Socializando II
Me costó "Dios y la madre" (Mariló metiéndome en la ducha, prácticamente) prepararme para asistir al evento, que no era comida de verano sino de primavera... lo que nos recordó bien el cielo, pues se puso a llover a los postres. Se había levantado nublado, y aunque servidora se levantó de un humor tan espléndido que puso música, también el ánimo se nubló.
Cometí el tremendo error de ponerme una blusa que había comprado el año pasado. Le dije a Mariló que quería "darle" buenos recuerdos a esa prenda. Que se rasgó la primera vez que me agaché. Que volvió a romperse en algún momento de la comida por otro lado. Y es que el año pasado ya estaba "fondona", pero ahora la barriga rompe hasta las cremalleras del chándal. Y al volver, supe que ya no había arreglo para ella, y Mariló se encargó de decirme que había "muerto" con dignidad, con los buenos recuerdos de esa comida.
Nos juntamos unos cincuenta. Comimos un "pica-pica" que se dice en Catalunya, es decir, platos varios para cuatro personas. Me cautivaron esas berenjenas con miel. Suena a cocina tan vieja como esa "h" aspirada que no existe en el resto de la península ibérica, eso que es tan difícil cuando una empieza a estudiar árabe (y lo acaba dejando, por supuesto).
Vino gente de Granada, donde existe otra asociación, y de otros puntos como Jerez y a saber en el otro lado de la mesa, que nada envidiaba a la comunión que teníamos al lado.
Conocí a bastante gente, y de pocos recuerdo el nombre. Conocí a una "chica" también cuarentona que vive bastante cerca de mí, y espero verla pronto de nuevo. También a una joven psicóloga, diagnosticada mientras estudiaba esa carrera, que está realizando un estudio sobre cómo percibimos la salud tras el diagnóstico.
En esta ciudad, al parecer los servicios públicos de salud mental funcionan muy bien. Tendré que verlo con mis ojos, pues tras lo que he oído creo que vale la pena ponerse de nuevo en manos de la salud pública, que me costó el disgusto en Barcelona en su día de la demora, diez años "de manual", en el diagnóstico. En su día me jodieron bien la vida, pero quizá ahora me ayuden a seguir mejorando. Tienen talleres donde se aprende a manejar el estrés, sin ir más lejos. Todo ayuda.
Es genial, la gente de la BAO :)))
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5 comentarios
capri -
Para capri -
Un beso y cuídate, nadie mejor que tú lo hará.
capri -
capri -
Sun -
Hemos acabado de comer y, con el café delante, me tomo unos minutillos para mí y me dispongo a contestar algunos correos. Entrar en tu blog me despierta tanta curiosidad como tener noticias de amigos separados por la distancia geográfica, con la diferencia de que con ellos he compartido momentos más o menos extensos de mi vida y de ti el conocimiento es reciente, virtual y unidireccional.
Bueno, paso de preliminares y voy a lo que me ha llamado la atención: el segundo párrafo de tu post "Socializando II".
Te cuento, con tu permiso y el de tus lectores, mi experiencia por si te sirve de algo:
Un momento "down" en mi vida (¡afortunadamente pasado!), me dejó como regalito bastantes kilos de más. No sé si fue la medicación (algunos medicamentos, como bien sabéis, incluyen este problema como efecto secundario), la inactividad de aquél periodo, o quizá el que comer se convirtió en la única actividad placentera a la que me abandonaba; lo cierto es que gané muchos kilos que me está costando perder. Según parece, esta "triada" es bastante habitual.
No soy ninguna esteta; me molesta el exacerbado culto al cuerpo con que nos machada constantemente la publicidad pero, por otro lado, me gusta sentirme bien en mi piel, con las limitaciones que la naturaleza me ha impuesto; como a todas las que no nos parecemos demasiado a Cindy Crawford, ni a Angelina Jolie... Si a mi edad -"47 confesados"- no lo tengo asumido, mal me iba a ir...¿no crees?.
Si la autoestima anda baja en esos momentos malos, por favor, no lo empeoremos añadiendo el rechazo de la imagen que nos devuelve el espejo, o el mal rato que pasamos cuando ponernos la ropa habitual es sinónimo de, en el mejor de los casos, "embutirnos" en ella.
Blue, aprovecha el que ahora vives en una ciudad con mar para:
1) Levantarte tempranito y dar una buena caminata por la playa antes de que la invadan los bañistas, los tomadores de sol, los abuelos y mamás con niños... Además de obligarte a ponerte en marcha cada mañana, tu cuerpo, con el ejercicio, generará endorfinas que te ayudarán a sentirte mejor; se volverá más atlético y disfrutarás de los primeros rayitos de sol, que son los mejores para la piel.
2) Antes de volver a casa, localiza un chiringuito simpático cerca de la playa, donde pararte a tomarte tu primer "cafelito" y aprovecha, con la mente despejada y el cuerpo ligeramente cansado, a escribir algo, para tí o para nosotros, tus fieles seguidores. No olvides una pequeña libretita y el boli ¡sería excesivo hacerte cargar con el ordenata!, además así practicarás aquello que tanto nos costó aprender de pequeñitos: la escritura ¿verdad que te cuesta llenar una página a mano? A mí, a las cuatro líneas me duele la muñeca.
3) Regresas a casita, una ducha, y el marujeo diario (limpiar, hacer la compra, la comida, poner la lavadora... en fin, esas cosillas).
4) Pequeña siestecita o momento de relax de la duración que precises y...
5) tooooooda la tarde para llenarla con alguna actividad positiva pero que, de algún modo, una vez comenzada te veas obligada a continuarla... no dejes un resquicio a cuestionarte diariamente si hacerla o no. Aquí juega un papel decisivo el que la actividad tenga una trascendencia personal, que implique a otras personas que van a depender de que tú te pongas en marcha. En Málaga, por lo que deduzco, tienes gente maja a tu alrededor, sigue "socializándote" pero, no te circunscribas únicamente al entorno bipolar. Sal, muévete, haz cosas, aprovecha cada día que -por mucho que nos lo repitamos, nunca será suficiente...- es "ÚNICO-IRREPETIBLE". No hay marcha atrás... Asi que: P'ALANTE
Perdona este larga intromisión en tu blog y, además, ¿quien soy yo para decirte lo que tienes o no tienes que hacer? Pues alguien que gustosa haría todas estas cosas que te he enumerado si pudiera, o te acompañaría a hacerlas si viviera en Málaga (bueno, y, por supuesto, ¡si tú me lo permitieras!).
Un abrazo muy fuerte y buen domingo.