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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Lunes: it's a beautiful daaaaaaaaaaaaaaaaay

Lunes: it's a beautiful daaaaaaaaaaaaaaaaay

Cuando salí de mi primer ingreso por intento de gilipollez a mediados de septiembre de 2004, ya cicladita a hipomanía, mi psiquiatra me marcó unas pautas a seguir durante el día, y yo tenía que hacer "los deberes". Ya he hablado aquí de ese cuaderno. Se convirtió en un registro de actividades, en suma.

Ahora no llevo ningún registro. Sé que cada día hago tareas del hogar y eso me mantiene en actividad hasta que digo basta ya. Nunca fui maruja, otra cosa es que tenga que limpiar lo que me gusta ver limpio y ahora a esas horas ya no estoy trabajando. Sé que cada día atiendo al menos uno de mis buzones de correo. Sé que me resisto antes de asearme. La compra. Y tantas pequeñas cosas. Valdría la pena llevar un registro de actividades. Eso no escapa al análisis. Lo malo es que te pasas medio día escribiendo lo que haces el otro medio. Es importante ahora que tengo que llenar mi día de actividades diversas. Ahora me veo capaz de hacerlo, con el sueño regulado, por ejemplo, saber a qué hora me ducho y me visto me ayudaría a hacerlo cada día a la misma hora y eso sería un paso más.

Porque ahora no sé muy bien a qué me dedico, tengo o recuerdo los hábitos de cuando trabajaba pero ahora es todo diferente.

Ahora uso menos el pc, a veces sólo reproduce música. Ya no estoy en la depre de antes de ese ingreso que me tuvo ahí conectada todo el día cuando no estaba en el techo. Era un antiguo objetivo, y bien, era viable, tengo cosas a hacer. Ni siquiera escribo, no demasiado o sólo manuscribo, y hoy me ha sucedido algo desconcertante. Uno de mis relatos, uno que no terminé hará tres años porque no tenía fin para él, se ha rebelado de alguna forma en mis pesadillas. Tengo que encontrar ese relato en los discos, no sabía que esos personajes iban a cobrar vida, qué miedo me ha dado, una pesadilla en toda regla.

Ayer hablé del momento y de melancolía de los domingos, sí, esas tardes depresivas "esto se acaba, mañana al trabajo". Y diré que creo que también tengo todavía el síndrome de los lunes, el llegar al trabajo con esa cuesta empinada que recitaba: es lunes, mañana ya estaremos más cerca del viernes. Lo noto en cómo intento planificar las gestiones de la semana, que como siempre, suelen quedar pendientes si no apremian, soy muy poco autoexigente ahora y aprovecho esas pequeñas excusas para darme un paseo. Me gusta ese frío en el rostro.

Tengo muchos pequeños hábitos de cuando trabajaba, todos los que se pueda tener en mi vida actual. Como hacer la compra del mes, qué más me da ahora, pero lo sigo haciendo de todas formas. Como intentar abrir un ojo con el primer café mientras leo el correo.

Pero hoy me he dado cuenta de que

ya no bajo música.

Aquí pasa algo, llevo días escuchando lo que tengo en el disco duro y no es despreciable (¿me habré enganchado al último de Moby, como en su día me pasó con el primero?), ni mis tropecientos CDs, pero siempre bajaba algo. Claro, eso lleva tiempo, y ya no le dedico tiempo al pc.

Me he puesto a hacer una búsqueda y tengo dos conciertos del "Vertigo tour" U2 entrando lentamente en mi pc, llevan horas...

Y, ah, me he reencontrado con "Beautiful day", por cierto, canción-mantra esos lunes de vuelta al trabajo. Asqueada, rechinando los dientes, otra vez en el infierno de cada semana que no había hecho sino empezar, y ya sabéis de qué hablo. Y no paraba de cantar ese estribillo: "es un díiiiia bonitoooooo", ese era uno de mis trucos para sobrevivir al trabajo. Además de ser una buena canción, el vídeo era espectacular en la pista de despegue... ya no veo vídeos tampoco, anda, antes los grababa incluso. Pero si no ves la tele, so merluza.

Lo que he de hacer es dejarme de estupideces y leer de una pajarera vez. El escenario perfecto, mañana, en una hora de metro que me espera, hora y media ida y vuelta quizá. Por costumbre quizá, es un entorno ruidoso pero del que consigo aislarme, son muchas horas=días de mi vida ahí metida. No cuando estuve mal, la fobia social era demasiado fuerte y el metro el puto Everest.

Tengo que pensar un final para ese cuento.

Odio los lunes.

En resumen: It’s a beautiful day.

1 comentario

Bertrand -

Amo los viernes.

Si es viernes, estoy enamorado.

Bertrand.