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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

La fiesta de la limpieza

La fiesta de la limpieza Sigo limpiando, parecerá que soy una obsesiva pero voy a vivir aquí mucho tiempo y las cosas hay que empezarlas bien, y además poco a poco en mi caso, porque me rompo la espalda y debo descansar. Se nota que aquí vivía un hombre que nunca estaba en la casa.

El problema es que a veces hay que usar una escalera para llegar a muchos lugares, y de eso no me libra mi altura. Y el problema no está en usar la escalera, sino en el pánico que tengo a caerme y romperme un hueso, porque tengo osteopenia y eso significa ser enyesada o algo peor a la mínima caída. Tengo menopausia adelantada en este sentido.

Un buen amigo se ofreció a ayudarme en la tarea, y ha venido hoy a vigilarme con la escalera mientras conversábamos. Una consulta técnica sobre cómo limpiar el sofá me ha hecho llamar a otro, y les he dicho que si les apetecía y no tenían planes, que vinieran, él y su pareja a cenar.

En plan informal, sin agenda de "el sábado nos vemos". Como me gusta quedar, "¿te va bien ahora? Pues ven cuando quieras, te espero". Así esto ha acabado siendo una pequeña fiesta informal en petit comité.

Esta pareja me ha ayudado muchísimo en todo el tema del traslado y mudanza. Incluso me han redecorado el piso al cambiar unos muebles de sitio, con un resultado muy satisfactorio, realmente tienen idea. Cuando han llegado, yo seguía limpiando, de hecho no he engañado a nadie, guantes en mano y escalera. Ya no me aguantaba de pie cuando he empezado a hacer la tortilla, pero he conseguido que cuatro personas cenásemos hablando de temas de actualidad espinosos, del mercado inmobiliario, y de sexo por supuesto.

He avanzado mucho en la limpieza, pero esta casa no tiene lavavajillas. Mañana, sólo los platos me van a dejar otra vez tirada con la espalda.

Pero estoy muy contenta, a pesar de lo improvisado, tanto, que ni siquiera había contado los platos necesarios. Por cierto, había pocos y he roto uno limpiándolos (iban a ser usados por vez primera...). Y cenando todos con agua en copas, qué gozada ser abstemia y que a los demás no les importe o lo sean también.

Doy por inaugurada mi casa. Mañana lunes tendré a mi primer invitado en el sofá-cama, un invitado muy especial, ya que le tuve en mis brazos cuando nació, mi primo el pequeño que tiene que agacharse cuando pasa por una puerta. Le dejaré algún altillo para limpiar, jajaja.

He escrito a mi psiki y a mi psi y les he explicado que estoy mejor. La mudanza fue muy estresante, y a todos nos cuesta adaptarse a todo lo nuevo, sólo que a mí también me cuesta un ligero desequilibrio en la química de mi cerebro, y he necesitado un ajuste. Ya me ajustarán de nuevo a la baja, no hay prisa.

Ahora empiezo a disfrutar del cambio, de la mudanza. Creo que empiezo a atisbar el bienestar que se fijó como mi próximo paso en mi evolución como paciente.

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