No deriven trastornos menores
Leo una vez más por ahí: "asistencia sanitaria colapsada por los pacientes con trastornos menores que impide prestar la atención que precisan los más afectados". Y claro, quieren formar a médicos de cabecera para que no deriven "cualquier cosa" a los colapsados servicios de psiquiatría.
Lo están, sí, doy fe que en Madrid capital en un distrito céntrico dan cita para mínimo dos meses y encontrar un huequecillo cuando uno está mal es inviable.
Esos trastornos menores, y me ahorro algo muy malsonante, son los que luego dirán que han tardado diez años en diagnosticarle bien. Es una sospecha.
Efectivamente, hay tan pocos recursos que sólo quieren o pueden tratar a los agudos, esos son los que parecen más afectados por supuesto, y me pregunto si quizá estuvieron antes de ser "los urgentes" hoy día en el conjunto de los que impedían ofrecer atención.
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3 comentarios
UnaII -
Valerio -
la psicoterapia es cara, y las visitas al psiquiatra lo son más aún.
Realmente hay que apretarse el cinturón para costearse un tratamiento, con la añadidura de que la bipolaridad -al menos en mi caso- hace que mantener el puesto de trabajo sea un esfuerzo verdaderamente grande.
Seguiremos sudando la camiseta:)
Un saludo.
venmago -
Nadie que tenga un mínimo de conocimiento y criterio puede sostener que el TBP sea un trastorno menor. La ciclotimia si puede que encaje en esa categoría, aun así creo que debe ser diagnosticada por un psiquiatra competente.
Desde mi punto de vista los bipolares debemos tener un psiquiatra de referencia que evalúe nuestro estado con la periodicidad que estime oportuno, y que el colapso de las consultas psiquiátricas no sea un impedimento. Además sería muy aconsejable tener fácil y rápido acceso en caso de descompensación o viraje; hecho que habitualmente no ocurre a una atención especializada de urgencia de calidad. Tanto si viramos hacia la manía (nos suelen llevar nuestros allegados) o la depresión (causa clara de muerte evitable y prematura). Los médicos de familia pueden controlar la prescripción de recetas, evaluar la adherencia terapéutica, alertar sobre posibles descompensaciones, educar a la población sobre normas de higiene mental, ¡Y todo ello en menos de 10 minutos que tienen por paciente!
Las preguntas son:
¿Cuál es el PIB que puede destinar nuestro país a recursos sanitarios? ¿Se gestionan bien? ¿El adecuado y caro tratamiento de nuestra enfermedad es rentable políticamente?...
Ya hablaremos de países que como mucho te da un Plenur, unas gotas de Haloperidol y un antidepresivo baratito: Tomad efectos secundarios que sois pobres. E incluso se puede estar mucho peor.
Un afectuoso abrazo. Venmago.