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Carne de Psiquiatra -Trastorno Bipolar

¿Niña bipolar?

¿Niña bipolar?

Voy tomando nota. De vez en cuando, viene un recuerdo del pasado, de la adolescencia. He retrocedido algo en el tiempo desde la serie de los tres "Insomnio raro".

11 años, calculo. Una crisis de una tarde, no pude ir al colegio.

13 años, otro episodio, acontecimientos familiares. Y antes, antes también hay recuerdos como el de los 11 años, que en su día destapé cuando hice una revisión de mi vida en plena manía. Todo esto está en mi historial y ha sido objeto de mi terapia, también.

Mis padres creen que fue a los 15. No, a los 15 igual nos dimos cuenta todos, pero no hicimos nada. Qué se hace con un estado de ánimo raro, esperar a ver si se le pasa la neura a la niña, "la edad del pavo", la siempre difícil adolescencia. Ese verano fue hipomaníaco, y lo sé porque estuve un día con depresión. Esto me sigue ocurriendo todavía, si le doy mucha marcha al cuerpo acabo "pinchando" de repente un día entero.

No me equivoqué al principio del blog, esto me ha acompañado toda la vida.

Niños, niños, no sufráis, ahora los profesores detectan anomalías, hay centros donde incluso hay un psicólogo. Qué falta me hubiese hecho a mí un psicólogo entonces, de niña. Pero yo no sabía nada, sólo que el estudio me apartaba de mis problemas. Dejé el deporte para estudiar más horas, cada vez "apretaban" más con los deberes. Y recuerdo con pánico ahora una crisis en casa de un vecino que intentaba ayudarme con unos problemas de matemáticas que no entendía porque había faltado a la clase. Esa tarde exploté y me puse a llorar, qué verguenza hacerlo en una casa que no es la tuya. No sé qué pensarían de mí, qué más me da, me importa que tuve una crisis nerviosa y que me calmaron como a una niña pequeña, no podía parar de llorar, algo desproporcionado, demasiado, al problema real, como tantas otras veces.

No imagino ni quiero imaginar una vida diferente, con un diagnóstico infantil. Sólo va a haber alguien como yo en el mundo y es la suma de todo lo que ha vivido. Al lado de un cerebro juguetón, a veces muy maligno. Es el mío, y estaba desequilibrado en su interior, y nadie lo sabía.

Ahora me estoy comiendo todas las pastillas que no tomé esos años, y si lo pienso, muy a gusto, porque no quiero más sorpresas a posteriori.

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P.D. Un enlace sobre niños y salud mental: http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/entre_10-15_ninos_padecen_problema_874295.htm 

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