Un mono diferente
Por primera vez, hablo con la estanquera más allá del pedido. Sobre los aditivos que le meten a las marcas más comunes de tabaco rubio.
Me informa de que existen un par de marcas de tabaco más puro, sin aditivos. Decido probarlo.
Me vende un paquete, "de esto no suelo tener, deberías hacerme el encargo".
El precio: 3.20. Más caro que los 2.50 que consumo, pero la calidad se paga y también valen eso las marcas más "fisnas" (dime qué fumas, y te diré tu clase social).
Me fumo uno al llegar a casa. Qué cosa más rara.
El siguiente es uno de los de siempre. Uff, tiene sabores. Y esos aditivos son los que echaba de menos. Me doy cuenta de que no es la nicotina lo que me tiene enganchada, es algo más.
Hoy empecé el día fumando tan solo ese tabaco nuevo. A ver si es posible librarme al menos del amoníaco y otros venenos que se añaden a esos cigarrillos que casi todos fumamos.
Es un mono, me falta algo, estoy incluso fumando menos (bien, eso compensa lo del precio). Bajaré a encargar un cartón...
. . .
Me despierta una pesadilla. Una bruja en su gruta tras el cristal me está diciendo entre malvados jejes que sólo tiene dos paquetes para venderme hasta la semana que viene, no, nooo, nooooo me despierto, me visto y salgo hacia el estanco. No está la bruja, pero en efecto son cuatro las cajetillas a la venta.
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1 comentario
Raul -
Iré a otro estanco a comprarlo...
saludos