Hay que estar de humor
Cuántas cosas hemos de hacer, cualquier humano de a pie, que nos fastidian o nunca encontramos el momento de... yo me digo eso de que hay que estar de humor. Eso, claro, para los que vivimos solos y no tenemos a alguien detrás en plan pesado para recordarnos que hemos de... blabla.
Hoy me he levantado de un humor excelente. Los libros electrónicos son de mi agrado y vuelvo a leer 200 páginas al día sin más esfuerzo, pues no me fuerzo y leo libros amenos. Estoy contenta y mi humor, mi ánimo, va hacia donde tiene que estar, con ganas de hacer cosas.
Tengo una tarea pendiente hace ya un mes y es la de "leerme"... en mis libretas y diarios. Empezaré por las últimas, y marcaré con hojitas amarillas adhesivas los fragmentos que quizá pueda reproducir aquí.
Por supuesto, voy a encontrar páginas que no me va a gustar revivir, por ello entiendo y entenderéis que se ha de estar de humor y que resulta mucho más de mi agrado seguir con la lectura, así que no me prometo nada.
También he de poner en orden las fotografías, o hacer una búsqueda de imágenes que ilustren los posts para la que también he de estar de humor, una vez más, pues cuando posteo a veces nada es de mi agrado para acompañar estas líneas y como le decía a alguien hace poco, postear a veces significa dos o tres horas de trabajo. He escrito bastante para colgar aquí, pero no estoy de humor para revisarlo ahora tampoco, para que no me parezca cutre o no me salte muchos criterios que a veces, leo cosas que me digo "ya está hecho", y comentado, incumplo.
Por lo visto, sólo estoy de humor para seguir leyendo y quizá escribir algo, después de haber ido a la compra y esas cosas necesarias para la supervivencia (hay que estar de humor para ir al supermercado), y no me parece mal la cosa. Ya le dedicaré tiempo al blog... cuando esté de humor para ello, ja, ja.
Madre mía, ¡cuánto HUMOR!
***
Durante una visita a un Instituto Psiquiátrico, una de las visitas le preguntó al Director qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser Internado.
- Bueno, dijo el Director, hacemos la prueba siguiente: llenamos una bañera, luego al paciente le ofrecemos una cucharita, una taza y un balde y le pedimos que vacíe la bañera. En función de cómo vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no.
- Ah, entiendo, dijo la visita. Una persona normal usaría el balde porque es más grande que la cucharita y la taza.
-No, dijo el Director. Una persona normal sacaría el tapón. Usted que prefiere: ¿una habitación con o sin vistas?
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Comentario: "Persona normal"... volvemos al ¿quién es normal? Estos chistes son políticamente muy incorrectos, además de mostrar gran ignorancia acerca del tema de la salud mental, pero son los que la población general entiende. Como parte de esa población, yo también reí.
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