Un año ya...
Hoy hace un año que abrí este blog.
He cambiado. Y espero que los lectores lo noten, aquí ha quedado consignada mi evolución de algún modo.
Por fin el tratamiento controla mejor mis oscilaciones, y mi experiencia (la llamo "mis canas bipolares", salieron en dos años y medio) las detecta. Se puede vivir con esto, sigue dando por… pero ya es parte de mi vida y así lo acepto, no hacerlo sería tirarme piedras y haberme quedado anclada. Cada día me conozco, soy otra persona, cómo se nota ahora lo que era síntoma y todos incluso yo misma confundía con personalidad.
He ganado en calidad de vida. Tengo mi propia casa. Me he mudado de ciudad, y siento que estos aires me benefician.
Tengo nuevos amigos, pocos, los que se cuentan con los dedos de la mano, los únicos dignos de llamarse tales.
La mejoría total, el hacer “vida normal”, se la dejo a que los efectos secundarios me dejen en paz, precio que pago gustosa por tener unas horas de lucidez, que es plácida y no castiga, al día. Siento serenidad, la angustia ya no me acompaña a cada momento.
Todavía no sé a qué quiero dedicarme cuando sea mayor, pero llevo tan sólo ocho meses, como decía en un post anterior, recuperándome de demasiados años de miseria y de pérdida de rutinas. Me han cuidado, y ahora yo he de cuidarme, y eso cuesta.
Mis hábitos son nuevos. Han de serlo. Yo también soy nueva. Soy otra persona, y he de conocerme poco a poco. Me faltan actividades y obligaciones, ya vendrán. No quiero presiones, el estrés sigue siendo mi enemigo.
Sigo construyendo el día a día. Vivo el día como si mañana no existiese, de forma que cada día es un regalo que me ofrece la vida, después de muchos años de días-pesadilla. Tengo problemas de salud y por tanto no seré longeva, pero he brillado con intensidad, y de ahí que ahora agradezca cada día tranquilo y las pequeñas cosas, que se dicen.
Un año escribiendo aquí, y cuántas cosas han sucedido, todas ellas me dicen que he mejorado, y… lo que me queda.
No sé si al blog le queda mucha vida, eso nunca estuvo claro desde que lo empecé. Ahora que no estoy del todo fina me dedico mucho a la musicoterapia y se nota, comparto canciones que mejoran mi estado de ánimo, y funciona. A veces las canto con otra amiga, en plan karaoke-discoteca, y nos reímos mucho. Hay que reír más, demasiados años de seriedad y pesimismo que están cambiando, todo poco a poco, como dice mi amigo A... recuerdo con cariño el post sobre el café que tomamos juntos, uno de los primeros.
El pasado año, el 22 de noviembre estaba ligeramente hipomaníaca, este 22 de noviembre me siento algo tristona pero me aguanto, me sujeto las 24 horas del día.
No puedo decir que esté asintomática o eutímica, pero me importa nada esa palabra. Vivo mejor, me encuentro mejor. Y si tengo un mal día o un mal momento, me jodo, porque sé lo que es eso en más intensidad durante meses. Una también aprende a relativizar.
Voy a por la escoba. Esto no lo hacía hace un año. Ni llenar la nevera, por favor qué caros están los plátanos.
Supongo que seguiré escribiendo aquí, esta página es parte de mi vida desde hace un año.
1 comentario
asmelgar -