Cuadernos de Barcelona, miércoles 22 de julio: Moby @ Palau de la Música
1a parte
Hoy es uno de mis días estrella de mi estancia en Barcelona, y la fiesta empieza con una tormenta que me hace abrir los ojos a las 5.30, para seguir con lluvia. Arg.
Ayer conseguí quedar en tres tandas con varias personas, y una personita que me cautivó. Lo más diver fue quedarnos tres amigas atrapadas en un ascensor, sudando no lo que no está escrito, sino lo que sólo se escribe en Barcelona. Luego lo pasamos bastante bien. Cenicienta se retiró a su hora, que falta le hacía. Aprovecho para elevar una queja: la mitad de las calles de la ciudad están en obras menores (¿Plan E?), así que los taxistas te dejan donde pueden a no ser que tengan un mapa de todos los agujeros.
Me siento bastante nerviosa, (...) hace sueño, realmente, sólo cuatro horas de descanso no me sostendrán el día de hoy. Ahora chutarme una pastilla [para dormir más] me da miedo por si me paso y luego estoy zombi. En fin, cuanto menos lo piense, mejor.
Vida social, qué enriquecedor. La mitad ya han venido a mi nueva casa y le hablan de ella a los otros, lo que agradezco por no balbucear. [Les] gusta más que Madrid el lugar, y me alegro porque ahora ya no recuerdo "Madrid" y vivo el presente de Málaga. Ayer me llamó mi vecino, por cierto.
Lo malo de madrugar tanto es que todo el mundo duerme, y nada puedes hacer salvo escuchar música o escribir. Me decanto siempre por lo último. Costumbres que van y vienen, que oscilan como el resto de tu vida.
Paró de llover. Tranquilidad quiere decir posible reconciliación del sueño. 6.46, pensaba que de este problema estaba mejor pero va a ser el número uno en la consulta con el psiquiatra.
(...)
Empiezan ya las obras en la calle. Me iría a caminar si el cerebro me fuese al mismo ritmo de los pies, pero se resiste a salir de casa. La ley de Murphy de nuevo: quiero planchar unos pantalones y se acaba de ir la luz. "Perdonen las molestias por las obras", firma Fecsa-Endesa [en un cartel en la portería].
(...) Siesta, me despierto con diez llamadas perdidas (...)
. . .
2a parte
"Es una canallada", me comenta mi hermano. Sí, lo es... que después de la tercera canción, "Mistake", de repente te ataquen con un poderoso "Go" y no puedas levantarte de la butaca a bailar. Como vuelve a su último disco, con "Pale Horses" quizá, las cosas se calman. Hasta creo... "We’re all made of stars", que por fin todo el piso se levanta a ritmo de ola. Ojalá recordase mejor la "tracklist" de los conciertos una hora después de la salida. Sé que el "Raining again" nos ha dejado ya levantados un buen rato. Me sorprende este músico, lo mismo es su propio DJ que delega los éxitos del "Play" a la sección de viento y vocal mientras él se dedica a la guitarra eléctrica. Curiosas versiones, gracias por reinventarte porque además, saben bien. Emocionante que dedique a los asistentes en castellano (paganos, dice Hermano) "Porcelain". Sentirte esta vez sí un poco volando con los pies en tierra cuando sabes que el concierto está acabando con esa, esa y no otra, "Lift me up". Un segundo bis con una canción "de su ciudad natal", nada menos que "Walking on the wild side" y todos coreamos el "du, du, du, dududu". Y al final sólo nos quedamos algo despistados, mirando los relojes, pero bueno!, ya se ha hecho tan tarde, pero bueno!, con todo el repertorio que le falta por tocar, ese ainns por qué esto no, al no oír nada del anterior "Last night". Oh yeah, oh yeah... no sería su turno, hoy. Como tampoco escuchar ese viento [que me transmite] en alguna de sus canciones, más bien el órgano de ese templo de la música catalana que es el Palau, que pareció "encenderse" con "Go" para sorpresa de más de uno, o una, que quizá esperaba un unplugged con el bolso lleno de pañuelos de papel, dispuesta a llorar y llorar.
Le vimos entrar, dejó el coche en el callejón. Esas cosas que aunque seas mayor, suenan a emocionante. Y lo es, porque parece uno de los asistentes, casi todos de la quinta. Camiseta negra, tejanos, lo mismo que le he visto toda la gira en los vídeos. Gafas de pasta negra (Hermano las lleva del estilo) que luego no usa durante el concierto. Gente de a pie, que no miraríamos si su cara no fuese ya famosa, la del que juega con nuestras emociones y luego desborda modestia en las entrevistas. Como si no fuese consciente del poder que posee. Como si lo fuese, y le asustase.
Sencillo, nunca vulgar. Complejo, pero del gusto de las masas. U2, Madonna pasaron por aquí, y no tuve un pensamiento para ellos. Sin embargo, llevaba un mes esperando esta noche, al Músico que tantos mantras me ha proporcionado estos años. Con la alegría doble de ir con mi hermano, como en los viejos tiempos.
Mejor estar aquí que en casa, no crees?, dice. Y me siento muy feliz de haber vivido esta noche y afirmar que claro que sí, que además "repito" en el próximo, y saber que he tachado algo de esa lista que me mantiene, se me ocurre ahora, ya echando raíces en la vida, en vez de cortarlas... así debería ser [siempre].
(...)
***
Imágenes: interior del Palau del archivo de Madre. Ya, la escala de flickr es penosa: hay que pinchar sobre la foto para verla mejor.
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