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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Objetivo: libro

Objetivo: libro

Ayer, no acabé el libro por poco. 249 páginas, eso se acerca mucho ya a mi ritmo de antaño. Me faltan dos capítulos. Casi me rindo hacia la mitad, me parecía un tostón y ya empezaba a retroceder párrafos por no haberlos leído o a avanzarlos, para que el tostón avanzase también. Hechas estas pequeñas e inevitables trampas, me dispongo ahora a acabar el libro, menos de 50 páginas que con suerte me durarán lo del café.

Se dice que la primavera es la estación más bonita en Madrid. Supongo que esto es válido para tantos otros lugares... Pero hace dos días que luce un sol espectacular y una temperatura muy agradable. Dicen que todavía falta lluvia, pero por favor, aquí no otra vez...

En Barcelona, el lugar de paseo dominguero de toda la vida son las Ramblas, o lo eran en mi infancia, cuando en los barrios no había espacios para el paseo. Aquí no hay "de eso". Aquí se acude a la multitud de "el Rastro", lo que no me apetece en absoluto. También se va al parque del Retiro, y lo prefiero lo más silencioso posible. Investigaré otros lugares concurridos en domingo, por curiosidad, no por acudir a ellos ahora mismo. Creo que bajaré a la calle sin alejarme demasiado de los pajaritos cantores.

Eso, si cuando acabe el libro, no me engancho a otro... no estaría mal, por otra parte. No sé manejar varias rutinas nuevas al mismo tiempo, es muy difícil priorizar cuando me esperan platos por fregar, la ducha, el libro, bajar a por pan y dar el paseo, y ya se me ocurrirá algo más que debo hacer. Tomar las pastillas, decidir el momento y cómo encajo esa toma en esas tareas. ¿Buscar fotos para el blog? Tarea que ocupa el último lugar en esa lista ahora mismo, luego ya veremos.

Son las 10.21 en mi ordenador y no tengo las ideas claras todavía, es más, se me están amontonando y empiezo a agobiarme. El día puede dar un vuelco en el momento más inesperado, cualquier llamada de teléfono, lo que sea. Pues a lo que sea iremos. Que lo paséis bien.

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Son las 14.30. Sin saber cómo, he hecho casi todo lo que debía. Acabo de terminar el libro, tras la comida, y lo importante es que lo hice, no qué leí, porque acertar a la primera en algo que te plazca es improbable, sino que ya acabé de hacerlo, y en la última página, como solía, he marcado frases y anotado palabras nuevas. Me ha costado mucho llegar al final, notaba cómo en vez de acrecentarse mi interés, éste se perdía.

Me está invadiendo el sueño, pues a pesar de la llegada del buen tiempo o quizá por ello, no duermo demasiado bien. Retirar un nórdico es una decisión que de momento no voy a tomar, aunque despierte de madrugada a veces empapada en sudor. Le temo más al frío del amanecer. Es pronto para escoger un nuevo libro, y tengo más de cinco horas de sol por delante para volver a leer o salir a la calle. El sol marca y ha de marcar mis días, pues ayer me tentó la noche, como antaño. Hace mucho tiempo, meses, que no salgo de noche, y aún así, de vez en cuando echo de menos una pista de baile. Y debo pensar en el sol, y en apagar una luz cuando los ojos ya no puedan seguir más a la letra impresa.

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