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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Tres edades

Tres edades

Se dice que existen tres edades que conviven al mismo tiempo en una persona: la cronológica, la biológica y la psicológica.

Uno de mis compañeros de piso afirmó que las suyas eran: 41, 35 y 12.

Hoy en día parece que la gente se cuida más, y que los temidos 40 ya no son inicio de decrepitud sino casi una segunda juventud, donde la edad mental ha avanzado pero la biológica parece haberse detenido, al menos en lo que respecta a la apariencia. Este hombre tuvo la sinceridad de reconocerse un chaval, como tantos otros hombres que en el fondo lo son cuando sin reparo afirman "los hombres somos simples", supongo.

El bipolar también tiene esas tres edades. Cómo no. He conocido gente de todas las edades, como relaté en mis encuentros con otros en lugares públicos.

Opiniones muy personales.

Los adultos conviven con la enfermedad y con sus familias. Los semiadultos sin pareja moran en ese "mundo single" del que hablé y hablaré porque es el mío. Los jóvenes son los que más me llaman la atención.

Definamos "joven". En estos momentos, las administraciones públicas conceden ayudas a los jóvenes, y por poner un ejemplo, las últimas promociones de vivienda "para jóvenes" han extendido la edad límite... hasta los 35 años. Han cambiado los tiempos desde que yo tenía unos 20, pues todas esas ayudas (albergues juveniles, pases de ferrocarril, descuentos varios) terminaban a los 25 años. A esa edad, un joven ha terminado sus estudios -si son universitarios- por lo común y pasa a ser un adulto que trabaja y tiene poder adquisitivo para independizarse de su familia: vivienda (ahora entre muchas comillas), etc. Por tanto, me referiré a "joven" como alguien que no tiene todavía esos 25 años cronológicos.

Si ese joven bipolar se medica, seguramente, como todos, tendrá más edad biológica, por dentro. El tema es: ¿qué edad mental tiene?

La que él tenga, y la que le otorguen los demás. Si no se ha independizado, depende de la que su familia tenga a bien darle.

Y no sólo los jóvenes. Un divorciado que conozco de 45 -no bipolar-, que ha vuelto a casa de sus padres, se queja de que éstos le tratan como a un adolescente de 15 años. "Donde vas con quién avisa si no vienes a cenar a qué hora llegas..."

Yo misma me he visto en esa situación tras mi diagnóstico. Mi edad mental descendió enteros ante mis familiares. Como mi edad mental real se conservaba, me sentía muy dañada al contemplar este panorama.

Sobreprotección, miradas de pena y de gravedad: una persona que acabará siendo cuidada por "alguien de nosotros, de la familia".

En verdad, he sufrido en algunos campos una disminución de madurez. Aterrizar en la vida real a veces te convierte en un niño, para según qué. Y tú lo notas, y te sientes mal, porque adviertes claramente, pues ahí está tu lucidez y por tanto edad mental, que te estás estrellando en un muro demasiado bajo. Lo dice una diagnosticada a los 35.

A esta edad, la mía, ya se han superado barreras. En sociedad, nadie discute que soy adulta y me llaman "señora". Y me pregunto qué hubiese sido de mí si mi diagnóstico se hubiese producido a los 15 o a los 18 años, porque ahí tuve episodios fuertes y no me lo invento, la terapia no miente porque primero van cien preguntas y después otras cien que confirman algo que ni tú sabías.

Al parecer, también existe una edad intelectual. Ya me da igual...

Sólo sé que soy mayor de edad.

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