De mica en mica...
Meditando... noto que he avanzado mucho estos nueve meses de “Nueva vida”, aunque a la gente pueda darle risa que le diga cosas del tipo: ahora paso la escoba y la fregona, lavo ropa a mano, mi armario está ordenado, bebo leche, compro y como pan… antes, cuando estaba muy enferma, no hacía nada, como mucho iba a trabajar y al llegar a casa “desaparecía” sin hacer nada, ni fregar los platos. Y después de eso, yo era incapaz de hacer casi nada, por eso era cuidada por mi madre, y fue cuando tuve los dos ingresos. Creo que por estas fechas fue el segundo ingreso, ahí está en el blog pero no quiero mirar atrás ahora.
Creo que si mi madre me visita algún día, se va a llevar una grata sorpresa, esta es mi cuarta casa sin contar la suya y ya no soy tan caótica, un poco sí, si no no sería yo.He de seguir avanzando. Muy poco a poco, son demasiados años sin hacer lo que ahora poco a poco va saliendo de mí, ahora que la enfermedad empieza a dejarme en paz y a ratos, este último mes sobre todo. Ahora estoy acostumbrándome a las nuevas dosis y bueno, ya se sabe lo que hay.
Es hora de ir a por las rutinas y consolidarlas. “De mica en mica, s’omple la pica”, el dicho catalán. Poco a poco y buena letra.La rutina de la comida es difícil con la angustia, “los nervios” me cierran el estómago, pero se hace lo que se puede, aunque sea comer a deshoras, pero comer. No he comprado chocolate, esta noche me puede dar el síndrome de abstinencia pero... ajo y agua.
La rutina del sueño me va a limitar la vida social estos días de fiestas, pero se pueden hacer muchas cosas antes de medianoche. Además, hace tres años fui a mi última fiesta de Nochevieja, eso juré. Fue una fiesta buenísima, sólo que acabé en urgencias (no psiquiátricas). No es una buena noche para abstemios, el cava corre demasiado.Y no porque me puedan dar tentaciones, en primer lugar nunca me gustó el cava (mis razones tengo) y no tengo ganas de beber, que es lo importante. No sé por qué siguen preguntándomelo en consulta, pero he visto casos de que “venga una cerveza” un día y se vuelve a coger el hábito, y me han dicho que eso es o puede ser un principio de crisis, el volver a beber. Quizá la depre anime a hacerlo, a mí ya no, ni siquiera bebo las sin alcohol que están en la nevera para los invitados. Quizá he tenido suerte y no he tenido ganas de recaer, ocasiones mil, pero nunca me lo planteé en un mal momento, que supongo es lo que cuenta y por eso lo preguntan.
Y ahora viene lo triste. No bebo. Para eso están mis queridas benzodiacepinas, primas hermanas del alcohol me han llegado a decir, y por eso quiero dejar de tomarlas, que me pauten otra cosa para los nervios por favor que ahí ya estoy enganchada sólo con lo que debo tomar, no abuso, no tomo más. De mica en mica, mi pauta irá cambiando, y mis rutinas serán cada vez más productivas.
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