Semihuelga
La segunda quincena de agosto es criminal. Bares cerrados, espacio donde aparcar, obras (que no falten)... una locura en esta ciudad.
También Blogia parece funcionar a medio gas. Apenas me deja administrar los posts, no se me da ya opción a editarlos una vez subidos porque vuelve a fallar el servidor y alli queda una errata para la posteridad. En estas condiciones, no puedo escribir bien ni corregir, como siempre hago, en pantalla. Últimamente luchaba para colgar algo aunque fuese sin foto, ahora ya me digo: que acabe agosto, y si hay suerte, posteo por la mañana.
Mis horas habituales de conexión al blog, la del café y a medianoche. Lo de la medianoche voy a dejarlo una vez más en beneficio de mi sueño.
Ahora que tengo fotos, ¿subirlas? Jajaja.
Si algo no me inquieta ahora en absoluto, es que una página de Internet se resista. No me pongo nerviosa, ni aunque sea donde trabajo un rato al día. Tengo muchos escritos y desconozco si sobrevivirán al paso de uno o dos días. Muchos posts son efímeros.
A ver... ¿No se puede encontrar la página?
Probaremos mañana, a la hora del café.
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