Carta sin respuesta
Estimat,
Hay cosas que no se pueden decir por mensajería instantánea. Cuesta reconocer que uno no se encuentra bien, me cuesta a mí y te cuesta a ti.
Las malas noticias son (se dan las primeras, ¿no es cierto?) es que ambos estamos en el mismo saco (no diré la palabra) y que eso nos asegura malos días, sea por acontecimientos, por efectos secundarios o por ansiedad, o por cambios bruscos de humor, por no aguantarnos a nosotros mismos y decir aquello de "no soy buena compañía".
No voy a esperar a poder "hacer vida normal" para quedar con gente. Si la gente sabe qué tengo y cómo me encuentro, y hoy pasadas las 13 horas he cogido la escoba pero soy incapaz de doblar unos calcetines, no puedo asegurar a nadie ni siquiera a mí misma que a las 17 horas esté bien. Bien para salir sola y que no me dé un bajón.
No es tu caso, tu caso es otro, pero también asoma ahí malestar. Pero no puedo aceptar que llegue un día en el que estemos los dos "bien" para vernos. Prefiero afrontar que tendremos días malos, porque yo sabré por qué y tú también.
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Y ahora vienen las buenas noticias. No nos vamos a molestar el uno al otro porque ya sabemos de qué va la cosa, y te aseguro que en compañía se pasa mejor, y en su día refuté lo de ser mala compañía. Últimamente verme con R. me sienta bien, no me siento rara, sé que él entiende. Y eso vale mucho. No tenemos que disimular, ya sabemos de qué va. Por eso me cuesta aceptar negativas, porque siempre hay un plan alternativo y está ahí, es tan fácil... cuando yo estaba "así" cada día en casa de mi madre, mis amigos venían a buscarme y me sacaban de casa a pasear, incluso antes esperaban a que me duchase. R. lo hace también cuando no puedo hacer otra cosa, eso es un amigo que sabe que no me encuentro bien para salir sola y no se puede agradecer con palabras.
Quizá sólo me falte eso, un empujón para salir de casa, pánico tengo a quedarme tiesa en plena calle sola, y ya no hablo de romperme un hueso. Taxi y a casa, sí, es una opción, pero hoy no. Hoy me he quedado dormida con el pc en mis rodillas, y eso no es buena señal, y sigo atontada, y no sé si podré salir como me gustaría. Ya, no puedes hacer nada. O sí.
Me gustaría que reflexionases sobre lo que te he dicho, porque la soledad no es buena cuando uno está mal, aunque la procesión vaya por dentro, esa la llevamos todos, créeme. Los silencios reconfortan, la compañía humana al principio cuesta pero tiene sus buenos frutos.
Te conoces. Yo también me conozco. Hoy es un buen día para quedar, aunque ahora parezca lo contrario, y si no podemos ir donde nos apetecía, hay alternativas. Siempre pensemos en las alternativas, y siempre pensemos que para según quién, no somos mala compañía.
Mi invitación sigue en pie. (...). Considéralo al menos.
Petons,
[Servidora]
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Como no ha llegado o no he tenido respuesta, aprovecho el texto... "ropa vieja".
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