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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Cuadernos de Barcelona, martes 21 de julio: aburrido madrugón al Sáhara

Cuadernos de Barcelona, martes 21 de julio: aburrido madrugón al Sáhara

 

Aquí estoy, fiel a mi cita conmigo misma de las 6 que ahora van a tocar: me adelanté diez minutos.

Ayer cené con mis tíos. Sus hijos, y así lo esperaba, no acudieron (...) [tienen pareja]. Fue agradable, en la terraza. Muchas preguntas sobre mi nueva casa y entorno. Sólo al final mi tía arruga un poco el semblante cuando me dice que he engordado un poco. Mucho, le respondo al eufemismo. Que si al menos camino. Sí, estoy en ello. No les hablo de la terapia de la agorafobia, no entro en detalles feos, todo al menos al principio debería ser perfecto a ojos de los demás.

Quizá esta tarde vea a Mariló. Quizá esta tarde necesite, como ayer, una gran siesta. Tengo el nombre de Mme. VOSE en la agenda de hoy, en lápiz, a ver si se concreta algo.

De vez en cuando es hasta sano desconectar de Internet. (...). En algunos momentos, el aburrimiento que me invade se llama "no tengo internet", y punto. No lo suficiente para bajar al locutorio, ni para pedirle un cable a uno de los dos vecinos que podrían abrirme su red. No son mis vecinos, y no quiero que Madre les deba favores.

De modo que ahí estoy a las 6 escribiendo algo que quizá no tenga valor alguno, pero mato este rato. Hace días lo iba colgando, por tonto que fuere. (...). Ya se sabrá de mí a su tiempo. "De los diarios de Blue", algo que no me entusiasma, pues pierdo privacidad en mis movimientos. Con cautela... siempre hay algo que no escribo en este diario. No hay referencias a la convivencia con mi madre, ni las habrá. Que yo ventile mi vida no ha de salpicar a mis cercanos.

Cada vez, por suerte pocas, que vomito de buena mañana, me prometo que se acabó lo del café y el tabaco a esas horas, que son de lo mejor para el estómago, vamos. Se me olvida tan pronto que no vale la pena ni volver a mencionarlo, quizá por culpabilidad, irresponsabilidad por no pedir cita al especialista y otras cosas que ahora no quiero que me amarguen el día de buena mañana.

[Párrafo omitido: publicar el sábado]

Clarea y los pajaritos se oyen algo más, a la par que el tráfico. Como en mi casa. Sólo que aquí no me despiertan ellos. Hoy tocó la modalidad "levanta, espalda, dueles demasiado".

(...)

Esta hora no ha pasado rápido. Una partida de Mahjong standard perdida tampoco es lo que se dice empezar con buen pie. (...) Me gustaría que Madre encontrase algo recogido. Por 36 minutos de nada, espero que haga un gesto de aprobación (...). Por qué los hijos esperamos eso de nuestros padres. Un detalle no basta para una vida llena de disgustos, uno para cada edad, que les hemos hecho pasar.

Madre sigue sufriendo, cinco años después, por "lo mío". No es consuelo que mi prima esté ingresada y que yo no lo haya necesitado en todo este tiempo. Quiero creer que en la distancia, ahora... es que me he pasado otros 500 km.... (aideumeu), al no verme a diario, no sufre tanto. Me hace ya hasta gracia que espere al parte metereológico para ver, en concreto, el tiempo que hace en Madrid y en Málaga. Allí no hay esta humedad. Allí no se me rizan los cabellos. Es verano y por supuesto hace calor, faltaría más, pero nunca (bueno, el terral) se sufre el exceso de Sevilla (hablo de sus 40 grados, nada más). Es un clima extraño pero muy, muy benevolente.

Idiota de mí, ya dije antes que olvido demasiado pronto, me he preparado otro café, aderezado con cigarrillos. Luego, Blue, no te quejes.

Sale Madre. Ha dormido bien. Yo no, pero de momento no me está pasando factura. El día se me antoja largo ahora. Tareas: comprar hilo de color, planchar unos pantalones, una llamada a un familiar. Aburren hasta en un post-it. Me ofreceré voluntaria para limpiar hasta los cristales, digo! (qué malagueño es eso). Claro que me preguntan si voy a tener ese acento de aquí a unos meses, y respondo que... ojalá no, con lo que me costó dejar de decir catalanadas en Madrid y hablar algo parecido a un castellano standard de verdad que no me identifica ya como catalana. (...).

Entra Madre. Qué suerte, poder descansar otro rato cuando ya te has levantado. Desoigo -porque no puedo aunque lo intente- el consejo de mi psiquiatra, estarme tranquilita en la cama si madrugo demasiado. A quién no le despierta el cerebro los pájaros. Y si aquí no los oigo, la costumbre ya. Bah. (P.D. A Madre le gusta que haya trabajado y me felicita, me siento contenta).

. . .

Está próxima ya la visita con "el médico", le llamo ayer en la cena, o son ellos quienes lo hacen. Ya saben qué tipo de médico es, quizá es por lo de para qué estigmatizar, aunque nunca me importó llamarle "psiquiatra". Voy a uno, y qué, de ello depende mi salud más importante que es la de la azotea. Por cierto, tengo revisión también de los pies, que para eso tengo diagnósticos de arriba a abajo. El sobrepeso me los está destrozando.

Ayer sentí ese Miedo, fobias por todas partes. Conseguí salir a la calle, aunque sin duchar. Y hacerlo de nuevo antes de la cena. Todo el día para superarlo, y encima admitir que tuve claustrofobia en el tren, otra novedad. (Perdón por la palabra, pero:) Cojonudo.

Ha salido un sol precioso, y dicen que hará mucho calor. Me siento algo agorata, pero se trata de "tirarme" a la calle y olvidarme con la actividad allí, aunque sea por el barrio, para no agobiarme con las hordas de turistas. A las 9.15, tras grabar unos discos a mi madre, ya me mata el aburrimiento. Otra vez. Sé qué debería hacer, pero no me atrevo, no todavía, a tirar mis apuntes. Ya no recuerdo lo que estudié hace veinte años, y esas hojas manuscritas son mi único testimonio de haberlo hecho. Podría donar algunos libros, debería hacerlo, eso sí que no se resolvería en traumas porque ya tengo una selección en mi casa. De la que quiero desprenderme en parte, por cierto, si una biblioteca nueva en el barrio acepta lo que hay.

Quedar con mis amigas no es demasiado fácil. Los horarios entre semana son caóticos, y a estas alturas de "mis vacaciones" prefiero juntar a dos o tres, no sea que por buscar un cara a cara al final alguien se quede fuera de la agenda. He concertado ya una cita a tres, bebé incluído, y dos horas antes veré a Marilo. Sobre la agenda, queda perfecto. La teoría es muy bonita. Otro de los lemas del bipolar.

Van a dar las 11. Ya he bajado a la calle y me moría de calor: ha venido viento del Sáhara. No sé qué hacer, salvo descansar porque la que me espera, de 15 h hasta las 20 h. Miento... me acaba de llamar Kidam y hemos quedado creo que en una media hora. No es que me quiera morir, pero hoy acabaré muerta.

. . .

P.D. Muchas veces, el diario se escribe a primera hora de la mañana. Y como siempre, Blue "arranca" sobre las 20 h. de la tarde, así que a nadie le extrañe el tono del escrito, pues son horas de poca actividad.

***

Imagen: www.inmogeo.com

1 comentario

gloria -

He pasado un buen rato leyendo tus personales andanzas; he llegado a tu blog xq tengo unas alertas de google de psiquiatria, que es un tema en el que aunque profana me siento interesada.
Un saludo