LUCIDEZ
"Claro en el razonamiento, en las expresiones, en el estilo, etc."
Eso es ser lúcido, según el diccionario de la RAE.
Me han dicho repetidas veces que soy un ser lúcido. No hace falta tener estudios para serlo. Tal como lo vivo yo, al otro lado de la definición: las cosas encajan en tu cabeza y así las expones. Es un misterio, cómo la cabeza trabaja y recibe esa luz, se ha estudiado por supuesto, pero yo no noto lo que dicen esos estudios, noto algo no material -no tiene colorines, como esas fotos del cerebro estimulado ante tal- que crece y se forma, y soy capaz de sacar de mí. A veces, tengo que meditar antes de dar una opinión, buscar esas cosas y no dejarme ni una, es como hacer un puzzle y siempre me gustaron.
Tengo ideas "de bombero", como suele decirse popularmente (me da igual que sea una catalanada). Brillantes, o absurdas, o ambas cosas, creativas o no. Ante la misma idea, recibo dos reacciones: una la apoya y celebra esa aportación, otra me dice que estoy loca y me desacredita por completo, idea y persona en el mismo paquete.
Los bipolares somos seres lúcidos. También se dice eso de tener una cabeza bien amueblada, o ordenada. Qué curiosidad, se han apreciado diferencias en los cerebros de bipolares respecto al cerebro "sapiens convencional". Si esto es genético, debemos ser mutantes, o una variedad, como lo llamen. Y lo jodido, lúcidos, cabezas pensantes y juicios sólidos, ergo no somos menos "sapiens".
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Pero claro, "enfermedad mental", eso ya es una aberración de partida.
Seremos despreciados por decir lo que pensamos, y se nos tachará de locos.
Tendremos que hacernos pasar por estúpidos para no recibir tales humillaciones de seres queridos.
Como decía a alguien, es una cruz más de esta enfermedad. Estar completamente lúcido (aunque aturdido por la medicación), y ver con esa ahora cruel lucidez cómo tus familiares te miran con pena. Tú sigues siendo el lúcido a quien ellos admiraban antes. Pero eso fue antes, se acabaron los halagos. Ahora "estás loco", tienes una "enfermedad mental". Es hora de callar. Tu lucidez aprecia su desprecio, y has de callar, hacerte el estúpido ante esas emociones tan transparentes que lees sin dificultad alguna -pues tu poder es ese como bipolar-, callas por no empeorar las cosas con discusiones, que tienen su base de partida en el prejuicio "estás mal" y por tanto es inútil llegar a un entente. La inteligencia dice "calla", pero las emociones traicionan, ese es el problema bipolar, el no poder controlar las emociones, de ira en este caso.
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Por lo que he visto hasta la fecha, hay dos momentos que pueden presentarse en la vida de un paciente bipolar, en los que la lucidez se pierde. Son dos momentos, y están en los puntos más alejados de los extremos, de los polos. Por arriba, y por abajo, el paciente piensa que está lúcido pero su pensamiento y noción de la realidad están distorsionados por un desequilibrio químico cerebral muy grave, una crisis, maníaca o depresiva. Complico algo más la cosa si añado como un tercer momento el famoso episodio mixto, mezcla de ambos, dos crisis en una.
En una semana hará ya tres años... Tuve una manía. Lúcida, que fue horrible y pasé encerrada en casa, escribiendo. Releí lo escrito -aquí hay fragmentos tan sólo- tiempo después, y mis análisis no tienen fisuras. Me asusté de tanta lucidez mientras lo escribía todo día y noche, pensaba que se me iba la cabeza de lo intenso que fue, no dormía porque las ideas venían y se entrelazaban formando puzzles que explicaban mi propia vida, tenía varios al mismo tiempo y o los escribía o me volvía majara, me salvó escribir o tuve muchísima suerte. "Pasar al otro lado del espejo", he oído decir a quien reconoce que estuvo en manos de la locura en un episodio maníaco, psicótico. Muchos hemos recibido el diagnóstico después de una crisis así, tan propia de "Bipolar I", "los que suben además de bajar".
Sí perdí la "buena" lucidez cuando toqué fondo, hecha un ovillo en la cama, en la oscuridad. Pero Mariló consiguió que tuviésemos una conversación lúcida, trabajo le costó despertar a mi única neurona buena, para que no siguiese adelante con mis planes "lúcidos", pues sólo me quedaban los detalles y me sorprendió conectada mientras los ultimaba. La conversación, tan lúcidamente larga que desesperaba (la publicaré si la encuentro, pues la guardo)... Una vez consiguió que llamase a mi psiquiatra, y él ordenó que acudiese a urgencias, me negué. Amenazó con venirme a buscar en taxi a casa para llevarme al hospital, a lo que le respondí que muy bien, pero no valía la pena que viniese ella a por mí, porque íbamos a hacer el camino pasando por su casa hacia urgencias, y eso era un gasto extra, doble, ridículo viaje. Lucidez surrealista, sí, pero fui yo la que salió de casa, muerta en vida, con tres bragas en el bolso porque sabía a lo que iba (equipaje entero no me dio tiempo ni ganas tenía de modelitos, si he explicado bien qué me pasaba), a por un taxi. No sé si me peiné, llevaba días sin ducharme, demasiados. Dos de septiembre de 2004, perdí la lucidez y la recobré a los pocos días del ingreso, el primero. Recuerdo una larga conversación con mi madre en un permiso, en su casa. Estaba dopada hasta las cejas, pero me sentía centrada como no lo había estado en meses de enfermedad. Le conté muchas cosas de mi vida, y recuerdo haber encadenado bien esas historias inéditas que ya no tenía sentido ocultar, sino sacar, en un intento de obtener comprensión, si no conocimiento a secas, que debía, y lo hice de forma intensiva, había que aprovechar el momento lúcido.
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La gente no concibe cómo una persona lúcida puede estar enferma, precisamente, por algo "en la cabeza". Porque "algo en la cabeza" a todos nos suena a no tener mucha inteligencia o racionalidad. A ser infrahumano, desdeñable, despreciable.
Hay que joderse, pues las personas más lúcidas que conozco en este planeta son, por este orden: matemáticos, físicos, y bipolares, tengan éstos la profesión o estudios que tengan, como dije al principio del post. Y allegados que sí entiendan que el enfermo no "está mal de la cabeza", tiene algo que no le funciona, pero no es la inteligencia. La inteligencia está ahí y no se toca, ni la medicación lo hace cuando no es agresiva.
El trastorno bipolar es, mil veces habrá que decirlo y otras mil repetirlo, la enfermedad de las emociones, de la tristeza, de la alegría, del sufrimiento, de la empatía, de la desesperación ante todas ellas... emociones lúcidamente experimentadas como cortes limpios de cuchilla en la mente, que pueden ser racionalizadas y explicadas.
Llevo desde el otoño de 2003 en terapia, y ese es el trabajo. Llevo muchos meses en ello, aquí. A horas lúcidas, y no tan lúcidas.
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1 comentario
TuXoBC -
Palabras mas, palabras menos, palabras al pedo (como dice una cancion).
Las palabras como todo en el mundo son muy relativas...
Y ahora dejo un poema (mas basura de la que vomite durante mi vida):
DIOS JUEGA A LOS DADOS
Lo dijo un amigo,
y le creo...
Es una larga carrera,
y vamos avanzando
depende de lo que nos toque
puede tocar seis,
o un uno.
Gente pasa
y mira como jugamos.
No se atreven a jugar,
por miedo a perder.
Las casillas,
de lo mas variopintas...
AMOR, MUERTE, ODIO, PAZ
entre otros.
Mucha gente le tiene miedo,
es un juego muy complicado,
sin muchas reglas,
primitivo, mas antiguo que el fuego.
Muchas cosas nos queman,
el odio es un lastre,
la muerte es el final,
la paz una utopia.
Nunca te sinceres con nadie,
Jamas te entregues del todo,
Te terminan haciendo mierda.
Entregarse del todo es un suicidio,
es amor,
el AMOR es suicida.
GAME OVER ALICIA
**SAY NO MORE! (Sir Charles A. Garcia)