No cuadraba el sueño
Cosas de esta semana
Ayer salí de casa hacia el ambulatorio, a por recetas, más o menos calculadas con un excel. Ese camino, aquí o en Barcelona, me asusta. Pero lo hice, fijándome en el pavimento tras el primer tropiezo leve. Qué difícil mantener una postura erguida cuando has de ir mirando hacia abajo.
Ayer el día me fue bien: me duché (aleluya), limpié, lavé ropa a mano (esto, junto con la plancha...), y salí a hacer unos dos kilómetros. Las temperaturas han bajado, esto es gloria ahora para pasear.
Pero fue el primer día "bueno" de la semana, pues pegué un bajón el miércoles y el jueves, días de lluvia además, y probé suerte el jueves con una medida...
Estaba claro que algo no iba bien y cuando esto pasa hay dos sospechosos habituales: el sueño o mi ciclo hormonal. Ese acecha, como siempre, pero en lo que se refiere al estado anímico. El ir tirada, como que no, más bien por efectos secundarios o no haber dormido bien. Sospechoso número uno, entonces: horas o calidad del sueño.
Estaba durmiendo unas ocho horas pero me estoy demostrando que necesito más. Por qué no, si al principio de tomar la pastilla nueva lo suyo eran diez horas. Entonces quizá necesite ahora una hora más, al menos. Sólo que a las ocho, un día laboral, me despierta el trajín de la calle y de nada sirven los tapones para los oídos, pues siempre amanecen en cualquier lugar de la cama, sean de la marca y precio que sean.
Medida algo drástica: hace dos días que me me voy a la cama muy temprano, antes de las once, y como mucho a esa hora me tomo las pastillas si no a las 22.30.
Me levanto con sueño, preguntándome quién soy y dónde estoy, y qué hora es, como el viajero en el tiempo desconcertado, qué año es se y pregunta al primero que ve. Yo suelo verlo en el móvil y si no lo encuentro, en el pc directamente. Son las ocho, más o menos. El desconcierto me dura lo que tardo en llegar a la cocina y prepararme un café instantáneo.
De forma que llevo dos días, viernes y hoy sábado, razonablemente menos torpe y despistada, con lo cual, obvio para mí, estoy más activa y contenta. (Escrito a las once: el paseo de hoy, hora y media, a 12 grados y terminado a 15 grados, sin tabaco encima, y sin echarlo en falta).
Ayer me duché pasado el mediodía. Hoy me he visto capaz de hacerlo, lo he visto y dicho y hecho, antes de que me arrepintiese, y antes de las 9 h. Impensable, si vas hecha una vegetal ambulante, mareada. Pensable y realizable si no hay nubes en la mente.
La ecuación es muy clara: buen sueño = buen día. Soporto mucho mejor la toma de pastillas. Si tengo un mal día, los efectos secundarios se ceban.
Esos dos días "malos", funcionaba "a momentos", pues ya me levantaba cansada. Vegetaba, y de vez en cuando tenía necesidad o ganas, ambas cosas, de hacer algo. De ahí que experimentase pereza media hora en un scan: estás bien, y así escribí el post de hace dos días. Pero duró lo que duró el momento, pues luego me volví a apagar en el "quiero y no puedo" del que vegeta sin una depresión clara, más frustración al fuego. "Despertar a otro buen momento" y decirse: Blue has de comer, come, come lo que tengas a mano, ahora puedes y debes, a la desesperada.
Una de las cuestiones que siempre me fastidió de esto de tomar pastillas fue que lo de hacer "vida normal" de noche se quedaba siempre en suspenso. Al principio, empezaba la película en la tele y no aguantaba ni el primer cuarto de hora, porque eran los primeros tiempos de tratamiento muy duros, me tomaba las pastillas después de cenar y me tenían que llevar a la cama incluso, tiesa. Cosas del pasado, cosas de hace tres años que han cambiado, a mejor entre comillas.
Empecé bien la semana. El lunes, estaba contenta por haber paseado y tal, y... vi una película que acabó pasada la medianoche. Me costó tanto dormirme después que la rutina del sueño... ¿esos dos días lo pagaron?
Hace dos días... estoy mejor, a cambio de un horario que impide desde ver una peli en la tele hasta una cena con amigos en un restaurante. Hace dos noches me invitaron y tuve que declinar, mi plan era ya acostarme pronto por el ese "a ver si mañana nos encontramos mejor". Menos mal que funcionó.
Pensar en que no vas a poder salir de noche ni para eso. Pensar que por las mañanas y el resto del día lo vas a agradecer, no vas a pagar facturas, que desgraciadamente no vale la pena -balanza en mano- pasar un buen momento con amigos (aunque estás acostumbrada ya a decir no por depresiones, y a no disfrutarlos) para luego encontrarte dos días mal.
Reconocer que has de dar descanso a tu cerebro a partir de las diez de la noche y no más marcha.
Reconocer que eso es lo bueno para ti y para cuidarte, incluso en detrimento de tu vida social.
Si me salto esto un día -y lo haré pronto porque me conozco- ya sé qué toca, pero al menos ya sé qué sucedería si "me porto bien".
Esta semana, de nuevo, descubro la sopa de ajo, se me olvida la receta una vez al mes.
Poco a poco, hay que mentalizarse.
Es lo que hay, chicos.
P.D. Y es lo que hay a "la hora del café", un tostón de cuidado, que intentaré arreglar cuando despeje más la cabeza. Pero estoy contenta, ya he hecho dos tareas domésticas hoy y voy a por más: mi cuerpo funciona. Pero sin forzar la máquina, ya me conozco y no quiero pagar facturas mañana.
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6 comentarios
JEr -
JEr. -
Carne de Psiquiatra -
Pues celebro que mis desventuras de la "vida cotidiana" te animen.
Sobre el identificarse, supongo que la vida cotidiana es para todos más o menos lo mismo, tomemos pastillitas o no. O eso me cuenta mi gente, sólo que yo intento reírme un poco.
A veces no quedo con mis amigos por día depre o por estar algo fóbica a la calle y la gente, pero claro, es mi caso, que aplicado a la familia es angustia de la gorda. Eso sí es algo cotidiano de mis pupas, pero pasa en las mejores familias, que se obligan a ir o cumplir sin excusa posible.
Endavant! Ah, te ruego que comentes en castellano... lengua corporativa, entiéndelo.
JEr -
Carne de Psiquiatra -
pues nada, si te hace bien leerme, aquí sigo.
Saludos y bienvenida
Blue
ViudadeTantamount -
Estoy empezando a seguir tus pasos, quiero dar con mis claves.
Me hace bien leerte.