El cafelito
La tradición del cafelito aquí es como algo muy sagrado. Ir a un bar o terraza, y charlar con un café o lo que sea. Darse un tiempo para la comunicación. De momento, no usaré expresiones malagueñas. Dice Mariló, con quien he estado en contacto estrecho estos días, que se me va a pegar el acento. Empiezo a saber imitarlo, eso sí. Entiendo pues que ahora hablo como una madrileña, sin laísmos ni leísmos pero al fin y al cabo, distinto del castellano de Barcelona.
No había comprado café (ahora en casa sólo quiero té), y una mañana me apeteció mucho. Medio en pijama como quien dice salí al bar de al lado de casa. Eran las 8 y la máquina todavía tenía que calentarse, pero ya estábamos tres allí. Me llevé mis papeles, me senté en una mesa, y estuve enfrascada en mis cosas.
Volví. Al segundo día, ya me puse en la barra. El dueño es muy buena gente. Sonríe cuando le digo que soy nueva vecina, porque no se atreve a preguntar directamente pero su curiosidad domina en su mirada. Me invita a un cigarrillo. Al tercer día, le pido un pitufo (bocadillo pequeño) de jamón, y me pone una cantidad que denota un "me caes bien", o así lo interpreto tras haber consumido eso mismo en otros lugares.
No he ido cada día, pero me gusta. En Madrid seguro que hubiese sido lo mismo, y que la gente hablaría como colegas de primera hora de la mañana, pero no lo hice: por dinero, por no bajar a la calle.
Me gusta ver caras a primera hora de la mañana. Me he despertado, maldita sea porque me acosté tarde, a las 7, y tengo muchas ganas de que pase esta media hora para presentarme en el bar. Decir buenos días, ver caras humanas, sentirme parte de algo, de un vecindario, de una clientela más o menos fija. No estar sola de buena mañana, empezar el día acompañada de extraños pero al fin y al cabo acompañada. Es una sensación nueva, una más de las que experimento aquí.
Paréntesis: como en toda la España que conozco, muchos hombres toman allí su primera copa de alcohol. Es lo único que no me gusta. Cierro paréntesis.
Soy capaz de beberme un litro de café por las mañanas, por descafeinado que sea, por adicción. Es lo que intento evitar ahora.
Este texto tiene algunas semanas y añado ahora algo más.
Y por eso voy al bar y me tomo un cafelito, dos como máximo si veo que no he espabilado.
Tengo la sensación de volver a fichar, de salir de casa con un objetivo, tengo una motivación. Eso es una gran mejoría. El cafelito me está cambiando, me proporciona lo que tanto echaba de menos.
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3 comentarios
Myriam -
Yo estando en el 7 mes de embarazo,mi pareja murio y la pena ue terrible, esta muy triste y tuve una tremenda depresion, pero mientras tuve a mi bebe en la barriga, me propuse, por las dos, proporcionarle, todo las sensaciones buenas que pudiera y tratar de "archivar" las malas, ya las lloraria luego, no se si me estoy explicando, pero tratad de hacerlo ,por favor, por ellos y por vosotros.
Poder, se puede. Queredlos desde que estan dentro, luego ya se sabe que dariamos la vida por ellos.
mandado por esther -
buenas.
Esther
La depresión afecta a los niños, y por lo que dicen en este informe hasta al feto si la madre es la depresiva.
Este es el artículo "La depresión afecta al feto":
Ya se sabía que la depresión postnatal podía tener efectos en los bebés, pero los investigadores ahora señalan que la depresión antes del parto también podría tener consecuencias.
Para esta investigación se examinaron los casos de 11.098 mujeres que tuvieron hijos entre 1991 y 1992. Los científicos valoraron el nivel de depresión que mostró la mujer durante el embarazo y luego observaron la relación entre este hecho y cualquier problema de desarrollo en el niño.
Las mujeres con depresión persistente durante el embarazo eran un 50% más propensas a tener niños con determinados problemas. Sin embargo, parte de este riesgo proviene del hecho de que estar deprimida durante el embarazo incrementa las probabilidades de estarlo también después del parto, algo que ya sabe retarda el desarrollo del bebé.
Pero los científicos señalaron que la depresión preparto aumenta en un 34% el riesgo de problemas de desarrollo y sugirieron además que las mujeres en este estado son más propensas a dar a luz prematuramente.
El doctor Toity Deave, del Centro de Salud para Adolescentes y Niños de la Universidad del Este de Inglaterra dijo que "el hallazgo más importante es que la depresión prenatal tiene un impacto negativo en el desarrollo cognitivo del bebé, incluso cuando la depresión postnatal ha sido tenida en cuenta".
El profesor Philip Steer, editor de la revista internacional de obstetricia y ginecología BJOG, considera "esencial" que tanto los doctores como las parteras jueguen un papel activo a la hora de identificar este estado de depresión.
Según le explicó a BBC Mundo Xavier Vinallonga, experto en pediatría del Instituto Dexeus de España, "sería necesario que los ginecólogos informaran a los pediatras de cualquier tipo de problema en la madre, sobre todo cuando ésta recibe tratamientos que en algunos casos incluso pueden dar lugar a deformaciones". "Pero muchas veces no nos enteramos de que hay depresión", añadió.
Un portavoz del Royal College of Midwives (Colegio oficial de parteras) dijo que esto tenía que hacerse promoviendo relaciones más cercanas con las mujeres embarazadas, algo en lo que las parteras suelen tener más habilidad.
"Aún hay un estigma relacionado con la depresión y las patologías mentales durante el embarazo, y algunas veces puede ayudar tan sólo saber que hay un problema". "Cuando el problema es más serio, las parteras están entrenadas para informar a la comunidad médica o psiquiátrica para que se le dé el apoyo y la ayuda necesarias".
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7477000/7477188.stm
antonio -