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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

Bcn-Mad, puente de la Constitución

Bcn-Mad, puente de la Constitución

Hace cuatro años, aquí estaba con mi amigo Kidam, madrileando un poco... No estaba bien entonces; de hecho, empezaba ya a ponerme muy mala. O pinchaba y me quedaba tiesa en la habitación, o venga juerga y cañas. Un puente da para todos los momentos.

Mi amiga S. ha viajado esta vez, aquí la esperaba yo. Cómo han cambiado las cosas... no sólo para mí, para mi vida, ya diagnosticada etc etc. Viajar en avión con la nueva normativa significa que te requisen un frasco de colonia si no lo facturas aparte, collons, que era "Eau de Cologne 4711", no "de Polonio 210".

La "prueba del cómo te ven"... salta a primera vista que me encuentro mucho mejor que hace dos meses, respecto a la nueva pastilla y sus efectos secundarios. Cuando estuvo Kidam para el puente del 11-S no era capaz de ir a ninguna parte, cuánta impotencia, pero ahora ya atrás. Se me ve mejor, pero más gorda, claro, es lo que tiene la medicación. Todo es cuestión de procesos en mi caso, y creo que pronto tendré fuerzas para cumplir con el objetivo de empezar a bajar peso y volumen. El ejercicio es algo que uno puede hacer por cojones, o por convicción. Yo prefiero la convicción, porque lo otro no me dura. Es crearse el hábito, poco a poco, y lo de los hábitos, anda que no ha dado para posts aquí.

He visto en R. y otros ese paso al cierto tiempo de estar estabilizados: él ha perdido casi diez kilos en medio año con deporte y algo de dieta. Yo estoy oficialmente compensada de lo bipolar hace algún tiempo, a la baja -porque reconozco que mi vida no es muy alegre con tanta seriedad y seny- pero bien, con oscilaciones... llamémoslas "hormonales". El trastorno de ansiedad empieza a entrar en razón aunque le cuesta; todavía hace poco y poco son cinco meses, de la nueva pastilla para ello. Creo que sí, que en breve seré capaz de planteármelo con rigor, porque ayer fui capaz de pensar y pensarme con un: "ahora que estás bien, o simplemente mejor, te vas a librar de algunos kilos de efectos secundarios".

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Me gusta la pre-Navidad en Madrid. Hasta esta semana no ha empezado a hacer frío. Dice el termómetro que hace 6 grados, y en la calle el fresco golpea el rostro, pero ese fresco me hace sentir más viva y me despeja. En Barcelona, 6 grados es una animalada. Aquí no, ahora a la hora de comer entra el sol y tengo la ventana abierta, es gloria. Ayer y hoy el cielo rabia de azul Velázquez. Cuando el sol se pone, eso sí, la ciudad se convierte en una nevera.

Hay unas estrellas de luz fascinantes en Puerta del Sol. La fauna humana que por allí se mueve, de compras, de paseo... odio las multitudes, pero esta es especial, aunque los portadores de carritos con bebés se crean con derecho a atropellar al personal, pero bueno, esto es Madritt y aquí hay que acostumbrar al niño a los atascos cuanto antes, mejor.

En la Plaza Mayor está la feria de navidad, abetos y "de todo para el belén". Pero también hay un componente de carnaval estos días de puente que no existe en Barcelona. La multitud está de fiesta, y me divierto mucho, sin alcohol ni ná... esta vez.

Hace cuatro años, mismas fechas y mismos lugares con Kidam. Acabamos comprándonos una peluca horrible, tanto como la diadema con unos cuernos de alce. Este año, como que eso ya está visto -las fotos de la locura han circulado y siguen haciéndolo, todavía-, pues tocaba una peluca en plan disfraz (comprarla, un punto de rauxa, la disbauxa es lucirla por la calle y hacerse fotos).

Las había de todos los modelos y colores, un simple paseo por la zona te hacía sonreír, cuánta gente mayorcita ya (no, las que llevan visón o peluches de imitación, esas no) haciendo el oso... exótico para un catalán, hace cuatro años flipábamos y nos sumamos a la juerga, con sumo placer y ahora... si es lo que toca, pues mola. Me probé una melena con mechas naranjas y mis amigos, ante mi estupor, afirmaron que con ella hacía cara de buena niña. Hay que tocarse los coj... al final, lo que mejor parece encajar no es lo pseudo-punk sino un clásico a lo "menina".

Acabamos S. y yo callejeando por ahí, las dos con unas pintassss. Fue muy útil llevar la cabeza cubierta de esta guisa, pues ya hacía fresco y tapaba las orejas. No veía un carajo con los rizos, pero eso fue fuente de más risas: perdona, no tengo visión lateral, ja, ja, pues anda que yo, ni frontal, ja, ja, y cenamos de raciones, un día es un día y con S., más. Qué cante, cómo nos miraban, y nos importaba... nada, aún reíamos más.

Esta inocente disbauxa de ayer ha puesto en mí algo de alegría, pues esta semana era de las de levantarse con mal pie. Esta mañana me dio por escuchar valses y polcas de Strauss... son "mis" villancicos. He notado que estoy algo empanada, me cuesta hablar en catalán...

La moraleja que saco: si no llevas gorro cuando anochece, ponte peluca, ya, oh yeah. Bien podría ir a la comida de Navidad con ella, ya puestos a hacer el oso. Y más puestos a ello, el 31 de diciembre... ¿con las uvas, a Puerta del Sol? De eso, hace 20 años ya, en otro viaje, y no estaría mal repetirlo. Ya se lo he propuesto a mi madre, creo que ver a Springsteen le ha dado marcha y me alegro mucho de verla así.

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