Sabios consejos
Mi padre es enfermo crónico, es diabético. Y la edad no perdona, porque sí y porque la diabetes va dando complicaciones. Arrastrar durante más de 40 años una enfermedad crónica enseña mucho y por cierto, se compara mucho el trastorno bipolar con la diabetes, por ejemplo, para decir “tengo TB” como se dice “tengo diabetes”, y por unas rutinas y hábitos, y controles periódicos… enfermedades crónicas y muy puñeteras.
El otro día me llamó, como siempre nos intercambiamos lotería, y le pregunté por su estado de salud, como siempre, y siempre me dice que qué tal me va por Madrid. Me envió manzanas de la huerta y membrillo, mmmm el paquete del pueblo. Una no se atreve a pedir aceite, oro líquido en estos momentos, y raciona el medio litro que le queda de la cosecha familiar.
Pues bien, a lo que iba. Siempre fue hombre de pocas pero certeras palabras. Y me dijo algo así como: “pequeña, hay que levantarse de la cama y no pensar que uno está enfermo, olvidarse de ello y a encarar el día, hay que tirar hacia delante a pesar de todo".
Lo dijo con otras palabras, porque después de tantos años en Catalunya ahora habla catalán-manchego, lo dijo con palabras de quien vive en un pueblo, sabias y sencillas.
Me pilló sin un papel a mano. Una vez escribí sus tres simples consejos para ir al trabajo, y están en una libreta que se acabó en esa primera página.
Mi padre es sabio. Es un olivo con muchos anillos en su tronco ya.
1 comentario
SALOMON -
PD: espero estés satisfecha.