Chitón II: vivamos nuestras vidas
Vivamos nuestras vidas. Salgamos de nuestras casas siempre con una toma diaria en el bolsillo, por si algo extraordinario sucede, que podrá ser ingerida en un baño público, en cualquier lugar, a salvo de curiosos, y de explicaciones embarazosas. Sobre todo, el no dejar de tomar bajo ningún pretexto extraordinario lo que nos mantiene en "esa delgada línea", mientras socializamos, formamos parte de esta extraña sociedad.
Hace algún tiempo, le di a alguien la opción de pulsar dos botones, y no le culpo por haber escogido el del rechazo. Se teme a lo que no se conoce. Una sola palabra, bi.., da al traste con lo bueno que podías resultar para esa persona (qué pasa si tengo una amiga con bi... pues en realidad, todo), pero no importa, ya dije que esa lucha está perdida (*).
Importa seguir adelante, e intentar no cometer el mismo error, o no cometerlo demasiado a menudo, para que no se desgaste demasiado tu autoestima y caiga sobre ti el autoestigma, uno de los peores castigos.
Y qué ganamos confesándoselo a alguien. Le damos demasiado poder sobre el futuro de una relación tan inocente como la de ir al cine. O algo que podría ser más importante. Tiempo al tiempo.
La remisión es un hecho en un tercio de los casos. Vayamos a por ella, o al menos a una mejora, pues es más fácil encajar así el rechazo. Sólo remití una vez, y fue oscilante; entonces, me atreví a hacer "experimentos" con el tema de decírselo a alguna gente que entraba en mi vida, pero ya no más. Seré oscilante hasta que muera, y hasta entonces, si no estoy sola, tomaré mis pastillas a escondidas en un baño público.
El silencio es un precio a pagar para que aprecien tus cualidades como persona. Para que cada gesto que tus manos dibujen no sea "bi-bip" a los ojos del otro. Para que tus actos y palabras no sean desacreditados por lo que se considera, ignorancia pura, un cerebro enfermo en su totalidad.
Para que no dejes de ser lo que en realidad eres, un humano, demasiado humano a veces, entendido como sensible y poco amigo de impactos emocionales estigmatizantes. Con lo que ha costado estabilizarse para que un o una idiota, que antes parecía alguien de mente abierta, haga añicos grandes esfuerzos y deje de hacer planes contigo de la noche al día. Sentirse ignorado, desaparecer de repente, no es grato para nadie.
Quien quiera aceptarte con esto, deberá hacerlo con un psiquiatra como tu sombra, y unas pastillas como pan, ¡menudo peligro! Alguna oscilación, por supuesto... todos los humanos tienen cambios de humor y nosotros nos medicamos para que éstos sean leves. Somos gente, hasta que por alguna razón decidimos confesar que "no lo somos". Triste, ¿verdad?
Yo firmé este tratamiento con mi sangre, el que me ha llevado a relacionarme con gente a quien tengo que decírselo cuando la relación empieza a ser más estrecha, pues no es algo que se adivine a simple vista. Sólo me delatan mis ojos tristes de vez en cuando... pero "depresión" ya es algo aceptado: lo unipolar no asusta tanto.
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Vivamos nuestras vidas, con medias verdades si ello es necesario. Vivamos, derecho a ello tenemos.
Los demás distan mucho de ser perfectos, y un exceso de honestidad por nuestra parte realmente es una imperfección, equivocación, estupidez... es cerrarse puertas que todavía no están abiertas.
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P.D. Escribo estas líneas con gran serenidad. Estas historias de salir del armario son agua pasada, pero no dejan de captar mi interés. La última fue un buen deseo, en eso se quedó, y también mi opinión, creo que ya definitiva, aquí reflejada.
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2 comentarios
Víctor -
Sevillano Colombiano -
En una oportunidad tuve que ayudar a una persona que sufría de epilepsia enfermedad muy similar a la nuestra desde el punto de vista del funcionamiento fisiologico del cerebro claro que con síntomas externos bien diferentes, fue en la entrevista de trabajo que me toco hacerle para su ingreso como técnico electricista, me dijo que no se lo contaba a nadie pero que en su caso y en el trabajo que tendría que desempeñar no podia ocultar su condición, claro que me dijo que estaba medicada y que no había vuelto a tener crisis en mucho tiempo, en este momento sin saber mucho de lo que hoy se sobre estas enfermedades pude ayudarle, le dije es bueno que me lo digas, sin embargo, es bueno que lo manejemos a nuestro nivel y que no lo hiciera saber a muchas personas que yo le ayudaría para que pudiera trabajar aun con esta limitante, le dije que existe una ventaja de ser técnico electricista y es que por norma de seguridad nunca un electricista puede trabajar solo, y que como siempre iba a estar acompañado las labores que pueden ser un riesgo en el caso de presentarse una crisis, como manejar un vehiculo que debia tratar que siempre la hiciera su compañero y que evitara al máximo el trabajo a mucha altura, tuve la oportunidad de dejarla en el grupo que maneja las instalaciones a mas baja altura como son los electricistas que manejan los equipos de medida que en la mayoría de las oportunidades trabajan a nivel del suelo.
Tiempo despues de no trabajar en la empresa pude saber que esta persona había sido ascendida y que era uno de los mejores electricistas, por lo que a pesar de su limitante y de tener que guardar su secreto y decir verdades a medias puede trabajar y bien.