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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Televisión e idiolecto

Televisión e idiolecto Tengo un problema estas últimas semanas: no soy capaz de ver la tv. Ni de ir al cine. Ni de ver una peli de vídeo.

Lo de la tv no es nuevo. De hecho, estuve muchos meses sin una, y fue una tranquilidad. Pero siempre hay una mente bienintencionada que te regala una porque le das pena, parece que sin televisión eres un impedido social. Ya la tenía, pero seguía sin verla, o no veía lo que debía. Cuando comía con mis compañeras de trabajo yo callaba, atónita porque en esa mesa se hablaba del culebrón, y en la de al lado de fútbol. Es un tópico, pero lo he vivido en el comedor de una empresa.

Y claro, vas de bicho raro. Y encima te quedas ojoplática cuando de repente todos empiezan a hablar raro, dicen “comorrrr” y tú les miras raro a ellos porque son, como mínimo, bachilleres, pero no, ahora se llaman unos a otros “pecadorrrr”. La gente se ha vuelto loca, aquí pasa algo raro y así lo comentas en una cena con amigos y también ellos están medio escandalizados de que todo el país hable como un humorista de moda.

También soy hipersensible a esas chorradas. Llámame purista, lo de Chiquito de la Calzada fue un manicomio colectivo. Y ahora cuando escucho algo raro en el hablar de la gente, puedo adivinar que proviene de Gran Hermano. A los adolescentes, no les entiendo, directamente. Saben usar cien palabras, la mitad argot generacional, y con eso te lo dicen todo, o sea, no dicen nada.

De acuerdo, también es raro hablar de tu mente en jerga informática, como suelo hacer: hago “resets” a menudo conmigo misma, y así lo expreso. Y de emplear vocabulario psiquiátrico. Estoy en el club de los enfermos mentales, y esa jerga es nueva y compleja, pero necesaria a veces.

El palabro de hoy es pues, idiolecto. “Manera particular de usar la lengua de un individuo”. Resultado de todas sus influencias culturales, incluso las anti-culturales, la telebasura de los….

Ayer conocí a una exhippie que no había visto tv en su vida. Tenía la cabeza llena con un montón de carreras universitarias e idiomas, pero era una inútil social. Hay que ver la TV o leer periódicos para saber que hay una empresa de telefonía móvil llamada Tal sin que te digan ¿eso qué es? Hay que pisar un poco este mundo. Por eso me voy a obligar a ver más TV, porque ayer comprobé que la cosa puede ser seria si desconectas demasiado.

Me gustan algunas series, junto con las películas antiguas de madrugada en versión original. En general me trago lo poco que hacen en versión original, si el horario es factible. Pero hace medio año que he dejado de grabar lo que emiten a deshoras: me he cansado de almacenar cintas de vídeo que no visiono nunca, porque me pasa lo de ahora, no me apetece ver películas.

Sobre series... En su día fui fan de "Expediente X". Este año y el pasado he visto "CSI" hasta que me ha aburrido más de lo mismo. La que no me pierdo es "Frasier". Me divierto mucho con ella, los dos hermanos psiquiatras son impagables (ver fotograma), y el padre un personaje; realmente buena aunque intermitente en la programación de Canal + en abierto. “Sexo en NY”, de la que he visto pocos capítulos, no está mal del todo, aunque no la cambio por Frasier.

Las series españolas no me gustan, lo siento. Ni los culebrones. Es un humor que no va conmigo. Ahora veo los primeros episodios de la última catalana que han estrenado, “Porca misèria”, bastante generacional. Pero no estoy dando brincos esperando al jueves. Suelo declinarme por las series de la BBC, las antiguas. “Sí, ministre” es una serie que aparece y desaparece misteriosamente de la parrilla del canal autonómico, lástima porque es excelente. Y el "Monty Python's Flying Circus", lo mismo. Esta la subtitulan, genial.

Pero nada que ver con “Dallas” o “Falcon Crest” de mi infancia, eso sí era dinamita, jaja. TV3 intentó emularlos en producciones que no me molesté en ver, sus primeros culebrones ("Saga de poder", una familia que producía vino", que hacían competencia con los venezolanos. Las catalanas de pro se los han tragado todos. Yo no.

Las traducciones de estas series han introducido en el español nuevas expresiones. Hace años nadie decía “nos vemos”, por ejemplo. En muchos países las emiten subtituladas, lo que lleva al beneficio de que la población aprende idiomas desde la infancia. En este país la cosa es imposible, la cultura de la versión original ha de desarrollarse demasiado

P.D. Tengo mucho sueño. No he redactado bien este post, quizá hay demasiados temas sin conexión, quizá mañana lo edite.

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