estas cosas.
Apartaré de mí el rechazo, por salud mental. Apartaré de mí todo lo que pueda desestabilizarme. Soy radical, o caigo bien o caigo mal y eso ya está aquí escrito; eso sí, si caigo bien, se consecuente. "Riga rosarum", riega las rosas. Respeté una distancia que me puso por motivos personales, y quizá he dejado de respetarla, convencida de que él no quería ponerle fin. No me como la olla, de repente me di cuenta, y punto, y así se lo hice saber por e-mail, concisa y creo que educadamente. Y me preguntan: ¿por qué molestarse en escribirle? Pues para yo quedarme bien, para combatir lo que hubiese podido ser una horrible sensación de rechazo de haber seguido el juego, incluso puede que le hubiese llamado para recibir más largas. Igual me equivoco, pero el "Game Over" está dicho.
No me he quedado muy convencida de la experiencia de salir del zapatero, aunque en su día ya dije en esta misma sección del blog que me decepcionarían seres inteligentes. Lo jodido (o no) es que no estoy decepcionada, porque quizá alguien ha de importarte algo para provocarte esa emoción, o hacerlo de forma intensa. Pongo cara de "así es la vida", y a otra cosa, mariposa. Y esto es nuevo, me he quedado tan ancha, "las cosas de crecer".
Él se lo pierde, y no es una frase hecha. Por fin tengo autoestima para decirla.
P.D. Hoy quería escribir de otro tema, ayer noche empecé a hacerlo pero me quedé muerta. No va de un día.
P.D.2. Elimino el tema "Salir del Zapatero", esta serie de ocho posts irá a parar a "Batallitas bipolares", que es lo que son.
2 comentarios
Carne de Psiquiatra -
Estoy completamente de acuerdo contigo. Puede haberme desechado por cualquier motivo, pero este tiene más puntos. Me da igual ahora.
El tema es que me pareció importante poder decir "tengo un grano" sin pudor, y no me arrepiento.
Como bien dices, es un prisma, pero no olvido que TB es una faceta de ese prisma, faceta que más tarde o más temprano los que me rodean e importan conocerán, y prefiero que sea por mi boca primero que por mis síntomas más tarde.
Por lo demás y salvo el bajoncillo de estos días, lo único que me ahora me toca las narices del TB desde el día del diagnóstico son los efectos secundarios.
Besos
MØ -
El caso es aprender a no focalizarlo todo con este tema, a no ver la vida sólo bajo este prisma. Sé que es complicado, pero no implosible. Asi que nada xiqueta arriba el ánimo y di que si , él se lo pierde.