La vida es aquello que nos ocurre mientras no podemos planear el futuro
La vida sigue. La mudanza está llegando a su fin. Me molestan los achaques del cuerpo. No me deprimen más que al resto de la población. Eso quiere decir que, en efecto, estoy mejor del "coco".
Como dice Roberto, somos personas con una enfermedad. Una más. Se nos manifiestan otras, crónicas a veces, y necesitamos de médicos internistas, reumatólogos, cirujanos... como todo hijo de vecino.
Hace falta un poco de eutimia para disfrutar de la vida. Estabilidad. Ahora que estoy en este punto, es cuando lo entiendo algo más. Dejar la montaña rusa atrás cuando ella nos abandona por fin, levantarse por las mañanas y tomarse las pastillas como quien se pone el cacao en la leche, sin acordarse siquiera para qué son. No pensar siquiera en el Trastorno, porque no nos hace ningún bien empezar el día con la idea en la cabeza. Insisto, esto, cuando se está bien. [Cuando se está mal, el mismo TB se encarga de recordarte que estás bien jodido. El blog está lleno de esos despertares malditos, no, las pastillas no son como las del dolor de cabeza, no te quitan un episodio del TB ni siquiera momentáneamente, pero ahora no estoy hablando de ello].
Aprovecha tus buenos momentos. Olvídate entonces del TB. Sé "normal". Llama a alguien para quedar, porque necesitas vida social. Intenta relacionarte con los tuyos, hablar con tu familia sobre cualquier cosa, que vean que existes de vez en cuando en vez de estar siempre mirando al techo o absorto en el ordenador, como hacías antes.
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Pasa la vida, lo sé porque he perdido meses, incluso años, en mis depresiones. Se quemó incluso parte de la "última" juventud: me han salido varices, un ejemplo tonto de lo que es envejecer sin darte cuenta de ello. Ahora me miro, y debo aceptar que tengo 20 kilos de más, problemas serios por ello (qué decía antes de los médicos), y debo plantarles cara, mientras sigo con algún síntoma de depresión. Problemas que no deben vencerme: ahora he de hacer un esfuerzo para no volver a "quedarme dormida", para despertarme luego con otros 10 kilos y no verle ya solución a ese problema, y hundirme por ello de nuevo para salir a saber cuándo, y cómo, en qué estado físico, envejecida y enferma del cuerpo más todavía.
No planeé el futuro mientras estuve mala, no planeé porque no pude vivir ese presente, porque no me sentía viva, y me importaba un bledo vivir o morir, simplemente sobrevivía mientras el tiempo, desaprovechado, pasaba.
Es hasta agradable despertar de ese estado, pero es desagradable hacerlo y darse cuenta de que no resulta en plan "la Bella Durmiente", bella ella, que ni siquiera perdió tono muscular en su descanso centenario.
Llega ese futuro deseado, llega algo parecido a la eutimia, y ya no eres la de antes, antes ya es el pasado por definición, el ahora eres tú tras el sedentarismo y la dejadez. Y has de pagar esas facturas.
Si no me cuido ahora, no tendré un futuro donde haya salud de verdad. Salud física, de la que depende mucho la mental.
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Imagen: http://magyarok.ch/forum/viewtopic.php?f=4&p=64173
5 comentarios
try -
He tenido blogs y profiles y he tenido que suprimir el derecho de que me escriban comentarios porque se lo molesto que es que te insistan en poder comunicarse contigo de manera más personal pero eso entiendo perfectemente si te niegas, yo seguiré leyendo tu blog, pero ojalá puderamos conocernos por mensajero instantáneo.
con cariño
eliza
Roberto -
El camino es largo y duro pero siempre hay luz a lo largo y al final de este camino.
Si estás muy mal pide ayuda a los profesionales (médicos, psiquiatras, etc..), a la familia, a los amigos.... a cualquier recurso donde te sientas querida y valorada.
Maria Fernanda -
Sun -
Ser conscientes de ello y ponerlo en práctica es más de lo que la inmensa mayoría hará nunca. Qué suerte tienes (tenemos) de pertenecer a esta minoría ¿no te parece?.
Sun
P.D. Me repetirá todas las mañanas lo que acabo de escribir para despejar el terrible complejo de culpa por el tiempo perdido, que amenaza con ponerme difícil mi reincorporación al mundo.
Roberto -
Bien dices esto de que "... No planeé el futuro mientras estuve mala, no planeé porque no pude vivir ese presente, porque no me sentía viva.... "
Yo creo que ahora, tanto tú como yo, sí que tenemos ese presente del cual disfrutar...
Por supuesto que nuestros momentos buenos son siempre una "libertad condicional", una especie de "tercer grado penitenciario" pero al menos ahora sí que disponemos de 3,5,7 o no sé cuántas horas de eutimia al día en las que podemos ser felices por hacer actos tan prosaicos y fáciles para la mayoría de la humanidad como darnos una buena ducha, hablar con un amigo o dar un paseo por nuestro camino favorito...