No puedo evitarlo
Introducción: no estoy hipomaníaca. Tengo un presupuesto y llego a final de mes como puedo.
Puedo ir al centro y no comprarme ropa.
Pero...
Las librerías, eso sí que no lo resisto.
Hoy me he regalado unos cuantos libros. Realmente no me los puedo permitir, pero no soy rata de biblioteca. Si un libro me atrae, es un amor para siempre. Por eso siempre demoro los préstamos bibliotecarios, no concibo devolver un libro. Hay bibliotecas, claro. Pero no las he pisado.
Tengo en casa más libros de los que puedo almacenar. Y en Barcelona, ya ni os cuento.
Esa sí es mi enfermedad, compartida por otros muchos. Por eso llevo tan mal que se perdieran mis joyas en el traslado, y poco a poco las voy recuperando, aunque sean de segunda mano (qué remedio, en libros editados en los 80 o 90 descatalogados en su mayoría, sin reimpresiones posteriores).
Esto no le gusta nada a mi familia, lo sé perfectamente. Saben que gasto dinero, no una barbaridad pero sí una cantidad. Pero soy así, no puedo cambiar en este punto. Mis libros son mis amigos, me han ofrecido su sabiduría y su entretenimiento desde que tengo uso "de lectura".
Por cierto, de bien pequeña tengo -la llamaré- la "enfermedad de la letra impresa". Cuando iba en coche o en autobús, leía todos los letreros que iban apareciendo. Leo inconscientemente cualquier cosa que se me plante ante los ojos. Cuando veo una letra, la interpreto, me interese o no.
Fui gran lectora de libros infantiles. Recuerdo perfectamente el bibliobús que venía al barrio, y cuando le pedí al bibliotecario algo más "adulto"...
Demian
Ese libro realmente me abrió una puerta a la adolescencia, y desde que lo compré me acompaña. Está aquí en Madrid conmigo, cómo no. Ese se salvó de la quema, y aunque sí hay reimpresiones, mi ejemplar es parte de mí.
Bien, los libros son de arte y alguno de ciencia-ficción (ver un Frederick Pohl que no he leído casi me excita).
Me lo tomo como recompensa por haberme levantado pronto.
Puedo ir al centro y no comprarme ropa.
Pero...
Las librerías, eso sí que no lo resisto.
Hoy me he regalado unos cuantos libros. Realmente no me los puedo permitir, pero no soy rata de biblioteca. Si un libro me atrae, es un amor para siempre. Por eso siempre demoro los préstamos bibliotecarios, no concibo devolver un libro. Hay bibliotecas, claro. Pero no las he pisado.
Tengo en casa más libros de los que puedo almacenar. Y en Barcelona, ya ni os cuento.
Esa sí es mi enfermedad, compartida por otros muchos. Por eso llevo tan mal que se perdieran mis joyas en el traslado, y poco a poco las voy recuperando, aunque sean de segunda mano (qué remedio, en libros editados en los 80 o 90 descatalogados en su mayoría, sin reimpresiones posteriores).
Esto no le gusta nada a mi familia, lo sé perfectamente. Saben que gasto dinero, no una barbaridad pero sí una cantidad. Pero soy así, no puedo cambiar en este punto. Mis libros son mis amigos, me han ofrecido su sabiduría y su entretenimiento desde que tengo uso "de lectura".
Por cierto, de bien pequeña tengo -la llamaré- la "enfermedad de la letra impresa". Cuando iba en coche o en autobús, leía todos los letreros que iban apareciendo. Leo inconscientemente cualquier cosa que se me plante ante los ojos. Cuando veo una letra, la interpreto, me interese o no.
Fui gran lectora de libros infantiles. Recuerdo perfectamente el bibliobús que venía al barrio, y cuando le pedí al bibliotecario algo más "adulto"...
Demian
Ese libro realmente me abrió una puerta a la adolescencia, y desde que lo compré me acompaña. Está aquí en Madrid conmigo, cómo no. Ese se salvó de la quema, y aunque sí hay reimpresiones, mi ejemplar es parte de mí.
Bien, los libros son de arte y alguno de ciencia-ficción (ver un Frederick Pohl que no he leído casi me excita).
Me lo tomo como recompensa por haberme levantado pronto.
4 comentarios
semeolvida -
Estoy contentiiiiiiisima, eso si, no quiero "asustar al duendecillo", así que por ahora me lo tomo con calma, no más de 3xmes y seleccionando mucho, ya no estoy dispuesta a meterme más leños, incluso opto por comedia y cosas más llevaderas, eso si , sin abandonar la historica, que es mi favo.
Muuuuuuuuuuuakssssssssss
Angelik... -
Carne de Psiquiatra -
Ah, y...
¡¡Cuenta con esta Carne para ir a descubrir rincones inéditos fruto de tus investigaciones!!
Alberto -
yo ahora estoy en una biblioteca y me voy a poner a buscar libros sobre madrid para ir conociendo mejor la ciudad, q en parte es una desconocida.
espero q sigas teniendo pelas para comer pq el papel es un poco indigesto :))